Análisis
Toyota Rav4 híbrido: el otro SUV
«No debes tener miedo a soñar un poco más grande, querida. » Eames. Inception 2010.
No es fácil ser el otro. Es una existencia prestada, una reivindicación contínua en un tiempo y espacio que nunca llegan a ser tuyos pero con la cruel esperanza de que lo sean. Eres una propuesta, una presencia sombría en una obra en la que en el reparto de los personajes te has llevado el que quedó olvidado encima de la mesa y se deslizó al suelo al cerrar la puerta y quedó aplastado y sucio bajo huellas de pisadas. El otro siempre oposita y se afana, siempre permanece en el fondo, el que espera a Godot, el que tararea pero nunca canta, el que suspira para nadie, el que tiene que demostrar más que nadie para seguir siendo… el otro.
Pero qué ocurriría si un día por error al otro le apuntaran los focos para salir de la penumbra, si en un momento de despiste se hiciera el silencio y se le oyera hablar. Qué pasaría si al otro le diera un día por soñar en grande, solamente un poco más grande y lentamente pasara al frente bajo la atónita mirada de los espectadores y sus compañeros de reparto para salir a la luz. Entonces por un momento el otro ya no es el otro y de repente las cosas cambian y la alternativa ya no parece tan descabellada.
Y nuevamente nos subimos a un SUV, en esta ocasión en el Rav4, obra de uno de los fabricantes que ha llegado al mundo cross over tras una larga tradición de todo terrenos recios y espartanos como el popular Land Cruiser. Pero un fabricante como Toyota tiene sus propias ideas de lo que puede mover a un coche tan voluminoso como un Rav4 por lo que para esta ocasión y en alternativa al propulsor Diésel que tan mala prensa está teniendo en los últimos tiempos, la marca japonesa opta para esta versión por una de sus soluciones híbridas que tento éxito le está dando a modelos análogos de su hermana Lexus y en los turismos del resto de su catálogo.
Ficha técnica
Un nuevo SUV
No es uno de los pioneros en lo que respecta a los SUV híbridos, hay modelos de otras marcas (incluída la mencionada Lexus) que ya llevan tiempo vendiendo sus alternativas en el mercado, pero el RAV4 lo hace al estilo Toyota, con un motor de gasolina de ciclo Atkinson, que no es lo normal en motores gasolina de este tipo, que rinde 155 caballos unido a un motor eléctrico de 143 caballos enganchado al tren delantero.
El Rav4 es uno de esos todocaminos que ha aterrizado en la ciudad y en las carreteras que aporta habitabilidad y espacio mientras se arropa con una carrocería grande y aparentemente torpe para la vida urbana. Y bajo el capó y enganchados a los ejes (solamente en el delantero en la versión de dos ruedas motrices) un propulsor híbrido ajustado para poder mover una masa considerable y diseñado para competir en consumo y mejorar las emisiones que producen otros modelos con motores cien por cien de combustión.
El Rav4 híbrido no se distingue exteriormente del resto de variantes de este modelo más que en los logos que lo identifican. Es un todocamino de diseño moderno que pertenece a la categoría que podríamos denominar como SUV de tamaño medio que comparte con modelos como el Renault Kadjar, el Mazda CX-5 o el Ford Kuga. Las líneas tienen un aire de familia que le emparentan con el resto de modelos de la marca japonesa aunque en este caso algo más sobrias y adecuadas a un cross over.
Cambio de generación
Uno de los detalles que se han mejorado frente a la generación anterior es la del maletero, que ahora dispone de un portón más grande y un acceso más fácil al interior para cargar y descargar. También los grupos ópticos delanteros son más estilizados lo cual junto a las nuevas formas de la carrocería, más aerodinámicas y modernas como hemos mencionado, subrayan aún más el carácter moderno de este modelo.
En el interior el espacio es muy grande, en los asientos delanteros tanto el conductor como el acompañante pueden estar a sus anchas. En el salpicadero domina una pantalla táctil de siete pulgadas que controla el sistema de información y entretenimiento llamado Toyota Touch 2. Los acabados son muy buenos y los asientos realmente cómodos a lo que se une un espacio más que holgado para los ocupantes del vehículo.
El tacto de los materiales es realmente bueno y los acabados han sido muy cuidados aunque se trata en definitiva de un interior austero para tratarse de un SUV urbano si se compara con otros modelos de la competencia que han orientado el producto a un público más premium. En cambio el Rav4 se centra más en la habitabilidad y el aprovechamiento del mucho espacio que ofrece en el habitáculo.
Se viaja bien atrás…
Las plazas traseras son también muy cómodas y espaciosas. Disponen de un enorme reposabrazos replegable si no se quiere aprovechar la plaza central que como es habitual no es tan cómoda y amplia como las demás. Destaca el espacio para las piernas en las plazas posteriores, muy abundante incluso para un SUV y la altura. En cuanto al maletero dispone de apertura eléctrica y es muy espacioso (más de 500 litros) a pesar de que las baterías roban algo de espacio con respecto a otros modelos. El acceso es cómodo y dispone de un doble fondo.
Al volante el comportamiento del RAV se asemeja más a los hermanos pequeños de la misma marca que a otros todocaminos con propulsores híbridos. Al arrancar el motor eléctrico se deja sentir los primeros segundos pero si queremos apurar con aceleraciones significativas enseguida entrará en funcionamiento el motor de gasolina, siempre con una exquisita suavidad. El resultado es que aunque la cifra declarada para acelerar de 0 a 100 es de unos muy respetables 8,3 segundos lo cierto es que no se nota un empuje poderoso.
