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Análisis

Insignia Sports Tourer 2.0 T, armonía

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«Las colinas reviven con el sonido de la música» Hermana María, (Sonrisas y lágrimas 1965)

No puedo dejar de murmurar esa canción mientras concilio el sueño. Miro al techo, cierro los ojos, acompaso mi respiración y cuando quiero darme cuenta estoy respirando al ritmo de esa tonadilla, de esa melodía. No quiero coger el móvil ahora, dicen que la luz de la pantalla dificulta conciliar el sueño y de todas formas la lectura nunca me ha ayudado a dormir, pero tampoco me han ayudado el alcohol y ni siquiera las drogas. Hasta he intentado el yoga y la acupuntura. Una estupidez, lo se, pero me he quedado sin opciones: hace un mes justo que no puedo dormir y esa música no me abandona.

Por primera vez en mucho tiempo maldigo mi decisión de dejar de fumar. Ahora mismo me encendía diez uno detrás de otro pero tampoco quiero salir a la calle en este momento y no tengo tabaco en casa. Así que vuelvo a abrir los ojos y miro el techo y me sorprendo otra vez tarareando y golpeando la colcha al ritmo de la música. Me escuecen los ojos y al rechinar los dientes me duelen las muelas. Tengo la boca seca pero tampoco me levantaré para buscar un vaso de agua, ni siquiera voy a encender la luz. Igual el cabrón de Charlie tiene razón y nunca debí aceptar el trabajo, a partir de ahora no voy a asesinar a ningún músico más.

En esta ocasión también volvemos a visitar un modelo que probamos anteriormente pero en una versión doblemente interesante por la motorización y concepto (260 caballos pueden dar para bastante diversión) y por otro porque en esta ocasión hemos elegido una carrocería «ranchera» o de forma mucho más elegante «sport wagon» para comprobar si la excelente habitabilidad y capacidad de carga del Insignia aumenta de forma significativa.

Ficha técnica

Esta propuesta de Opel engrosa las filas de los familiares deportivos, un producto que tuvo un gran auge de popularidad y que actualmente combate por su territorio con los SUV deportivos que actualmente compiten por atraer a los compradores que buscan un coche familiar pero con unas prestaciones superiores a los modelos estándar a la vez que transmiten sensaciones más dinámicas que los modelos habituales.

SUV contra SportWagon

Se impone en este momento un paréntesis de reflexión ya que a pesar de que marcas de reconocido prestigio en el campo de las sensaciones deportivas se han lanzado a proponer SUVs cargados de buenas calidades dinámicas, la verdad es que en cuanto a sensaciones es difícil compentar la sensación de estar pegados al suelo con lo que supone de sensación de control y velocidad frente al sacriificio de tener limitadas las aventuras fuera del asfalto. Y el Insignia aporta todo eso.

Y aquí entramos en el interesante debate de qué es deportividad. Todos estamos de acuerdo en que la primera fase es que entre por los ojos, y ahí los SUV pueden competir con las increíbles líneas que consiguen los fabricantes en sus mesas de diseño, pero en el apartado de las sensaciones ir rápido en curva quizás no es suficiente y estar pegado al suelo es una condición que exigen los puristas.

Vemos entonces primero el apartado de la línea. Las credenciales que presenta este Insignia para la batalla son muy buenas en este punto. A pesar de medir 10 centímetros más que la versión berlina, este modelo tiene una línea francamente deportiva y aerodinámica. El techo desciende suavemente curvándose hasta el portón posterior en el que le espera un spoiler posterior que rompe con la línea para recuperarla envolviendo la parte trasera hasta el generoso parachoques.

Todo esto para un coche de prácticamente cinco metros de longitud y una gran distancia entre ejes, con lo que esta medida supone para ofrecer proporcionar una buena habitabilidad y capacidad de carga que veremos más adelante. Pero gracias a la línea deportiva, que es evidente que ha sido cuidada al máximo, el coche no parece tan grande como marcan sus medidas, aunque pronto nos daremos cuenta de la realidad en cuanto por ejemplo busquemos plaza de aparcamiento.

Estrechos

Es curioso como al observar el coche por detrás la sensación es la contraria, como si el Insignia fuera más estrecho de lo que es en realidad, quizás por la relación de ésta con la abundante longitud del coche. Si lo observamos por delante en cambio el largo capó nos ensancha la vista y nos encontraremos con la peculiar idea de que el coche es más estrecho por detrás que por delante.

Para completar los ingredientes de la primera e importante asignatura de la deportividad, las ruedas juegan un papel fundamental. En este caso el Insignia luce unas atractivas llantas de 20 pulgadas que dejan entrever unas pinzas de frenos Brembo que suelen ser compañeras de las versiones más divertidas de los catálogos de los fabricantes. En esta ocasión han  renunciado a que éstas luzcan en rojo lo que le da una pincelada de modestia para una mezcla muy personal.

El Insignia se está ganando desde su relanzamiento con esta nueva versión 2017 la fama de coche capaz de competir con marcas más prestigiosas con modelos de su tamaño y este Sports Tourer juega precisamente la baza del tamaño además de otras que veremos. Lo cierto es que esos casi cinco metros le hacen superar en cotas a modelos tan reconocidos como el BMW serie 5 lo que a la vez le hace más atractivo aún como alternativa al SUV.

