Análisis
Análisis Philips E-Line 28″ 4k UHD (288E2): 4K para todos a buen precio
Cuando se trata de claridad y detalle, la resolución 3840 x 2160 (‘4K’ UHD) en una pantalla de 27 – 28″ puede ser muy atractiva para casi cualquier usuario. Y esto es precisamente lo que nos propone Philips en su nuevo monitor 288E2E: un panel IPS 4K multipropósito con una tasa de refresco de 60 Hz. Y aunque no es estrictamente un monitor para “jugones” (pese a que así se presenta en el packaging), sí que cumple tanto en este terreno como en prácticamente todos a los que le ponemos a prueba, contando con características destacadas como su compatibilidad con Adaptive-Sync, incluido AMD FreeSync.
La nueva pantalla de la marca cuenta con soporte de color de 10 bits y según su hoja de especificaciones, un tiempo de respuesta de 4 ms, suficiente tanto para profesionales como para dar casi el máximo en algunos de los títulos más exigentes del mercado.
Construcción y conectividad
Sencillo en su construcción, la marca marca nos propone un monitor de marcos ligeros (poco más de un centímetro en sus laterales y en el lado superior), una peana en forma de anillo rectangular de plástico negro mate con textura cepillada; la construcción general mantiene esa apuesta por el plástico. Llama la atención que los biseles superior y laterales sean de doble fase, incluyendo en este sentido un delgado borde a ras de la pantalla, lo que nos roba unos milímetros de visibilidad.
La amplia base de la peana facilita la estabilidad del monitor y cuenta con dos peques bisagras que nos van a permitir cambiar el ángulo de visualización (entre 5º y 20º), siendo además regulable en altura. En la parte trasera contamos unas cuantas opciones de conectividad que nos van a ofrecer prácticamente todo lo que necesitamos para nuestro trabajo: en este caso, HDMI 2.0, DisplayPort 1.2a, conector para auriculares 3,5 mm y cuatro puertos USB 3.2 (uno de los cuales, “pintado” en amarillo con soporte para carga rápida).
El conjunto se complementa con su conector de alimentación y un pequeño “joystick” con el que navegaremos por los distintos menús. Además también contamos con altavoces integrados en el frontal anterior, suficientes en calidad y potencia para por ejemplo una videollamada, pero no para otras tareas que precisan de más calidad como puede ser el escuchar música.
Nos ha sorprendido para bien el uso de una superficie antirreflectante, que si bien es cierto no evita los reflejos por completo cuando tenemos una fuente de luz directa detrás de nosotros, sí que consigue ofrecer un resultado más que decente ya que a simple vista no se aprecia la presencia de capas delante de la imagen mientras que la claridad y los colores vivos se mantienen. Es cierto que en condiciones de mayor luminosidad, la luz que incide sobre la superficie de la pantalla puede dar un aspecto «vidrioso» al observar algunos contenidos. Sin embargo, el control de los reflejos es muy superior al de una superficie brillante o incluso a otras superficies mate.
Menús, presets y valores
Como era de esperar este 288E2E mantiene el menú clásico de los monitores Philips y como en la inmensa mayoría de los monitores, la usabilidad en la navegación entre los distintos menús sigue siendo un mejorable. Facilita su uso sin embargo el buen número de presets que se incluyen en este modelo: «FPS», «RTS», «Gamer1», «Gamer2», «LowBlue Mode», «EasyRead» y «SmartUniformity”.
La mayoría de estos controles no son más que ajustes que podemos realizar en todo caso de forma manual jugando con los distintos valores de brillo, contraste, etc. con la notable excepción de “Lectura Fácil” que transforma la pantalla a escala de grises, y “LowBlue” pensado para reducir una parte del espectro de este tipo de luz. Como cada vez admiten más monitores, en este Philips también podremos activar el modo PiP (Picture in Picture)/PBP (Picture by Picture) en el que combinaremos dos entradas de vídeo.
Los ángulos de visión son bastante correctos. Y el “LagomTest” que mide estos valores utilizando un fondo de escritorio mixto, aprecia únicamente cambios de color relativamente menores en los ángulos más extremos, así como cierta pérdida de contraste en los ángulos más agudos…sin que realmente sea algo que deba preocuparnos en un monitor de gama media como este.
En este tipo de monitores 4K UHD, muchos usuarios suelen enfrentarse a una densidad de pixeles (157,35 PPI) que hace que quieran utilizar algún tipo de escalado para poder utilizar la pantalla con comodidad. En este caso y aunque desde luego vamos a ver los iconos y demás elementos mucho más pequeños de lo habitual, la sensación que obtenemos no es tan extraña y no cuesta acostumbrarse a trabajar en resolución máxima y sin escalar; en todo caso, un pequeño escalado del 125% puede resultar una solución de compromiso ideal. Tanto el texto como otros elementos escalan en este sentido correctamente y la mayoría de los contenidos se muestran con mucha mayor nitidez de la que obtenemos en modelos con menos densidad de pixeles.
Más importante aún es el buen contraste que ofrece esta unidad, situándose en nuestras pruebas por encima de los 1000:1 especificados en la documentación oficial e incluso un poco más allá si realizamos algunos ajustes. En el lado menos positivo el hecho de que aunque en general la imagen (en películas y vídeos) se reproduce de forma muy consistente, la textura de la superficie de la pantalla no es tan ligera y uniforme como la que encontramos en otros modelos y puede producir cierta granulosidad en los tonos más claros. Tampoco por otro lado, encontramos esa profundidad y atmósfera propia de las escenas más oscuras, pero en realidad no es algo que debería inquietarnos salvo en momentos muy puntuales. En cambio los colores mantienen siempre su vivacidad y la atención al detalle es excelente.
Por otro lado, a los más jugones les gustará saber que la capacidad de respuesta es muy buena dentro de los límites que impone una tasa de refresco de 60 Hz. El lag que encontramos es mínimo y tal vez se nota algo en algunas transiciones, pero una vez más, no difiere a lo que canos a encontrar en la mayoría de los monitores 4K de esta categoría. El Adaptive-Sync también es compatible, y funciona como es debido para eliminar el tearing y el stuttering dentro del rango de VRR de 40 a 60 Hz. Tanto con nuestra GPU AMD (FreeSync) como con la GPU Nvidia (‘Modo Compatible G-SYNC’) en general, creemos que este modelo ofrece un rendimiento sólido a un precio competitivo, ya que podemos encontrarlo en el meraco por entre 200 y 300 euros.
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