Alerta roja en las tecnológicas por el decreto contra inmigración de Trump

El decreto contra inmigración de Trump ha provocado la alerta en las grandes tecnológicas ante las consecuencias para empleados y a largo plazo para todo el sector.

El presidente de EE.UU ha tardado muy poco en dejar claro que va a cumplir las «promesas» electorales por bárbaras que parezcan al mundo civilizado y en su primera semana en el cargo ha firmado una decena de decretos entre los que destacan la construcción del muro en la frontera de México y las medidas contra inmigración.

El veto a la concesión de visados contra ciudadanos de siete países y con ello la entrada en el país aunque tengan permiso de residencia o visado en vigor por el mero hecho de haber nacido en un país determinado, tiene un tufo racista que asusta y todos sabemos por dónde va el xenófobo Trump teniendo en cuenta la religión mayoritaria profesada en esos países. Por no hablar de la más que probable anti-constitucionalidad de la medida y el caos producido en su aplicación, de un día para otro.

Después que las movilizaciones ciudadanas se estén sucediendo y una juez federal haya suspendido temporalmente las deportaciones ante una demanda de la Asociación de Defensa de los Derechos Civiles (ACLU), los ejecutivos de las grandes tecnológicas no han tardado en salir a la red de redes para criticar el decreto y defender a sus empleados afectados.

Las declaraciones del fundador de Netflix resumen bastante bien las críticas contra inmigración de Trump: «Los actos de Trump están afectando a empleados de Netflix en todo el mundo. Esto es tan antiamericano que nos duele a todos. Estas medidas hacen que América sea menos segura, dando que genera odio y pérdida de aliados, en lugar de lo contrario».

El fundador y presidente ejecutivo de la empresa de almacenamiento en nube, Box, aseguró que “el decreto sobre inmigración es inmoral y contrario a nuestros valores», mientras que el co-fundador de Google, Sergey Brin, (inmigrante ruso y nacionalizado) se manifestó en el aeropuerto de San Francisco en contra de la medida de Trump.

El CEO de Apple, Tim Cook, envió una carta a los empleados asegurando que «sin los emigrantes no existiría Apple» y que el decreto de Trump «no es una política que apoyemos», además de comprometerse a brindar ayuda a los trabajadores que resulten afectados. Lo mismo que Satya Nadella, CEO de Microsoft e inmigrante de origen indio, que prometió apoyo a los empleados afectados.

«Mis abuelos vinieron de Alemania, Austria y Polonia. Los padres de Priscilla eran refugiados de China y Vietnam. Estados Unidos es una nación de inmigrantes y debemos estar orgullosos de ello», comentó Mark Zuckerberg como uno de los primeros ejecutivos en posicionarse contra el decreto contra inmigración de Trump.

Por su parte, Jack Dorsey, presidente de Twitter, tuiteó que «el impacto humanitario y económico de la Orden Ejecutiva es real y molesta. Nos beneficiamos de lo que refugiados e inmigrantes traen a los EE.UU.», mientras que Jeff Bezos, CEO de Amazon, ha comentado que no apoyan el decreto de Trump y su compañía está explorando opciones legales para impugnarlo.

A este respecto, destacar una imagen de Steve Jobs (hijo de un inmigrante sirios) que se ha convertido en el «meme» principal para defender a los emigrantes de Silicon Valley y mostrar la «pérdida de talento» que puede suponer el veto.

Además lo anterior y más allá de la tecnología, el decreto contra inmigración de Trump también paraliza el asilo de refugiados (de cualquier país) dejándolos en un limbo jurídico y da alas a los más radicales como están advirtiendo desde países musulmanes. Por cierto, radicales terroristas entrenados y pagados por otros países no vetados por Trump, donde éste tiene múltiples intereses comerciales. Es más, ninguno de los ataques terroristas en Estados Unidos fueron realizados por ciudadanos de los siete países vetados y sí por otros como Arabia Saudí y Egipto, no vetados.