Diseño dentro

Dentro del capítulo estético el diseño y los acabados interiores del Insignia, que ya vimos en la prueba que hicimos anteriormente, es un activo que permite a Opel mirar sin complejos a sus paisanos. No hablamos de acabados y materiales de gran lujo pero sí de suficiente nivel, por cierto muy mejorado en esta última generación, como para sentirse a gusto con la inversión con detalles como el del volante o los acabados de la tapicería de piel del acabado Exclusive de nuestro modelo.

La filosofía del diseño interior del Insignia ya de por sí es bastante inclinada hacia lo deportivo, con la zona del conductor bien envuelta, con excelente visibilidad y que puede configurarse para lograr la postura ideal. En la parte de atrás tres pasajeros pueden viajar bastante cómodos, tanto en anchura como sobre todo en espacio para las piernas gracias a la distancia entre ejes. El perfil de la carrocería sport wagon por otro lado no resta espacio para la altura (no demasiado generosa por el otro lado) por lo que en conjunto el coche es muy confortable.

Evidentemente, uno de los puntos importantes de este modelo es el del maletero. Con 560 litros la capacidad es muy grande, aunque aquí no consigue batir a otros modelos con filosofía similar. Lo que nos ha gustado mucho es que el plano de carga está alineado con el hueco que deja la puerta del maletero por lo que cargar el coche es muy fácil. El espacio en general es muy aprovechable aunque al abatir los asientos la superficie de carga resultante no es regular. Eso sí, al hacerlo podremos cargar objetos de hasta dos metros, una gran ayuda para «operaciones IKEA».

Al volante

El siguiente apartado es por supuesto el de las prestaciones y sensaciones al volante. Las credenciales de este Insignia son muy buenas en este aspecto: 260 caballos, cambio automático de 8 relaciones y tracción integral no son malos compañeros para buscar alegrías en la conducción. Lo primero hay que apuntar que la excelente insonorización del Insignia entra en juego de forma impecable también con este motor. Solo notaremos un ronroneo agradable al apurar las marchas, para lo que usaremos las levas o pondremos el selector de modos de conducción en Sport.

Al poner en marcha el coche una presión moderada del acelerador ya nos transmite las primeras sensaciones, el modo Sport enseguida detecta nuestras intenciones y sube las revoluciones para pasar casi sin darnos cuenta a segunda y tercera para quedarse agazapado por si realmente queremos divertirnos. Y claro que queremos, no faltaría más. El tacto del acelerador y el funcionamiento del cambio nos han parecido muy conseguidos, sensible pero controlable con ligero titubeo al arrancar (por el cambio) pero cojen las riendas enseguida para llevar el régimen adecuado.

Este Insignia es un coche que invita a ir a buen ritmo y eso hacemos buscando afanosamente un trayecto con curvas para poner a prueba los amortiguadores y la tracción total. Otro momento muy bueno, el control de tracción y las cuatro ruedas motrices nos dan la sensación de que al volante podemos hacer cualquier cosa. Una sensación de seguridad casi excesiva, no es fácil buscar los límites a este coche y eso en parte da un poco de rabia porque en algunos momentos se espera una reacción de genio que no se produce por el meticuloso control de la adherencia que luce el coche.

Pero enganchar una curva tras otra a velocidades muy respetables pronto nos arranca la sonrisa de la boca. Menos salvaje que otras alternativas deportivas, al fin y al cabo se trata de un familiar, pero capaz de llevar ritmos de conducción por encima de lo estrictamente razonable. Los asientos envuelven correctamente y la dirección es honestísima. Control por un lado y por el otro confort porque en este Insignia no se ha sacrificado comodidad a cambio de sensaciones.

Con este comportamiento más honesto que gamberro enfilamos carreteras menos exigentes para comprobar que el coche recupera muy bien incluso en modos de conducción más civilizados. En general el comportamiento del motor turbo y su combinación con la excelente caja de cambios de ocho realaciones nos transmite gran control sobre cualquier situación al circular como adelantamientos y otras maniobras. Todo con un consumo, por cierto, que tampoco se dispara tanto como cabría esperar. Con alguna alegría podemos mantenernos en los nueve litros en carretera.

Conclusión

El Insignia Sports Tourer es un coche familiar que bajo nuestro punto de vista tiene una con gran personalidad, quizás es el aspecto que más nos ha gustado de este modelo. Es cierto que para algún purista de las sensaciones deportivas el gran despliegue que hace este coche para controlar cada aspecto de la trayectoria y la aderencia a través de la electrónica y la tracción total puede restar sensaciones, pero no hay que olvidar de que se trata de un coche familiar con algo de pimienta.

La línea que luce este modelo coincide con la filosofía de Opel para su buque insignia de dotarle de un aspecto deportivo y dinámico, sólo que en este caso el aspecto coincide plenamente con las prestaciones que es capaz de ofrecer. Por lo demás un coche cómodo, muy cómodo y de los más prácticos que hemos probado con una filosofía similar que cuando lo necesitemos es capaz de sacar las garras… eso sí, con cuidado.

 

Valoración final
7.8 NOTA
NOS GUSTA
Buena habitabilidad y gran motor
A MEJORAR
Demasiado civilizado
RESUMEN
Un coche excelente con todas las cosas buenas del nuevo Insignia y con un alma deportiva extremadamente divertida aunque prudente
Prestaciones8
Diseño8.5
Consumo7.5
Confort7
Sistema de infoentretenimiento8

 

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