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Descargas de pelis, a tope

Según un estudio de EGEDA, en nuestro país se descargan 400 millones de películas de forma «ilegal» (ojo a las comillas). Eso hace que las conclusiones apunten a nuestro país como uno de los más activos en este tipo de descargas en todo el mundo. Obviamente las asociaciones como EGEDA están que trinan con el tema, pero parece que siguen sin darse cuenta de que en España dichas descargas no constituyen un delito.

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Según un estudio de EGEDA, en nuestro país se descargan 400 millones de películas de forma «ilegal» (ojo a las comillas). Eso hace que las conclusiones apunten a nuestro país como uno de los más activos en este tipo de descargas en todo el mundo. Obviamente las asociaciones como EGEDA están que trinan con el tema, pero parece que siguen sin darse cuenta de que en España dichas descargas no constituyen un delito. 

 

El presidente de la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (EGEDA), Enrique Cerezo, declaró que según los estudios de su organismo, en nuestro país estamos a la cabeza de las descargas «ilegales» de películas en todo el mundo: nada menos que 400 millones de películas se descargan al año por los internautas españoles. Según Cerezo, este tipo de acciones «sin respeto a los derechos de la propiedad intelectual, atenta gravemente contra el modelo cultural, hipotecando su desarrollo, riqueza y diversidad.«

 

El problema es el de siempre: las descargas no constituyen en sí un delito a no ser que haya ánimo de lucro, lo que no suele ocurrir en la inmensa mayoría de los casos. La industria del cine y la de la música (además de la del software) están tratando de imponer medidas cada vez más restrictivas como el uso de plataformas DRM o el pago de un canon digital que precisamente trata de compensar este tipo de descargas, pero parece que nunca están contentos. Así lo explica Cerezo, que indica que eso «no es un canon, no es un tributo y no es un arma de lucha contra la piratería, sino una moderada compensación por la explotación de un derecho exclusivo«.

 

Si fuera así, quizás los usuarios tendrían el «derecho» de realizar copias de seguridad de sus CDs de música o sus películas, algo que las asociaciones como EGEDA o la SGAE tampoco aprueban. De modo que mucho nos tememos que si el mercado sigue penalizando así este tipo de actuaciones, los internautas seguirán descargando contenidos.

 

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