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Análisis

Volkswagen Arteon: Batman Vuelve

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«You say black, I say white», Queen (Bicycle Race, 1978)

Otra vez la silueta proyectada en las nubes, otra vez la llamada de socorro de una ciudad que no consigue mantener el orden, que se enfrenta a un desafío que es incapaz de afrontar. Otra vez un grito ahogado de auxilio desde un callejón, un grito tapado por una mano acostumbrada a acumular víctimas en los rincones más oscuros de los barrios menos recomendables. Otra vez una alarma, otra vez un llanto, otra vez las oraciones de una vieja asomada a las calles sucias y húmedas, otra vez unos disparos, el sonido de una navaja automática, el ruido de un bate de baseball sobre la espalda de un vigilante.

La ciudad de retuerce, gime, se lamenta, grita, la ciudad pide socorro incapaz de huir del horror, del crimen, del abuso. Una ciudad sola ante el peligro a pesar de los cientos de policías que la patrullan, de las cámaras, de jueces que dictan órdenes de registro pero que encuentran sobres dentro de la nevera de sus casas con fotos que nadie debería ver. A pesar de políticos que claman contra el crimen en la televisión pero cenan con el crimen en los mejores restaurantes y se ríen con el crimen en los clubs más exclusivos. Y yo escucho, lo oigo todo. Entonces me descuelgo y caigo como la sombra de un relámpago sobre dos tipos que están acorralando a una mujer en el callejón. Ellos se dan la vuelta. Les dedico una sonrisa: «he vuelto».

Al realizar la prueba del excelente Passat en marzo de 2015 y pasar lista de la gran multitud de sistemas de ayuda a la conducción y automatismos del coche nos surgía la comparación con el mayordomo de Batman, un asistente perfecto, educado y sutil para un superhéroe clasico. En esta ocasión al probar el Arteon de Volkswagen, un pariente más o menos cercano de aquel Passat, la figura del hombre murciélago ha vuelto a nuestra memoria a pesar de la blancura de la carrocería para revivir en este caso esa sensación de control y avances tecnológicos que vive el mencionado superhéroe al volante de su Batmóvil.

Ficha técnica

Desde que en 2016 Volkswagen decidiera dejar de producir el Phaeton, la marca alemana ha quedado un poco huérfana en el tope de gama y su línea de berlinas se detenía en el nuevo Passat. Al ser presentada en el 2017 el Arteon podría considerarse como un sustituto del Phaeton en lo más alto de la lista de modelos de la marca, pero la realidad es un poco distinta. Si el Phaeton era una versión del imponente Audi A8 el Arteon se basa en la misma plataforma del Passat y aunque aumenta las medidas exteriores en realidad el habitáculo es prácticamente idéntico que la berlina alemana.

El Arteon es uno de esos coches que se emparientan estrechamente con un prototipo, en este caso con las líneas del Sport Coupé Concept GTE presentado en 2015 en Ginebra, pensado más como un heredero del Passat CC que del Phaeton. Dejemos a un lado la información sobre el diseño y concepto del coche y echemos un vistazo, que para eso los buenos chicos del departamento de marketing de Volkswagen España nos han dejado una reluciente unidad (y tan reluciente…). El Arteon es un coche grande, bastante más grande del Passat que es 9 centímetros más corto y casi 4 centímetros más ancho.

Efecto coupé

Pero para lograr el efecto coupé el Arteon es más de medio centímetro más bajo y el lápiz de los diseñadores se han detenido en trazar las diferencias con su hermano más burgués. Principalmente afilando los grupos ópticos, que por otro lado son bastante parecidos a los del Passat, una parrilla más grande y agresiva y por el otro una línea sutilmente más deportiva que rebaja la altura de la carrocería en la parte de atrás, sacrificando como es costumbre la altura para los pasajeros.

En el coche que hemos probado nos hemos encontrado además con el paquete deportivo R-Line que añade a estas pinceladas sport unas llantas de 20 pulgadas que dejan a la vista las pinzas de freno, unos paragolpes y tomas de aire más anchas y agresivas, doble salida de escape y los inevitables logos distintivos de esta serie. En conjunto el diseño del Arteon es muy atractivo y aerodinámico que camufla el gran tamaño del coche que se percibe como ágil y rápido sin abandonar ese aire de elegancia burguesa que impregna al Passat. Lo que viene siendo un millonario disfrazado de hombre murciélago, esta vez en color blanco.

