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Gears of War Ultimate Edition, análisis en PC

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Hace ya muchos años desde que llegó al mercado Xbox 360, una consola que tuve la suerte de disfrutar casi desde que salió. ¿Por qué ésta y no PS3? Puede sonar exagerado, pero el primer Gears of War fue el juego que me hizo decantarme por ella.

Siempre lo he dicho, son los juegos exclusivos los que venden consolas, más allá de la potencia bruta del hardware, siempre que éste cumpla unos mínimos, obviamente. Gears of War es un claro ejemplo, y hoy en día se mantiene como uno de mis favoritos.

Con esto en mente podéis entender que la idea de probar y analizar la versión para PC de Gears of War Ultimate Edition es algo que he enfrentado con muchas ganas, aunque también con sensaciones contrapuestas, ya que las informaciones que habían aparecido sobre el juego no eran nada halagüeñas.

¿Es Gears of War Ultimate Edition el desastre que venden algunos o consigue cumplir con lo esperado? Como podéis ver por la nota cumple, aunque tiene algunos peros y detalles que es necesario pulir.

Equipo de pruebas, configuración y rendimiento

Dado que cumplimos la configuración recomendada para jugar en 1080p hemos ajustado la configuración en dicha resolución con todo al máximo, incluyendo sombras y oclusión ambiental.

Este es el equipo donde lo hemos probado:

  • Windows 10 actualizado a la última versión disponible.
  • Intel Core i5 4690K @ 4,1 GHz.
  • 16 GB DDR3 a 2.133 MHz.
  • GTX 970 con los últimos controladores.

Al principio el juego no funcionaba nada bien, me daba muchos fallos de «stutter» y en general la experiencia era bastante extraña, cosa que resolví desbloqueando el «frame rate» (tasa de fotogramas) en los ajustes de vídeo.

Tras este simple paso el cambio fue enorme. El juego funciona muy fluido y la experiencia en general ha sido muy buena, aunque se mantenía algo de «stuttering» puntual y también he notado pequeños tirones.

Nada lo bastante molesto como para arruinar la experiencia de juego, pero son muchos años y tengo el ojo demasiado fino. Con todo, son temas que deberían resolverse a corto plazo, junto con algunos fallos gráficos menores que afectan en ocasiones puntuales a los personajes, enemigos incluidos.

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Acabado técnico

Como anticipamos en general el juego funciona bastante bien, al menos con soluciones NVIDIA. No hemos podido probar con una solución gráfica AMD, así que por desgracia en este sentido no podemos dejaros ninguna conclusión basada en experiencia propia.

Volviendo al tema del rendimiento debemos destacar que el equipo de pruebas y la configuración señalada el benchmark que incluye el juego nos da casi 60 FPS fijos, rondando medias de 58 FPS. Esto quiere decir que los requisitos recomendados son acertados, aunque como dijimos el «stuttering» es un punto negro que deberían eliminar cuanto antes.

Saltando a la calidad gráfica nuestras impresiones son muy buenas. El juego ha recibido un lavado de cara importante en todos los sentidos, tanto que parece casi «un juego nuevo».

Lo primero que llama la atención es el cambio en el contraste, ya que todo luce mucho más vivo y menos gris que en el Gears of War original. Acto seguido vamos notando otros matices que van entrando poco a poco, casi como el buen vino; texturas mejoradas, un cuidado sistema de iluminación, sombras de alta calidad, una oclusión ambiental que raya a buen nivel y un mayor grado de detalle que redondea un conjunto de bella factura.

Sí, han hecho un buen trabajo con el acabado gráfico en general, tanto que es digno de sobresaliente. Antes de seguir quiero hacer un apunte importante, y es que parece que algunas críticas no terminan de entender que este juego no es un remake al uso, sino una versión remasterizada, y por tanto mejorada.

Cualquier persona debería tener claro que eso implica cambios, una puesta al día, pero no un juego nuevo, algo que al parecer no todos los que lo han analizado han tenido claro desde un principio y claro, luego pasa lo que pasa.

Seguimos con los vídeos, que también lucen mucho mejor, y el sonido, que mantiene el fantástico nivel que tenía en el original, rematando una ambientación única que nos invita no sólo a jugar, sino a decir aquello de «va, un punto de guardado más y lo dejo».

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Jugabilidad e historia

Se mantiene el desarrollo clásico del juego, algo que como decimos es comprensible ya que no hablamos de un remake. Esto implica que tenemos escenarios que aparentan ser enormes pero el desarrollo es totalmente lineal.

¿Es algo negativo? No, porque es la esencia del original y estamos ante una edición remasterizada, pero además debemos tener claro que consigue contarnos a la perfección una historia muy trabajada de lucha contra el enjambre Locust y transmitirnos muchas sensaciones durante todas las misiones que enfrentamos, además de momentos épicos que resultan totalmente inolvidables y aportan dramatismo e intensidad al título.

Como habréis imaginado el juego funciona a la perfección con el mando de Xbox 360. También podéis jugarlo sin problemas con teclado y ratón, aunque a nivel personal se me ha hecho más cómodo el mando, quizá por vieja costumbre.

¿Y han mejorado el control? Esa era una de las cosas que no me terminaba de gustar del Gears of War original, el control un tanto «ortopédico» del personaje en algunas situaciones, pero sobre todo al correr.

No, en este sentido no hay mejoras, todo sigue igual que en el original, aunque por el propio desarrollo del juego no tiene mucha importancia, ya que la clave es ir avanzando, buscar cobertura y apuntar bien, aspectos en los que el control responde a la perfección.

Por otro lado tampoco han mejorado la IA de los aliados, así que de nuevo nos tocará correr a salvarlos de sus locuras puntuales, y perderemos la vida por ello en más de una ocasión.

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Notas finales

Bien, tenemos un remaster que a nivel técnico sería casi perfecto de no ser por los problemas de «stuttering» y algunos fallos gráficos, y que además mantiene intacta toda la esencia de un juego que en su modo campaña no necesitaba realmente cambios para seguir manteniendo su atractivo.

Jugarlo es como volver a disfrutar de todo lo bueno del original, pero con una puesta al idea a nivel gráfico que se agradece, y mucho, ya que aumenta el realismo y mejora la inmersión que obtiene el jugador.

En lo que respecta a los modos multijugador tenemos una gran variedad y nuevas opciones que nos mantendrán enganchados durante horas, un elemento que junto a los nuevos logros, que han sido rediseñados, consigue añadir valor a un juego muy recomendable. Excelente trabajo en ambos puntos.

No es perfecto, y de hecho sigo pensando que podrían haberlo pulido un poco más antes de lanzarlo al mercado. También podrían haber optimizado mejor el juego, ya que necesita demasiado equipo si queremos moverlo al máximo, pero en general cualquier equipo de gama media (a partir de una GTX 950 o Radeon HD 7870) puede con él bastante bien.

Notas finales

8Nota

Calidad gráfica9

Rendimiento7

Jugabilidad8

Ambientación9

Calidad-precio7

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