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Análisis

Volkswagen Golf GTE, conexiones

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Sé todo sobre ti, Conor O’Malley El monstruo (Un monstruo viene a verme, 2016)

Dice María que han vuelto los tipos de la azotea y es cierto, ahí están. Los vemos desde la ventana de la oficina andar de un lado para otro pero no logramos saber exactamente qué están haciendo, qué planean y sobre todo qué hacen en la azotea de enfrente de nuestro edificio. A veces les delata un reflejo, otras veces notamos simplemente sombras que se mueven con el rabillo del ojo y de repente están ahí, han vuelto. No les vemos con herramientas y por lo poco que podemos ver desde nuestro lado de la ventana no parece que vayan vestido de trabajadores de mantenimiento, algunas veces incluso parece como si llevaran traje y en una ocasión uno se quitó la chaqueta.

Hoy es jueves y han vuelto los tipos de la azotea una vez más, son una media docena de personas que parecen moverse como si estuvieran haciendo algo que hubieran ensayado muchas veces, no se estorban y caminan rápido, más que otras veces, como si llegaran tarde a algún lado. Están haciendo algo con una maquinaria o eso parece, incluso desde detrás de nuestras ventanas podemos oir los golpes metálicos. El ruido es tan fuerte que a los pies del edificio se empieza a arremolinar gente mirando hacia arriba, mirando a los tipos de la azotea sin verlos pero buscando con la mirada el origen de ese ruido. Y de repente un gran destello y el mundo no volvió a ser igual.

Ya hemos mencionado otras veces que para Volkswagen el Golf es un modelo especialmente emblemático que apunta a los orígenes de la compañía como fabricantes de «automóviles del pueblo» y heredero del incombustible Beetle o escarabajo que sobrevive hasta hoy como símbolo de toda una época. Por eso es especialmente significativo que el Golf haya sido objeto de versiones «con vista al futuro» como el Golf eléctrico, que tuvimos ocasión de probar, o el GTE, una versión híbrida enchufable (como la que probamos del Passat).

Ficha técnica

En realidad la aproximación de Volkswagen a los vehículos híbridos enchufables tiene ya bastantes años, esta que hemos podido probar es la segunda generación del Golf GTE que se puso a la venta en octubre de 2014 y en sustancia los cambios en este nuevo modelo se limitan a las actualizaciones que ha recibido la gama tanto en el diseño exterior o interor como la actualización del equipamiento, pero la parte mecánica apenas ha sufrido cambios.

Un enfoque único

El enfoque de Volkswagen de la tecnología híbrida enchufable es única en todo caso. A diferencia de otros fabricantes la marca alemana no solamente ha aprovechado las ventajas de combinar un motor eléctrico y uno de explosión  para limitar el consumo y permitir su funcionamiento en modo cero emisiones sino que ha aprovechado las características del motor eléctrico capaz de entregar potencia y par de forma inmediata y en cualquier régimen de revoluciones por minuto para darle una personalidad deportiva al coche (como vimos con el Passat).

Como siempre empezamos nuestras pruebas echando un vistazo al aspecto externo del Golf GTE y en realidad nos encontramos con un aspecto prácticamente idéntico al de un Golf con otra motorización cualquiera (algo que pasa con otros modelos como el Mitsubishi Outlander PHEV). En este caso los detalles diferenciadores son por supuesto el logo y una discreta línea azul que une los faros delanteros y que atraviesa el logo de la marca que oculta a su vez el conector de carga.

Con respecto a la versión GTI el aspecto es algo menos agresivo y está en línea con el acabado GT, con llantas de 18 pulgadas de diseño deportivo con radios metálicos y pinzas en el color de la carrocería. Las luces diurnas led en forma de C y los intermitentes traseros también LED o las entradas de aire superior e inferior en color negro y en forma de panal son otros elementos característicos que apenas subrayan ligeramente la línea deportiva de este Golf.

