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Xiaomi quiere competir con los grandes y fabricará sus procesadores

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Importante movimiento estrátegico del fabricante chino; Xiaomi está desarrollando sus propios procesadores con el objetivo de contar con diseños personalizados en función de sus necesidades y ser más independientes de terceros. Todo listo para jugar con las mismas armas que Apple, Samsung o Huawei.

Según la información de The Wall Street Journal, los procesadores en desarrollo responden al nombre en clave «Pinecone» y los primeros estarían disponibles en un mes. En esta primera fase Xiaomi trabaja en dos modelos; el Pinecone V670, destinado a gama de entrada y gama media, está fabricado en 28 nanómetros y cuenta con 8 núcleos Cortex-A53 con GPU Mail-T80 MP4 de cuatro núcleos.

El Pinecone V970, fabricado en 10 nanómetros, será un SoC muy potente y capaz de competir de tú a tú con los Snapdragon 835 de Qualcomm. Combinará cuatro núcleos Cortex-A73 a 2,7 GHz con otros cuatro Cortex-A53 a 2 GHz para conseguir un equilibrio entre potencia y eficiencia energética.

Esta información confirma lo que ya adelantamos hace unos días y sienta las bases para una nueva etapa de una compañía que se convertirá en un player mucho más importante en los próximos meses.

Xiaomi, su independencia y el problema de las patentes

Como muchos lectores saben, la expansión internacional de Xioami es limitada por sus problemas legales con las patentes que utiliza. Fabricar sus propios microprocesadores le otorgaría independencia frente a Qualcomm y podría ser el primer paso para entrar en países como India.

Así, Xioami ha ido virando desde un modelo donde era poco más que un ensamblador a una empresa innovadora, que no se limita a copiar lo que otros hacen y venderlo más barato sino que se atreve a mirar de tú a tú a los gigantes de la telefonía móvil y competir en uno de los sectores más complicados del mundo tecnológico. Desarrollar sus propios componentes es clave para marcar el ritmo y no estar limitado por los tiempos de los proveedores.

Por otro lado, las ventajas van mucho más allá de la batalla frontal contra los modelos estrella de Apple o Samsung; con Pinecone la compañía podrá abaratar el precio final de sus dispositivos (o aumentar el margen por unidad), revender sus desarrollos a terceros (seguramente marcas asiáticas) o incluso tener una posición más fuerte ante Qualcomm y otros proveedores, dado que ahora sí tienen un plan B.

En cualquier caso, la operación no está exenta de riesgos; fabricar procesadores móviles a ese nivel implica un aumento desmesurado de recursos, tanto a nivel humano como de instalaciones y materiales, así que ya no será suficiente con ser fuertes en Asia.

Más información|  The Wall Street Journal

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