11 años y 16,5 millones de euros después no hay evidencias de que los móviles provoquen cáncer

En 2003 el Reino Unido decidió valorar hasta qué punto era cierto que los móviles podrían estar relacionados con el cáncer. Para ello, planteo un impresionante programa de investigación que ha sido realizado durante los últimos once años, con un presupuesto superior a los 16 millones de euros y resultado demoledor: no se ha encontrado ni una sola evidencia de posibles efectos perjudiciales para la salud.

En programa incluye más de 60 artículos científicos donde se desmitifican rumores como que las estaciones de telefonía móvil pueden provocar cáncer en los niños de las mujeres embarazas o la relación entre uso del móvil y leucemia.

En el informe final de 50 páginas se puede leer la siguente conclusión: «Damos este programa por finalizado y, a pesar de que se han realizado investigaciones exhaustivas, no hay evidencia alguna de que las ondas de radio producidas por móviles o repetidores supongan un riesgo para la salud»

Para evitar suspicacias, conviene recordar que el trabajo ha sido financiado con fondos públicos y los informes llevan la firma de los científicos más prestigiosos de las islas británicas. Además, este es solo el principio de un proyecto todavía más ambicioso que responde al nombre de COSMOS y está estudiando la indicencia del uso de la telefonía móvil a largo plazo con una muestra de 100.000 británicos. El objetivo es «asegurarse de que no hay efectos adversos que puedan manifestarse después de muchos años».

¿Es el fin de la paranoia acerca de los móviles y la salud? Probablemente no. El miedo a lo desconocido y el «principio de precaución«, que provocó que el estado francés prohibiera el WiFi en las guarderías , seguirán presente por mucho dinero y tiempo que se invierta en demostrar lo que, para cualquiera con unas mínimas nociones de física y cierto sentido común, parece una obviedad.

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