Interior deportivo

El interior también tiene un aire deportivo, con una tapicería en tela con estampado de cuadros que combina muy bien con los detalles como los pespuntes en el volante y la palanca del cambio en color azul y las líneas azules en las puertas y en el pomo del cambio. Los asientos son cómodos y envolventes con la vocación de sujetarnos con firmeza sea cual sea la trayectoria y el ritmo de marcha que llevemos. La tapicería es peculiar, con un motivo a cuadros a medias entre racing y vintage.

La parte de los indicadores tras el volante se ha sustituido como en otros modelos de Volkswagen por una pantalla llamada Digital Cockpit que permite varias configuraciones y que es capaz de mostrar todo tipo de información e incluso el mapa del navegador. En este caso también podremos visualizar el diagrama de flujo de energía que nos permitirá ver si el coche está recuperando carga, consumiéndola, si ha pasado a modo híbrido o si está utilizando solamente el motor de explosión.

Disponer de una pantalla tan completa y configurable es muy útil en este modelo ya que en la práctica es como si tuviéramos que controlar el funcionamiento y el consumo en tres modalidades distintas. Así podremos ver a la vez la carga que le resta a la batería del modo eléctrico, la autonomía total y eléctrica y más datos que nos ayudarán a gestionar la autonomía de los varios modos de funcionamiento para aprovecharlos al máximo.

Interior Golf

El volante es de tipo deportivo y achatado en su parte inferior y la palanca del cambio también acompaña la estética deportiva con su diseño. Por lo demás el interior es igual de práctico y versátil que el de cualquier Golf con espacio para el teléfono móvil en un hueco de la parte inferior del salpicadero (aunque un poco justo para un móvil grande), bolsillos laterales en las puertas y hueco portaobjetos en el reposabrazos.

En la parte central del salpicadero el sistema de información y entretenimiento se muestra en una pantalla de 9,2 pulgadas de muy buena calidad, como ya hemos podido comprobar con otros modelos de la marca, aunque con el tiempo se van notando las huellas por el uso de la pantalla táctil. Como en el caso del Digital Cockpit también podemos mostrar información completa del sistema híbrido y eléctrico, la posibilidad de seleccionar entre los tres modos de funcionamiento (eléctrico, híbrido y uso del motor de explosión para cargar la batería) y en este caso también podemos visualizar una puntuación que califica el tipo de conducción  que realizamos.

En la parte de atrás hay espacio para tres personas, pero como suele pasar en coches de tamaño parecido son algo justas en anchura y el ocupante de la plaza central siempre irá algo más sacrificado por la presencia del reposabrazos y una banqueta más corta que en las plazas laterales. Hay espacio suficiente para las piernas y una buena altura hasta el techo para acomodar a adultos de cierta estatura. Los asientos tienen un acolchado cómodo y permiten trayectos largos sin problemas, algo menos cómoda la plaza del centro tal y como hemos apuntado.

En el túnel central que asoma a la parte trasera se han dispuesto dos salidas de aire para garantizar la climatización de las plazas traseras, sin embargo no dispone como en modelos de otras marcas de conector de corriente o toma USB. En cambio además de la climatización el sistema de altavoces ofrece un buen rendimiento tanto en las plazas delanteras como en la parte de atrás.ç

Poco maletero…

El maletero es uno de los más sacrificados en esta versión ya que pasa de los 380 litros de los Golf con motorización estándar a unos muy justos 272 litros por la presencia de las baterías. Una capacidad de carga que es incluso menor que la del e-Golf ya que en este caso las baterías no solamente se encuentran en la parte baja del maletero sino bajo el habitáculo y los asientos traseros.

Conexiones

Llega la parte de la prueba dinámica y como el coche tiene sus peculiaridades prácticamente se trata de una triple prueba. El modo puramente eléctrico ofrece sobre el papel una autonomía de 50 kilómetros pero en nuestras pruebas ha sido complicado superar los 36 que de todas formas pueden ser suficientes para desplazamientos diarios en ciudad disponiendo de un cargador en nuestra plaza de aparcamiento.

