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WiFi frente a Ethernet, ¿hasta qué punto es mejor una conexión cableada?

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Las conexiones WiFi nos han hecho la vida mucho más fácil, ya que gracias a ellas podemos crear una red en la que conectar múltiples dispositivos de forma sencilla y segura sin necesidad de ataduras, pero debemos ser conscientes de que no ofrecen las mismas ventajas que una conexión cableada.

Es una cuestión que se ha debatido bastante, pero que todavía hoy sigue generando dudas, y por ello hemos querido hacer un artículo especial en el que vamos a reflexionar sobre el tema de las conexiones inalámbricas y las cableadas.

Velocidad, el freno puede ser tu conexión

A la hora de hablar de velocidades de transferencia hay que tener claro que la llegada del estándar WiFi AC ha permitido un enorme despegue de las mismas en conexiones inalámbricas, ya que actualmente podemos encontrar por ejemplo modelos como el FRITZ!Box 3490 que son capaces de llegar a máximos de 1.300 Mbps.

Si a esa cifra sumamos los 450 Mbps que consigue bajo el estándar WiFi N tenemos una velocidad combinada de 1.750 Mbps, muy por encima de los puertos Gigabit Ethernet que se encuentran presentes actualmente en los routers de consumo general.

Pero tanto la velocidad inalámbrica como la cableada se verán afectadas por la velocidad de nuestra conexión a Internet y por el cableado que utilicemos. En caso de que tengamos por ejemplo una conexión a Internet de 300 megas ese será el techo máximo que podremos alcanzar aunque utilicemos por ejemplo un puerto Gigabit Ethernet a 1.000 Mbps (1 Gbps).

Sin embargo si tenemos dicha velocidad de conexión a Internet y nos conectados a través de un puerto Fast Ethernet no la aprovecharemos adecuadamente, ya que ese conector nos limita a 100 Mbps.

Latencia, una cuestión muy importante

La latencia es lo que conocemos popularmente como «ping» o «lag», y se produce normalmente por retrasos o pérdidas de paquetes en las comunicaciones bilaterales que se producen entre nuestro sistema y el servidor de destino.

Normalmente las conexiones WiFi son más propensas a sufrir este tipo de problema, así que si tenemos pensado reproducir contenidos multimedia en alta resolución o jugar online lo mejor es que utilicemos conexiones cableadas, ya que por lo general suelen tener menos problemas de latencia.

Os recordamos que en la latencia también pueden influir otros elementos y puede estar provocada por razones diversas, como por ejemplo una saturación o uso excesivo de la red, la distancia en las conexiones inalámbricas o incluso algún tipo de malfunción temporal que afecte a nuestro proveedor de Internet.

avm

Interferencias, otro elemento fundamental

Antes de nada debemos tener claro que tanto una conexión inalámbrica como una cableada pueden sufrir interferencias que afecten a la estabilidad y a la calidad de la señal, pero son más habituales y afectan en mayor medida a las conexiones WiFi.

Es importante tener en cuenta que nuestra conexión inalámbrica comparte banda con las conexiones de otras personas y con otros dispositivos y electrodomésticos, pero además también tiene que lidiar con los obstáculos que encuentra en nuestro hogar y con las distancias y sus límites de alcance.

Todos esos elementos pueden hacer que la calidad y la estabilidad de la señal sea muy baja en zonas concretas, y que por tanto no podamos disfrutar de una buena experiencia de uso en ellas.

La llegada del estándar WiFi AC ha ayudado a conseguir una señal más limpia gracias al uso de la banda de 5 GHz, pero su alcance es inferior al del estándar WiFi N, que opera en la banda de 2,4 GHz.

Entonces, ¿cable o WiFi?

La respuesta es un «depende», pero podemos sacar dos conclusiones muy sencillas que os ayudarán a decidir qué conexión es más adecuada para vosotros:

  1. Si vamos a necesitar una alta estabilidad, una baja latencia y un funcionamiento ininterrumpido lo mejor es utilizar una conexión cableada. Dispositivos como consolas, ordenadores y equipos de reproducción de contenidos multimedia en streaming son los que más se benefician del cable.
  2. Por contra si queremos conectar una gran cantidad de dispositivos y poder moverlos libremente el WiFi es la mejor opción. También es una buena idea si los sistemas que vamos a conectar se van a utilizar para trabajos ligeros, navegación web y otras tareas que no sean tan exigentes.

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