Hay que tener en cuenta que son casi 1.700 kilos los que hay que mover y que el cambio automático no es de los más deportivos por lo que las emociones las tendremos que reservar para otro tipo de vehículos. En ciudad y a pesar de un tamaño considerable el RAV4 hybrid se comporta de forma excelente, prácticamente sin ruidos con buena agilidad para desenvolverse por el tráfico y con unos consumos muy contenidos que son menores que un modelo diésel de tamaño similar. Además con las asistencias al aparcamiento la circulación urbana no supondrá gran estrés.
¡A la carretera!
En carretera sin embargo el RAV es algo más torpe, es evidente que no ha sido diseñado para su desepeño en carreteras viradas y en curvas cerradas se le nota algo impreciso y su carrocería se balancea. Estos inconvenientes para la conducción algo más alegre se traducen en un confort excelente en autopista. En este tipo de viajes el motor silencioso y las suspensiones hacen que los kilómetros se deslicen bajo el coche sin que lo notemos.
Es curioso en este modelo la sensación de tranquilidad extrema, de calma y sosiego. Solamente si forzamos el motor, cosa que tendremos que hacer si queremos acelerar con fuerza por ejemplo para adelantamientos, notaremos el sonido del motor de gasolina. En carretera en general las cifras de consumo no son demasiado buenas, sobre todo si encontramos muchos repechos en los que la propulsión eléctrica no podrá intervenir una vez agotemos rápidamente la carga. Esto además se traduce en unos consumos de algo más de siete litros aunque si somos parcos podemos bajar de esa cifra sin problemas.
Fuera de la carretera el RAV4 se comporta de forma muy digna. Aunque no se puede considerar un todoterreno con todas las credenciales en regla la verdad es que no se desenvuelve nada mal en pistas de tierra e incluso en barro (en las breves excursiones off road que nos hemos permitido). La altura del suelo y un propulsor eficaz hacen que podamos salir airosos de muchas situaciones, aunque por supuesto lo ideal para ello será la elección de la versión 4×4 de este Rav4.
Cambio y sistemas
En lo que respecta al cambio automático es de tipo CVT que ofrece un comportamiento más urbano que de carretera. Sin embargo es capaz de simular un cambio de seis marchas lo que le da algo más de felling que los cambios a los que estamos acostumbrados con otros automóviles de la marca. En general el tacto es bueno, aunque se echa de menos algo más de escalonamiento y no un funcionamiento tan progresivo aunque favorezca el funcionamiento siempre dentro de las revoluciones adecuadas.
El sistema de información y entretenimiento del RAV 4 incluye en este caso la información del funcionamiento del sistema híbrido con gráficas que nos indican cuando se están cargando las baterías y en qué momento entra en funcionamiento cada sistema de propulsión. El sistema ofrece una pantalla de siete pulgadas en la parte frontal y otra de 4,2 pulgadas tras el volante, entre el potenciómetro que hace las veces de cuentarrevoluciones y el velocímetro.
El sistema llamado Toyota Touch 2 dispone de un modo en el que podemos tener en pantalla una vista zenital del coche compuesta por las distintas cámaras entorno a la carrocería. Se puede visualizar junto a la visión de la cámara trasera y es de gran ayuda a la hora de maniobrar con un coche de la envergadura del Rav4. El resto de sistemas permiten la reproducción multimedia de contenidos a través de Bluettooth y dispositivos conectados a USB.
Si conectamos el sistema a través de nuestro móvil podremos utilizar Google Street View y otras aplicaciones como correo electrónico, el servicio de imágenes Panoramio, Here, Tom Tom Places, previsión del tiempo, lista de gasolineras o aparcamientos más cercanos… No existe compatibilidad con Apple Car Play o Android Auto. La pantalla de siete pulgadas está en la parte superior y es de buena calidad, salvo que es bastante sensible a los reflejos y eso a veces dificulta su visualización.
Dentro de los sistemas de seguridad que incorpora Toyota en este modelo encontramos el control de crucero adaptativo además de detector de cambio de carril. También incorpora reconocimiento de señales de tráfico (particularmente de límites de velocidad), frenada de emergencia con detección de peatones, cambio automático de luces, detector de ángulo muerto y también un sistema de aviso si hay obstáculos al dar marcha atrás. Se trata del pack Toyota Safety Sense que desde luego nos ha parecido muy recomendable.
Conclusión
En definitiva y en busca de un adjetivo definitorio el Toyota Rav 4 es suave. Su sistema híbrido de propulsión y la configuración general del coche lo hacen fácil de conducir, silencioso y confortable, ideal para rutas tranquilas o para no estresarse en los atascos aislados de forma eficaz de los ruidos urbanos y acunados en nuestros asientos calefactados. Nada nos sobresaltará, ni un cambio brusco, ni marcha a tirones ni imprevistos alrededor nuestro a la hora de maniobrar.
Es una sensación de placidez que engancha y que subraya un maridaje muy eficaz entre la personalidad de un SUV y la probadísima propulsión híbrida de Toyota conjuntamente con el amplio catálogo de sistemas de seguridad y facilidades para la maniobra y la conducción. Es un coche ideal para personas que no buscan complicaciones pero menos ideal si se buscan emociones, lo que no hay duda es que es una alternativa seria a los SUV con motores diesel.
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