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Sonda Solar Parker, la primera que se acercará al Sol sin quemarse

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Sonda Solar Parker

NASA ha puesto fecha de lanzamiento a la Sonda Solar Parker, el primer instrumento humano que logrará acercarse lo suficiente al Sol para investigar su actividad y salir indemne de las feroces radiaciones y temperaturas emitidas por nuestra estrella.

Cuando leí anoche el anuncio de NASA con los detalles de la misión y lanzamiento en julio de 2018 de la Sonda Solar Parker, me vino a la cabeza la película Sunshine de Danny Boyle. Una aventura espacial para salvar la Tierra de la estrella que precisamente nos da la vida. Vida y muerte porque según las previsiones científicas, dentro de unos miles de millones de años el Sol agotará su combustible nuclear y se convertirá en una gigante roja, probablemente engullirá a la Tierra o como poco acabará con toda vida en el planeta.

La sonda solar Parker (oficialmente Solar Probe Plus pero rebautizada en honor a Eugene Parker, el astrofísico que desarrolló la teoría de los vientos solares supersónicos) será el primer instrumento que puede llegar tan cerca al Sol como para estudiar y medir algunos de los fenómenos que nos afectan aquí en la Tierra. En concreto llegará hasta los 6 millones de kilómetros de su superficie, tocando la corona del astro rey y siete veces más cerca que ninguna otra antes.

Una nave muy pequeña en tamaño y peso, pero con un viaje asombroso por delante. Será necesario un lanzamiento con el cohete más potente de NASA, el Delta IV Heavy, y un complicado mecanismo orbital utilizando la gravedad de Venus durante siete años, para lograr la aceleración necesaria y alcanzar la corona del Sol.

Allí realizará investigaciones y mediciones que nos permita conocer porqué la corona solar es mucho más caliente que su superficie y cómo las perturbaciones en el viento solar sacuden el campo magnético de la Tierra. El estudio del «clima espacial» debe ayudar a mejorar la calidad de las comunicaciones por satélite, problemas con redes eléctricas, adelantar las alertas sobre amenazas de oleadas solares, además de mejorar la exposición a la radiación en los vuelos comerciales y también la seguridad de los astronautas, imprescindible para misiones tripuladas como la de Marte.

«Es una nave cargada con grandes avances tecnológicos que va a resolver muchos de los más grandes misterios de nuestra estrella»

Hace seis décadas que estaba programada una misión similar pero dice NASA que nunca habían contado con los materiales y tecnología suficiente como para acercarse tanto al Sol y resistir temperaturas cercanas a los 1.400 grados centígrados. Una de las claves será un escudo térmico creado a base de un compuesto de carbono de 11,43 centímetros de espesor, que deberá proteger instrumentos y la misma nave de temperaturas y radiaciones brutales.

Uno de los responsables del proyecto explica que sería imposible realizar estas mediciones con la precisión necesaria desde un punto más lejano. «Es muy emocionante echar un vistazo tan cerca. Nos gustaría tener mediciones más detalladas de lo que está pasando en el viento solar. Estoy seguro de que habrá algunas sorpresas. Siempre las hay». 

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