Puertas abiertas

Una vez abierta la puerta del conductor entramos en los dominios de Arteon (que bien mirado parece más nombre de mago del Señor de los Anillos…) que está impregnado de un indudable aire de familia. Nuestro modelo estaba equipado con pantallas digitales tanto en el panel de indicadores como en el sistema de infotainment, ofreciendo una extensa superficie de pantalla en la que podemos visualizar multitud de información y gráficos. Es posible, por ejemplo, visualizar el mapa de la ruta que estamos siguiendo en el panel de instrumentos mientras aparece información de la canción que estamos reproduciendo en la pantalla central.

El volante es de tipo deportivo aunque algo grande, recortado en la parte inferior para facilitar su manejo rápido en terrenos virados. Los asientos de cuero vienen rematados con el logo R Line y son agradables al tacto. Tienen un sistema semi motorizado que permite realizar ciertos ajustes con los pequeños motores eléctricos incorporados. Son muy cómodos y envuelven bastante bien, aunque pueden considerarse más para realizar largas rutas cómodamente que para conducción deportiva.

El resto de los acabados están a la altura de la buena calidad que hemos encontrado en el Passat y en general los modelos de alta gama de Voilkswagen. En este punto no estamos a la altura de los acabados algo más sofisticados del Phaeton y en realidad los detalles del interior recuerdan en todo a los de un Passat, incluído el reloj analógico en el centro del salpicadero. También el túnel central, la zona de la palanca del cambio, los mandos de climatización, la pantalla… todos son elementos directamente sacados del Passat por lo que es justo, por lo menos en el interior, hablar de una versión de Passat más que de un modelo distinto (lo cual no es nada malo, por cierto).

Cómodo para conducir

La postura de conducción es cómoda y puede ajustarse ampliamente logrando un buen control y una configuración algo más deportiva que la de su hermano. En comodidad las plazas delanteras son idénticas a las del Passat, perfectas para viajes largos. En la parte trasera y a pesar del aumento de tamaño de la carrocería la habitabilidad es buena pero perdemos altura para que las personas de cierta estatura puedan viajar cómodas y la culpa la tiene el perfil deportivo del coche que desciende de forma más acusada que en la berlina de serie en la parte trasera. Aún así sigue siendo un coche muy cómodo.

Curiosamente el maletero del Arteon es algo más pequeño que el del Passat, aunque con 563 litros el espacio es más que suficiente para viajar sin problemas de capacidad de maletero. El gran portón trasero tiene accionamiento eléctrico y puede abrirse con un gesto del pié debajo del parachoques trasero siempre que se lleve la llave encima. La superficie de carga es plana y regular por lo que el espacio es muy aprovechable y podemos aumentarlo como de costumbre abatiendo los asientos traseros por partes obteniendo así un plano más largo.

Un inciso en forma de confesión: no hay nada como probar un coche con la música de Queen sonando por los altavoces, sobre todo si como en este caso esos altavoces son de buena calidad y el equipo de música acompaña. Es una debilidad personal pero que resulta ser muy eficaz para esa prueba en concreto, sobre todo la pieza de la Bohemian Rapsody con una gama de registros sonoros muy amplia y un uso intensivo de los efectos estéreo. Y en el sistema de sonido del Arteon que en el modelo que probamos estaba firmado por Dynaudio, los gorgoritos de Freddie Mercury y compañía suenan imponentes.

Despliegue de sistemas

Como pasaba con el Passat que probamos hace ya unos años, el despliegue de sistemas automatizados y ayuda a la conducción del Arteon es muy amplia y aunque ahora es más habitual ver algunos de estos sistemas en los modelos de la competencia, Volkswagen sigue innovando para ofrecer alguna prestación más que llama la atención. Así el Arteon que probamos disponía además de los sistemas habituales (control de crucero adaptativo, frenada de emergencia, emergency assist etc) de un sistema de detección de señales de tráfico activo, que es capaz de disminuir la velocidad automáticamente si la velocidad es excesiva.

