Los videojuegos violentos hacen que los niños sean menos violentos

Por desgracia, y por mucho que nos pese, los videojuegos violentos han sido siempre la gran cabeza de turco que ha servido a medios amarillistas y políticos como «excusa» frente a sucesos de gran impacto mediático.

Seguro que sabéis de lo que hablo, la absurdez ha llegado en algunos momentos a niveles inimaginables y lamentablemente las cosas no han cambiado con el paso de los años.

Podríamos escribir ríos de tinta y argumentaciones, pero hoy nos centraremos en un simple estudio que, precisamente, ha puesto de relieve que los videojuegos no hacen al jugador más violento, sino todo lo contrario.

Christopher Ferguson, profesor de la Universidad de Stetson, y el investigador independiente Cheryl Olson, sometieron a estudio a un total de 377 niños pertenecientes a diferentes grupos étnicos y con una edad media de 13 años. Todos los sujetos del estudio sufrían síntomas depresivos y déficit de atención, algo que no impidió que el resultado fuera positivo de forma contundente.

Tras hacerles jugar a títulos como Mortal Kombat, GTA y Halo comprobaron que no sólo no actuaron como «desencadenantes» de conductas violentas, sino que además tuvieron un efecto relajante entre los sujetos que redujo su agresividad. Sí, «sorprendentemente» no fueron directamente a por una escopeta con la que liarse a tiros por la calle tras jugar.

¿A qué nos conduce esto? A una conclusión muy sencilla. Hoy en día es más fácil encontrar a una persona que juegue a videojuegos que a una que no lo haga, y por tanto es más fácil encontrar a un delincuente aficionado a los videojuegos que a uno que no lo sea, sobre todo en el sector más joven.

Es simple estadística, el auge de los videojuegos como entretenimiento ha sido enorme en los últimos años, algo que por desgracia facilita que sean «señalados con el dedo» como culpables de actos delictivos, aunque lo dicho carezca de base científica.