Por qué fuimos a la Luna, y por qué no hemos vuelto

Una de las grandes preguntas que circulan todavía hoy es la de por qué fuimos a la Luna, sobre todo teniendo en cuenta que más de uno cree que fueron viajes sin sentido que no tuvieron un beneficio de importancia en relación al coste que supusieron.

La realidad sin embargo es diferente, la Luna era el objetivo más cercano, más fácil de alcanzar de todos los que podemos encontrar en nuestro sistema solar, y en plena Guerra Fría llegar a nuestro satélite era una clara muestra de poderío que Estados Unidos no quiso desaprovechar.

Explorar la Luna podría parecer algo casi algo secundario frente a esa idea de demostrar poder pero no era así, podemos decir que ambas iban de la mano, ya que habían incluidos una serie de experimentos con los que se buscaba poder entender mejor la realidad del espacio y de unas condiciones totalmente distintas a las de la Tierra, así como recoger muestras para estudiar «en casa».

¿Y por qué no hemos vuelto? Un programa espacial para viajar a la Luna requiere una importante inversión que se resume en mucho dinero, además del riesgo inherente que entraña cualquier intento de llevar a humanos al espacio, elementos que junto al surgimiento de otras prioridades, como la creación de la Estación Espacial Internacional, sirvieron para que la idea de volver a la Luna quedase un tanto aparcada.

Un cambio de prioridades, en definitiva, aunque más de un presidente estadounidense ha manifestado su deseo de volver a pisar la Luna, así que no podemos descartar del todo una nueva visita a nuestro satélite dentro de unos años.

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