También cuenta con un sistema de control automático de los faros delanteros capaz de desplazar la iluminación en curva para evitar deslumbrar al vehículo que viene de frente. Hemos tenido la ocasión de probarlo y realmente es notable cómo podemos prácticamente olvidarnos de desactivar la iluminación de largo alcance (las luces largas, para entendernos) cuando se circula de noche por carreteras viradas. Todo un conjunto de inteligencias que complementan de forma decisiva la experiencia de conducción y sobre todo la seguridad.

Persecuciones

Pero donde un Batmóvil que se precie tiene que lucirse lanzándose a gran velocidad en persecución de los malechores. Y el Arteon que hemos probado desde luego tiene credenciales para emprender persecuciones con garantías. La motorización del modelo que pasó por nuestras manos era un 2.0 TSI de 280 caballos con el ya tradicional cambio DSG de doble embrague y siete marchas. Un buen comienzo sin duda para limpiar las calles de Gotham de delincuencia.

Lo primero que podemos decir es que la insonorización es excelente. A pesar de que algo del ronroneo del motor pasa al habitáculo este es solamente un ligero recordatorio de que éste está encendido y si las revoluciones se mantienen en límites razonables será apenas perceptible. Pero es hora de que el Arteon muestre los dientes y para ello seleccionamos el modo Sport junto a la palanca de cambios, que modifica el comportamiento del chásis, del cambio y la respuesta del motor.

A pesar de no ser un coche precisamente ligero, la sensación al volante del Arteon conduciendo a un ritmo elevado es la de tener entre manos un pequeño GTI. Nos ha parecido notablemente ágil en curva y aunque no a la altura de otras berlinas preparadas su respuesta es muy buena con una entrada en curva precisa y pocos cabeceos. Gracias al buen trabajo del cambio DSG y la respuesta del motor, las maniobras de recuperación o adelantamiento se realizan sin problemas.

Personalidad secreta

El Arteon es sin duda un ejemplo de esa generación de coches con tintes deportivos con doble personalidad, capaces de mantener un ritmo elevado en trayectos con curvas pero a la vez servir perfectamente para devorar kilómetros con grandes dosis de confort en autopista o carreteras más rectas y bacheadas. Es uno de los adelantos que ha proporcionado la electrónica en la automoción, con diversos sistemas para modificar el comportamiento del coche, tanto que a veces al seleccionar un modo ECO frente a un modo Sport parece que estamos conduciendo dos coches distintos. Una personalidad secreta gracias a la tecnología, vamos… como Batman.

Y es que en lo que respecta al confort el Arteon es digno heredero del Passat, con una estabilidad, baja sonoridad y vibraciones y en general placidez en ruta casi diríamos por encima de las de su compañero. Los consumos, sobre todo si elegimos la personalidad «señor de la noche» frente a la de «millonario burgués», no son de los más contenidos pero si elegimos los modos de conducción más tranquilos y dejamos que el paisaje fluya a menor velocidad por las ventanillas podemos gastar alrededor de ocho litros a los cien en carretera, lo cual no está del todo mal.

Conclusiones

Un coche con dos personalidades que parece haber sido realizado como capricho «tuneando» de forma elegante y alemana un Passat para convertirlo en un coupé de grandes dimensiones. El resultado es un coche con un comportamiento que no se puede decir que no sea deportivo, aunque no rivaliza con los más deportivos, y tampoco se puede decir que no sea confortable y cómodo, aunque mínimos detalles como la altura de las plazas traseras no lo colocan entre los líderes en estos aspectos.

Pero no deja de ser impresionante por un lado los sofisticados sistemas de ayuda a la conducción que ya eran buenos y ahora están perfeccionados y a los que se les ha añadido otros también muy útiles y por el otro el trabajo realizado para hacer que un coche de 1.700 kilos se comporte bajo nuestras manos como un travieso GTI en una carretera con curvas. Toda una experiencia con personalidad secreta.

Valoración final
7.6 NOTA
NOS GUSTA
Excelentes sistemas de ayuda a la conducción
Gran confort de marcha
A MEJORAR
Consumo algo alto
RESUMEN
Un coche con dos personalidades, deportiva y rutera, con gran multitud de sistemas de ayuda a la conducción
Prestaciones8.5
Diseño7
Consumo6.5
Confort7.5
Sistema de infoentretenimiento8.5

 

 

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