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Hemos encontrado oxígeno respirable en otra galaxia

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El oxígeno es clave para la vida en la Tierra. Un ser humano medio no puede aguantar más de dos minutos sin respirar, y los seres vivos que pueblan nuestro planeta no pueden sobrevivir tampoco sin dicho elemento.

No hay duda de que es imposible contemplar la vida tal y como la conocemos sin la presencia de oxígeno. Esto nos ayuda a entender la importancia que tiene el descubrimiento de un grupo de científicos del Observatorio Astronómico de Shanghái, bajo la batuta de Junzhi Wang, que han conseguido identificar la presencia de oxígeno molecular (respirable) en la galaxia Markarian 231, que está situada a 581 millones de años luz de la Vía Láctea.

Esta es la primera vez que encontramos oxígeno molecular en una galaxia, y se trata de una noticia muy importante porque, como dijimos, es un elemento clave para la formación y la subsistencia de vida compleja, siempre bajo el modelo de vida basada en carbono. No podemos descartar la posibilidad de que existan otros modelos, de hecho un grupo de científicos abrió, en 2016, la puerta a la posibilidad de exista, o existiese, vida basada en silicio, pero no pudieron demostrarlo de forma definitiva.

El oxígeno es el tercer elemento más abundante del universo

Oxígeno

Y también es uno de los más importantes. El elemento más abundante es el hidrógeno, y después de él viene el helio. Sin el oxígeno la vida en la Tierra sería imposible, como hemos indicado, pero debemos tener en cuenta que en este caso hablamos del oxígeno molecular, que es su forma más libre y más común. Como muchos de nuestros lectores sabrán se forma por dos átomos de oxígeno, y se identifica como O2.

A pesar de su abundancia no habíamos podido detectarlo hasta ahora en grandes cantidades en una galaxia. Durante las últimas dos décadas solo habíamos podido identificar la presencia de oxígeno molecular en dos zonas, la nube de Rho Ophiuchi y la Nebulosa de Orión, situadas a 350 y 1.344 años luz de la Tierra.

Este descubrimiento fue posible gracias a la utilización del telescopio IRAM de 30 metros situado en España y el interferómetro NOEMA, ubicado en Francia. Fue muy complicado, ya que la atmósfera de nuestro planeta absorbe muchas de las longitudes de onda que son imprescindibles para detectar el oxígeno, un dato que añade todavía más valor a este importante hito.

Viendo la distancia que existe entre Markarian 231 y la Vía Láctea está claro que es un destino que escapa a nuestras posibilidades, es decir, no podríamos viajar a ella ni aunque quisiéramos. Sin embargo, el valor de este descubrimiento va más allá de la búsqueda de vida en zonas alejadas de nuestra galaxia, ya que también puede ayudar a los científicos a comprender mejor el papel que juega el oxígeno en la creación y la evolución del universo, de los planetas, de las estrellas y de la vida en sentido amplio.

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