En este modo el Golf rinde 102 caballos que aunque pueden parecer pocos sobre el papel los 330 Nm de par consiguen que el coche se mueva con agilidad y arranque de forma inmediata sin problemas. Además es capaz de subir cuestas y no recurre al sistema híbrido en ningún momento por falta de potencia. Como es habitual con coches eléctricos el funcionamiento es extremadamente suave y silencioso a lo que contribuye la buena insonorización del habitáculo. Una personalidad perfecta para la ciudad incluso con trayectos cortos en autovías de circunvalación, que por otro lado perjudicarán a la autonomía.

En modo híbrido el GTE tiene dos personalidades. En el modo híbrido «normal» el coche tiene a su disposición 204 caballos con lo que tendremos potencia de sobra para movernos con desenvoltura en cualquier situación y viajar sin problemas por autovía o carreteras de todo tipo sin con una reserva de caballos más que de sobra para desenvolvernos y por supuesto divertirnos. El coche no se comporta tan bien como otras versiones deportivas del Golf pero tiene prestaciones, tacto y adherencia de sobra para divertirse sin peligro.

Comparando con otras versiones deportivas del Golf este GTE tiene un hándicap importante y es que es mucho más pesado que cualquiera de las versiones de este Volkswagen, unos 200 kilos más que no se notan al tacto pero sí si comparamos prestaciones. Además este aumento de peso no contribuye demasiado a bajar el centro de gravedad como en los coches eléctricos porque el peso adicional no está tan repartido y se encuentra principalmente en la parte trasera.

Realmente este desequilibrio de pesos no se nota en el manejo del coche en carreteras viradas, mucho menos si activamos el tercer modo de conducción pulsando el botón GTE. En este modo el Golf se torna más agresivo, endurece la dirección, cambia la configuración del cambio automático para apurar más las marchas e incluso modifica el sonido de los escapes para que la experiencia sea completa.

Precisamente este es el punto diferencial del Golf con respecto a otros modelos híbridos enchufables, el que se ha sabido aprovechar las características del motor eléctrico para darle una personalidad deportiva que por lo que hemos podido experimentar está plenamente conseguida. No se trata de un GTI, como hemos apuntado, pero tiene su propia personalidad deportiva que no desmerece a la tradición Golf.

Conclusiones

El Golf GTE es un coche realmente único pues permite una versatilidad que no podemos encontrar en ningún otro modelo (ni siguiera su hermano el Passat o sus primos de Audi híbridos enchufables). Por un lado puede comportarse como el más urbano de los eléctricos con la única limitación de una autonomía reducida con las ventajas que eso supone para ahorro de combustible, acceso al centro de grandes ciudades con bonificación en muchos casos para aparcar en la calle y por supuesto la gran ventaja de no emitir gases contaminantes.

Por otro lado disponemos de un coche deportivo con 204 caballos, cambio DSG, modo deportivo y un comportamiento solamente un escalón por debajo de las versiones más deportivas del Golf. Y si queremos viajar tranquilos este Golf despliega la suavidad,  comodidad y confort que se puede esperar de un Golf con motorización híbrida con una buena autonomía y unos consumos más que aceptables. En fin, es difícil que un mismo coche sea capaz de conectar tantas necesidades y caprichos en una sola carrocería y con un altísimo componente tecnológico de regalo.

Valoración Final
8.2 NOTA
NOS GUSTA
Buen comportamiento como coche eléctrico
Brillante y divertido en modo deportivo
A MEJORAR
Maletero reducido
RESUMEN
La única opción en su categoría de disfrutar de un coche eléctrico práctico, un híbrido con el que viajar y un coche deportivo en un mismo modelo
Prestaciones8.5
Diseño7.5
Consumo9
Confort7.5
Sistema de infoentretenimiento8.5

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