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Microsoft añade funciones al Task Manager, una de las herramientas más interesantes de Windows

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Task Manager (el administrador de tareas) es una de las herramientas internas más interesantes que puedes encontrar en los sistemas operativos de Microsoft. Forma parte de Windows desde sus inicios y ha mejorado notablemente su capacidad desde el lanzamiento de Windows 8 y sobretodo de Windows 10, con nuevas funciones en casi todas las actualizaciones bianuales.

Aunque los usuarios comunes suelen utilizarla sobretodo para finalizar una aplicación «congelada», sus posibilidades van mucho más allá y este Task Manager se ha convertido en una herramienta de gestión e información muy útil para profesionales o usuarios medios-avanzados que quieran controlar a fondo el funcionamiento de su equipo o resolver algunos problemas que se derivan de su uso. Te presentamos las novedades y te recordamos todo lo que puedes ver y hacer con este administrador.

Novedades en Windows 10 20H1

La próxima versión de primavera de Windows 10 añadirá otras dos capacidades a esta herramienta. La primera es la monitorización de temperatura de la GPU. Se encuentra en la sección dedicada a rendimiento y actualmente funciona con gráficas dedicadas, necesita controladores actualizados y solo muestra información en grados celsius. La función está disponible en fase beta en la última Insider publicada y Microsoft la ampliará en la versión final de esta versión.

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Otro cambio, «pequeño pero conveniente», dice Microsoft, afecta a las unidades de almacenamiento. La gestión se realizará de manera independiente (por ejemplo, si tienes discos duros y SSDs) para cada disco enumerado en la pestaña de rendimiento del Task Manager.  Esto es particularmente útil en los casos de equipos con varias unidades internas en la lista, para poder diferenciarlos. 

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Todas las funciones del Task Manager

Las anteriores serán las novedades para la próxima versión de Windows 10, pero la versión actual ya ofrece un amplio número de funciones que te vamos a recordar y que no suelen ser conocidas para el gran público.

Comprueba por qué la aplicación está congelada. Como mencionábamos, la razón más común para abrir el administrador de tareas es para finalizar una aplicación congelada. Pero, cuando estés en esta situación espera un poco, quizá no esté congelada y simplemente tarde un poco en completar el proceso. La novedad de las últimas versiones llegó de una nueva función denominada «analizar» que puede ayudar a identificar el problema y evitar tener que liquidar la aplicación por fuerza bruta, los que puede resultar en pérdida de datos. Solo está disponible en la pestaña detalles.

Reiniciar el explorador de Windows. A veces algunas partes del sistema no están respondiendo (barra de tareas, explorador de archivos, Inicio, etc.), mientras que otras aplicaciones se están ejecutando bien. Reiniciar el ordenador va a resolver el problema, pero puede ser suficiente con reiniciar el explorador. El administrador de tareas tiene ahora una acción especial para ello. Si la usas finalizará la tarea y reiniciará automáticamente.

Monitor de rendimiento y recursos. Aquí es donde el administrador de tareas de Windows 10 realmente brilla. No sólo proporciona una visión general de todos los procesos en ejecución y las aplicaciones sino que tiene varias herramientas para supervisar eficazmente el rendimiento del sistema y cómo se asignan los recursos. Incluye un montón de información, desde el monitor de recursos (RAM, procesador…) que ofrece visualización de datos en tiempo real; información de diagnóstico con logs que puedes compartir para evaluaciones; detalles de red y otros recursos de interés.

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Búsqueda en línea de procesos sospechosos. Es posible que en ocasiones veas procesos desconocidos en el administrador de tareas. La mayor parte serán legítimos pero si no te fías, puedes comprobarlo haciendo clic sobre el proceso sospechoso y activando la búsqueda en línea. Esto iniciará una búsqueda en el navegador con el nombre de la aplicación y el nombre del proceso, y ayudará a determinar si es o no es seguro o malicioso.

Columnas adicionales para más detalles. El administrador de tareas de Windows 10 ha añadido en las últimas versiones nuevos elementos que impactan en el rendimiento de un proceso en ejecución. Todos ellos pueden ser útiles en la situación correcta, incluyendo el nombre del proceso porque facilita la detección de aplicaciones sospechosas por su nombre. No todas están activadas por defecto, pero puedes añadirlas pulsando el botón derecho del ratón sobre ellas.

Cambia entre valores y porcentajes. Al navegar por la lista de procesos, la columna de la CPU puede mostrar porcentajes, pero en las otros tres columnas por defecto puedes cambiarlas a valores absolutos, más útiles en alguna situaciones. Simplemente haz clic derecho en cualquier proceso, ve al submenú de recursos y podrás intercambiar entre uno y otro.

Administrar aplicaciones de Windows fácilmente. El administrador de tareas está lejos de ser la mejor herramienta de gestión de ventanas pero tiene un par de acciones que pueden resultar útiles. Para acceder a ellos, hay que hacer clic en la flecha desplegable junto a la que desea administrar. Las que funcionan ofrecen cinco acciones, desde traer al frente, maximizar, minimizar o finalizar la tarea.

Ubicación de archivos de la aplicación abierta. A veces es complicado navegar a la ubicación de instalación de un programa en particular. El explorador de archivos es la opción general pero si la aplicación se está utilizando, desde el administrador de tareas puedes acceder a ella en tiempo récord. Simplemente haz clic en cualquier proceso y selecciona «abrir ubicación de archivos». Ésto le llevará directamente a la carpeta que contiene el archivo ejecutable del proceso. Funciona para aplicaciones, procesos en segundo plano y procesos de Windows. Rápido y práctico.

Inicia el símbolo del sistema directamente. En el administrador de tareas puedes ir al menú Archivo y seleccionar «ejecutar una nueva tarea» para iniciar el cuadro de diálogo ejecutar. La mayoría de la gente que usa esta herramienta lo conoce porque es una de las maneras de reiniciar manualmente un explorador congelado en versiones anteriores de Windows. Lo que no todo el mundo sabe es que puedes acceder de la misma manera a la consola de Windows simplemente manteniendo pulsada la tecla Control. Muy útil.

Inicio del Configurador del sistema. Dejamos para el final un añadido interesante para el Task Manager. En Windows 10, si ejecutas el comando «msconfig» para configurar el sistema, verás que la función de inicio se ha trasladado al administrador de tareas. Es la herramienta que nos permite configurar las aplicaciones que se iniciarán en el arranque. La herramienta ofrece información del impacto de cada aplicación en el rendimiento del sistema y permite desactivarlas de inicio.

Cómo se accede al Task Manager

La combinación de teclas «Ctrl + Alt + Supr» es el método que casi todo el mundo conoce, pero no es el más rápido porque en Windows 10 no se inicia directamente y tendrás que hacer un clic adicional para ponerlo en marcha. Otras opciones son:

  • Ctrl + Shift + Esc. Más directo que el anterior, lanza inmediatamente el administrador de tareas y además tiene la ventaja que por la posición del teclado se puede ejecutar con una sola mano.
  • Menú de usuario avanzado. Otro acceso rápido utilizando el ratón. Haz clic en el botón derecho en el botón de inicio para acceder al menú avanzado y también encontrarás este Task Manager.

  • Barra de tareas. Si haces clic derecho con el ratón en la barra de tareas hay una opción para acceder al administrador.
  • Ejecutar. Pulsa el atajo de teclado Win + R y escribe el comando “taskmgr”.

No dejes de probarlo. El Task Manager se ha convertido en una de las mejores herramientas internas de Windows 10 y ofrece funciones muy útiles para cualquier usuario.

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