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James Webb: en las puertas del Punto de Lagrange L2

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James Webb: en las puertas del Punto de Lagrange L2

Mañana se cumplirá un mes del lanzamiento del James Webb, que se despidió de nuestro planeta el día de Navidad, marcando así un hito fundamental en una historia que empezó a escribirse a finales de los 90, cuando se empezó a proyectar. Y es que como ya te contamos al confirmarte que el lanzamiento era inminente, nada menos que un cuarto de siglo separa la propuesta del mismo del momento en el que, catapultado al espacio por el siempre fiable  Arianne 5, inició un viaje apasionante.

A diferencia de otros laboratorios y telescopios espaciales que, como el Hubble, orbitan alrededor de nuestro planeta, la ubicación del James Webb es bastante más remota, pues se emplazará en el Punto de Lagrange L2, una ubicación a alrededor de un millón y medio de kilómetros de la Tierra, y en la que la combinación de las atracciones gravitacionales de la Tierra y del Sol interactúan, proporcionando una posición bastante estable y que, por lo tanto, resulta especialmente óptima para la observación espacial.

El James Webb no es el primer objeto ubicado en Lagrange L2, allí ya podemos encontrar el Wilkinson Microwave Anisotropy Probe (WMAP) y el Observatorio Espacial Herschel, instalaciones que han sabido sacar el máximo partido a una ubicación tan privilegiada. Una ubicación a la que el James Webb llegará hoy mismo, dentro de unas pocas horas, completando de este modo el viaje iniciado el pasado 25 de diciembre, e iniciando entonces su órbita prevista.

Esto no significa, eso sí, que el telescopio ya vaya a estar plenamente operativo. Una vez completado el viaje, ahora el James Webb deberá iniciar la lenta y compleja fase de desplegar y activar parte de sus componentes. Como puedes imaginar, y al igual que ya hemos visto recientemente en el caso de el rover Perseverance y su inseparable acompañante, Ingenuity, la imposibilidad de acceder físicamente a los mismos en caso de cualquier tipo de problema, obliga a extremar las precauciones y a dilatar los tiempos para cada acción tanto como resulte necesario para que sea más seguro.

En cualquier caso, completar le trayecto desde la superficie terrestre hasta Lagrange L2 ya supone un éxito, pues pese a que hemos convertido en rutinarias este tipo de operaciones, lo cierto es que su complejidad sigue siendo mayúscula, y los niveles de precisión y fiabilidad necesarios están muy por encima de todo aquello a lo que estamos acostumbrados en nuestro día a día.

Mañana, tras confirmarse que el James Webb ya se encuentra en la ubicación que será su hogar durante los próximos años, una región del espacio en la que la temperatura es de alrededor de -230 grados centígrados, comenzarán los preparativos para que entre en servicio, algo que puede prolongarse durante varios meses. Sin duda la espera se hará larga, pero tan pronto como comencemos a recibir sus primeras tomas de datos, a buen seguro nos demostrará que la espera ha merecido la pena.

 

Más información: NASA

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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