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Cinco mitos sobre el Wi-Fi que todavía se mantienen y que resultan problemáticos
Las conexiones Wi-Fi han alcanzado una popularidad enorme. Actualmente se utilizan a diario por cientos de millones de personas, y su popularidad seguirá creciendo durante los próximos años gracias al auge de los dispositivos móviles, una realidad que está teniendo una consecuencia nada deseable, y es que los mitos y las mentiras asociadas al Wi-Fi desde hace años están repuntando.
En este artículo queremos compartir con vosotros una selección de cinco mitos sobre el Wi-Fi que todavía se mantienen y que han alcanzado unas cuotas de aceptación preocupantes. Algunos de esos mitos que asociamos al Wi-Fi llevan varios años entre nosotros, así que Ya va siendo hora de superarlos por completo.
Como siempre os invito a dejar cualquier duda en los comentarios. Sin más, empezamos.
1.-La red de 5 GHz es siempre la mejor opción
Es uno de los mitos más importantes que todavía se mantienen cuando hablamos de conexiones Wi-Fi. Tenemos la tendencia a pensar que la red 5 GHz y el Wi-Fi 5, también conocido como Wi-Fi AC, son siempre la mejor opción, pero esto no es cierto.
Cuando utilizamos el estándar Wi-Fi 5 y la red de 5 GHz disfrutamos de ciertas ventajas, como menos interferencias y unas velocidades más elevadas, pero sacrificamos alcance. El estándar Wi-Fi 4, conocido también como Wi-Fi N, funciona en la banda de 2,4 GHz y tiene un alcance mayor, incluso en entornos en los que debe afrontar muchos obstáculos.
Lo ideal para disfrutar de una experiencia óptima de uso es contar con un router multibanda que sea capaz de gestionar de manera inteligente la conexión de los dispositivos en función de sus necesidades, y de forma automática. Así, cuando un dispositivo conectado a la banda de 5 GHz se quede sin cobertura el router debería moverlo automáticamente a la de 2,4 GHz.
2.-Todos los obstáculos afectan por igual al Wi-Fi
A pesar de todo lo que se ha hablado de este tema sigue existiendo una fuerte confusión. En este artículo ya os ofrecimos una visión clara sobre cómo afectan los diferentes materiales a la señal de una conexión Wi-Fi, y pudimos confirmar que tanto el hormigón como el pladur son los que tienen un mayor impacto sobre dicho tipo de conexiones.
No todos los obstáculos afectan igual al Wi-Fi, es un mito evidente, pero debemos tener en cuenta, además, que hay algunos objetos que pueden destruir por completo nuestra conexión Wi-Fi. Espejos y peceras son dos grandes enemigos de este tipo de redes, así que debemos evitarlos en la medida de lo posible.
Si tienes dudas sobre el impacto de los obstáculos que afronta tu conexión Wi-Fi tranquilo, puedes probar a colocar el router en diferentes ubicaciones y decidir en cuál de ellas ofrece una mejor experiencia.
3.-No es posible mejorar una red Wi-Fi sin gastar dinero
Otro de los mitos más importantes que se mantiene de plena actualidad. Muchos usuarios creen que es imposible mejorar de verdad una red Wi-Fi sin tener que invertir una gran cantidad de dinero, pero la realidad es totalmente distinta.
Ya hemos compartido con vosotros en más de una ocasión guías que contienen recomendaciones y consejos para mejorar la velocidad de una conexión Wi-Fi lenta sin tener que invertir dinero. Cosas tan simples y sencillas como cambiar la ubicación del router, cerrar aplicaciones en segundo plano, orientar bien las antenas, cambiar los canales y actualizar el firmware del router pueden ayudarnos a mejorar el rendimiento de nuestra conexión Wi-Fi.
Es importante tener en cuenta que todo tiene un límite, y que si alcanzamos ese tope de mejora que podemos conseguir sin gastar dinero ya no nos quedará otra opción que rascarnos el bolsillo, aunque por suerte podemos encontrar muchas opciones interesantes y económicas en el mercado, incluyendo desde repetidores Wi-Fi hasta dispositivos PLC y unidades USB.
4.-Mi Wi-Fi va lento por culpa de mi proveedor
Ha pasado mucho tiempo desde que se empezó a aclarar el tema de la diferencia entre la velocidad de conexión que tenemos contratada y la que recibimos por Wi-Fi. El máximo que podemos disfrutar no solo dependerá de nuestro proveedor, sino también de otros factores como los dispositivos que utilicemos, la tecnología de estos y el alcance de la red.
Por ejemplo, si tenemos contratados 900 Mbps no debemos pensar que esa la cifra que vamos a disfrutar al conectarnos mediante Wi-Fi en cualquier rincón del hogar. La distancia y los obstáculos reducirán la intensidad y el alcance de la señal, y también afectarán negativamente al rendimiento.
En este sentido también influye la tecnología del dispositivo que se conecta a la red Wi-Fi. Así, un smartphone viejo que solo funciona con Wi-Fi N no podrá alcanzar esas velocidades ni aunque lo utilicemos «pegado» al router.
5.-No es seguro utilizar conexiones Wi-Fi
Es otro de los mitos más extendidos. Mucha gente cree que las redes Wi-Fi ofrecen una seguridad muy pobre y que se pueden vulnerar en apenas unos minutos, pero eso no es cierto.
Desde un punto de vista comparativo está claro que el Wi-Fi no es, por su propia naturaleza, tan seguro como una conexión inalámbrica, pero con una configuración mínima ofrece una protección más que adecuada para cualquier usuario medio.
Recordad que la mayoría de las intrusiones en redes Wi-Fi ajenas se producen por el uso de contraseñas débiles y fácilmente predecibles. En este sentido los ataques de fuerza bruta que utilizan listas de contraseñas liberadas en Internet también se mantienen como un problema frecuente. Algo tan sencillo como cambiar la contraseña y el nombre de tu red Wi-Fi utilizando valores seguros puede marcar una diferencia enorme.
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