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Ashley, o el spam musical en Spotify

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Ashley, o el spam musical en Spotify

De un tiempo a esta parte, una usuaria de Spotify llamada Ashley se ha convertido en una celebridad en ciertos círculos por sus recomendaciones musicales. Es tremendamente activa, pues participa en cualquier lista abierta de Spotify que se cruza por su camino, y ya son muchos los usuarios del servicio que la conocen, que saben de sus recomendaciones, y que no han quedado indiferentes ante su constante actividad. Así visto suena bien, ¿verdad? Solo hay un problema, y es que en realidad es algo bastante negativo.

La mayoría de las teorías apuntan a que Ashley es, en realidad, un bot, pero independientemente de que lo sea o no, lo cierto es que se ha convertido en una presencia bastante fastidiosa, pues de un tiempo a esta parte se dedica a buscar todo tipo de listas compartidas abiertas en Spotify, para añadir a las mismas una muy, muy pequeña selección de canciones, siempre las mismas, tengan alguna relación o no (que es lo que ocurre en la inmensa mayoría de los casos) con la temática de las listas.

Ashley no está sola, de manera paralela a su proliferación, también han aparecido otras cuentas, igualmente con nombre de mujer, que están actuando de manera similar, llenando listas que hasta ese momento eran muy interesantes, en un catálogo de unas pocas canciones repetidas hasta la nausea. Las primeras publicaciones denunciando este spam han tenido lugar, como podemos leer en Mashable, y las reacciones han llegado al punto de que algunos de los autores de las listas que han recibido esta desagradable visita han cambiado sus nombres, para hacer referencia a este molesto bot.

¿Y por qué Ashley, Jeni, Olivia, Claudia, Julia y Lily se dedican a llenar las listas colaborativas de Spotify con determinadas canciones? Hay varias teorías, principalmente dos, que intentan explicar la razón de ser de estos bots, y personalmente pienso que hay un poco de la primera, y un mucho de la segunda.

La primera es la que viene a la cabeza en la mayoría de los casos: una broma molesta. La presencia de trols es una constante en Internet, y crear una supuesta Ashley que se dedique a desbaratar las listas compartidas de los usuarios de Spotify suena a la broma pesada que a muchos de ellos se les pasaría por la imaginación. La posibilidad de crear cuentas gratuitas en el servicio es, desgraciadamente, una puerta abierta a dichas personas y, por lo tanto, a dicho tipo de acciones.

Ashley, o el spam musical en Spotify

La segunda es que la elección de las canciones que añade Ashley a las listas no es casual. Como ya he mencionado antes, estos bots cuentan con una selección de artistas bastante limitada (en algunos casos solo añaden música de un único artista), por lo que todo apunta a que se trata de una técnica de spam. Esto no es algo nuevo, hace ya años se sabe de artistas con su catálogo en Spotify que intentan añadir sus creaciones a tantas listas como resulte posible. Ashley no sería más que una versión automatizada de dicha técnica.

¿Y por qué? Muy sencillo: seguramente ya sabrás que los artistas cobran de Spotify por el volumen total de reproducción de sus canciones. Ahora bien, éstas no deben reproducirse por completo para que cuenten como una reproducción, Con que se reproduzcan 30 segundos, ya se sumará al acumulado de reproducciones. Así, si Ashley añade una canción a una lista colaborativa que escuchan habitualmente, pongamos 1.000 personas, basa con que cada una de esas 1.000 persona escuche 30 segundos para subir en dicha cantidad el contador.

Esto con una lista, pero si Ashley hace sus deberes y añade su spam en centenares o incluso miles de listas, los números se multiplican, y la puesta en marcha de estos bots pasa a ser una acción muy rentable para sus responsables, aunque como consecuencia directa desvirtúa  por completo el trabajo de selección que han llevado a cabo muchas personas para confeccionar las listas. Algo que, a su vez, seguramente se traducirá en que éstas sean cada vez menos escuchadas.

El problema es que, al menos de momento, Spotify no cuenta con una función que permita limitar o impedir que una persona en particular añada música en una lista colaborativa. Además, este dato es público, por lo que a corto plazo podemos esperar que la presencia de Ashley y demás bots se incremente. La única solución es que Spotify identifique rápidamente estos bots, ya sea por sus propios medios o con ayuda de las denuncias de los usuarios, y habilite un sistema que no solo expulse dichas cuentas del servicio, sino que además sea capaz de revertir sus acciones en las listas colaborativas.

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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