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Cuidado con tus datos en las apps para la salud mental

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La salud mental nunca ha contado con los mismos niveles de reconocimiento y apoyo que otras áreas de la salud. Culturalmente, y durante mucho tiempo, ha sido un enorme tabú del que no se hablaba y que arrastraba un giganteco estigma. Desde la esquizofrenia hasta la depresión, padecer este tipo de enfermedades y trastornos ha llevado asociado, durante muchísimo tiempo, el plus de tener que ocultarlo como medida de autoprotección. Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, afortunadamente poco a poco el estigma se va mitigando, por lo que podemos esperar que a medio plazo, la salud mental no sea algo asociado a decenas de etiquetas, y una señal bastante clara en este sentido la encontramos en la proliferación de apps dedicadas a la salud mental, apps asociadas a servicios relacionados con la misma de una u otra manera, y que contribuyen a la necesaria normalización. La mala noticia, sin embargo, es que este tipo de apps podrían estar comprometiendo la privacidad de sus usuarios, a tenor de un estudio llevado a cabo por la Fundación Mozilla, que tras analizar 32 apps relacionadas con la salud mental ha llegado a la conclusión de que 28 de ellas no cumplen los estándares determinados por la fundación para considerar que son respetuosas con la privacidad de sus usuarios, en base a cuatro criterios: Qué hace la empresa con los datos de los usuarios. Cómo un usuario puede controlar sus propios datos. La trayectoria anterior de la empresa en materia de protección de datos de los usuarios. Cómo la empresa cumple con los Estándares Mínimos de Seguridad de Mozilla. El problema es que, como ya comentaba al principio, la salud mental sigue sometida a un importante estigma por parte (afortunadamente menguante) de la sociedad, de manera que un cumplimiento insuficiente de los estándares de seguridad se puede traducir en que los datos de usuarios, que confían en estos servicios pensando que su información permanece a buen recaudo, pueden llevarse un importante disgusto al comprobar que no es así, y que los intereses comerciales han primado sobre el cuidado de la privacidad de los usuarios. El estudio analiza 32 servicios, todos ellos de Estados Unidos, por lo que no podemos extrapolar los resultados del mismo al resto de geografías. No obstante, sí que es un recordatorio clave que, a la hora de elegir un servicio y/o app relacionado con la salud mental, debemos ser especialmente cuidadosos en lo referido a revisar sus políticas de privacidad. Y, si es posible, buscar elementos que nos puedan ayudar a verificar el efectivo cumplimiento de las mismas.

La salud mental nunca ha contado con los mismos niveles de reconocimiento y apoyo que otras áreas de la salud. Culturalmente, y durante mucho tiempo, ha sido un enorme tabú del que no se hablaba y que arrastraba un giganteco estigma. Desde la esquizofrenia hasta la depresión, padecer este tipo de enfermedades y trastornos ha llevado asociado, durante muchísimo tiempo, el plus de tener que ocultarlo como medida de autoprotección.

Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, afortunadamente poco a poco el estigma se va mitigando, por lo que podemos esperar que a medio plazo, la salud mental no sea algo asociado a decenas de etiquetas, y una señal bastante clara en este sentido la encontramos en la proliferación de apps dedicadas a la salud mental, apps asociadas a servicios relacionados con la misma de una u otra manera, y que contribuyen a la necesaria normalización.

La mala noticia, sin embargo, es que este tipo de apps podrían estar comprometiendo la privacidad de sus usuarios, a tenor de un estudio llevado a cabo por la Fundación Mozilla, que tras analizar 32 apps relacionadas con la salud mental ha llegado a la conclusión de que 28 de ellas no cumplen los estándares determinados por la fundación para considerar que son respetuosas con la privacidad de sus usuarios, en base a cuatro criterios:

  • Qué hace la empresa con los datos de los usuarios.
  • Cómo un usuario puede controlar sus propios datos.
  • La trayectoria anterior de la empresa en materia de protección de datos de los usuarios.
  • Cómo la empresa cumple con los Estándares Mínimos de Seguridad de Mozilla.

La salud mental nunca ha contado con los mismos niveles de reconocimiento y apoyo que otras áreas de la salud. Culturalmente, y durante mucho tiempo, ha sido un enorme tabú del que no se hablaba y que arrastraba un giganteco estigma. Desde la esquizofrenia hasta la depresión, padecer este tipo de enfermedades y trastornos ha llevado asociado, durante muchísimo tiempo, el plus de tener que ocultarlo como medida de autoprotección. Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, afortunadamente poco a poco el estigma se va mitigando, por lo que podemos esperar que a medio plazo, la salud mental no sea algo asociado a decenas de etiquetas, y una señal bastante clara en este sentido la encontramos en la proliferación de apps dedicadas a la salud mental, apps asociadas a servicios relacionados con la misma de una u otra manera, y que contribuyen a la necesaria normalización. La mala noticia, sin embargo, es que este tipo de apps podrían estar comprometiendo la privacidad de sus usuarios, a tenor de un estudio llevado a cabo por la Fundación Mozilla, que tras analizar 32 apps relacionadas con la salud mental ha llegado a la conclusión de que 28 de ellas no cumplen los estándares determinados por la fundación para considerar que son respetuosas con la privacidad de sus usuarios, en base a cuatro criterios: Qué hace la empresa con los datos de los usuarios. Cómo un usuario puede controlar sus propios datos. La trayectoria anterior de la empresa en materia de protección de datos de los usuarios. Cómo la empresa cumple con los Estándares Mínimos de Seguridad de Mozilla. El problema es que, como ya comentaba al principio, la salud mental sigue sometida a un importante estigma por parte (afortunadamente menguante) de la sociedad, de manera que un cumplimiento insuficiente de los estándares de seguridad se puede traducir en que los datos de usuarios, que confían en estos servicios pensando que su información permanece a buen recaudo, pueden llevarse un importante disgusto al comprobar que no es así, y que los intereses comerciales han primado sobre el cuidado de la privacidad de los usuarios. El estudio analiza 32 servicios, todos ellos de Estados Unidos, por lo que no podemos extrapolar los resultados del mismo al resto de geografías. No obstante, sí que es un recordatorio clave que, a la hora de elegir un servicio y/o app relacionado con la salud mental, debemos ser especialmente cuidadosos en lo referido a revisar sus políticas de privacidad. Y, si es posible, buscar elementos que nos puedan ayudar a verificar el efectivo cumplimiento de las mismas.

El problema es que, como ya comentaba al principio, la salud mental sigue sometida a un importante estigma por parte (afortunadamente menguante) de la sociedad, de manera que un cumplimiento insuficiente de los estándares de seguridad se puede traducir en que los datos de usuarios, que confían en estos servicios pensando que su información permanece a buen recaudo, pueden llevarse un importante disgusto al comprobar que no es así, y que los intereses comerciales han primado sobre el cuidado de la privacidad de los usuarios.

El estudio analiza 32 servicios, todos ellos de Estados Unidos, por lo que no podemos extrapolar los resultados del mismo al resto de geografías. No obstante, sí que es un recordatorio clave que, a la hora de elegir un servicio y/o app relacionado con la salud mental, debemos ser especialmente cuidadosos en lo referido a revisar sus políticas de privacidad. Y, si es posible, buscar elementos que nos puedan ayudar a verificar el efectivo cumplimiento de las mismas.

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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