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Radar COVID dice adiós y si fuiste de los pocos que la usaste debes desinstalarla cuanto antes

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Radar COVID

Radar COVID, la aplicación móvil creada desde el Ministerio de Sanidad con el objetivo de «luchar» contra la epidemia del coronavirus, ha finalizado su actividad y sus funcionalidades han dejado de funcionar, según leemos en la página oficial. Si la usaste en su día, debes desinstalarla de inmediato.

Radar COVID era, sobre el papel, un medio tecnológico de ayuda en plena pandemia. Permitía recibir notificaciones si habías estado en contacto con alguien que fuera diagnosticado positivo por COVID-19 en lo que se conocía como ‘traceo automático’, fundamental para atajar las cadenas de contagio. Si todos la hubiéramos usado y hubiera funcionado correctamente, se entiende.

Sin embargo, los usuarios no le encontraron suficiente utilidad y fueron relativamente pocas las descargas y menos su uso. El resultado práctico fue que Radar COVID apenas ayudó a registrar el 1% de los contagios confirmados. Además, llegó tarde, sus fallos de funcionamiento fueron constantes y por si fuera poco, infringía hasta ocho artículos del RGPD, por los que la Agencia de Protección de Datos llegó incluso a expedientar al Gobierno español. Y no fue el único ejecutivo cuestionado por no respetar la privacidad.

Radar COVID: fiasco total

Múltiples países promovieron apps de rastreo contra el COVID-19 para ayudar a prevenir la propagación del coronavirus. Globalmente su uso fue mínimo, en España y en el resto, absolutamente insuficiente para lograr los objetivos. ¿Por qué no se usó una medida tecnológica sencilla que a través de un medio tan difundido como un smartphone podía ofrecer beneficios tangibles frente a una pandemia?

Radar COVID

El motivo principal:  la falta de garantías de privacidad. Cien organizaciones internacionales firmaron una carta abierta donde pedían a los gobiernos mundiales garantías de que las tecnologías digitales que se comenzaban a emplear para rastrear y monitorizar a personas y poblaciones para frenar el coronavirus respetaban plenamente los derechos humanos, incluyendo los digitales.

Y no se cumplieron. Las apps de rastreo contra el COVID estuvieron en la picota desde el primer momento. Una o más agencias australianas de seguridad e inteligencia hicieron su particular agosto y recopilaron «incidentalmente» datos relacionados con la aplicación de rastreo de contactos COVIDSafe que usaban allí. En Israel fue aún peor. La app fue tan controvertida que los tribunales ordenaron su cierre.

Además, han sido tantos los desmanes en el espionaje, recopilación y tratamiento vergonzante de los datos personales, sin autorización y sin conocimiento en la mayoría de los casos, que los usuarios están escamados y son reacios a usar este tipo de aplicaciones ni siquiera ante los beneficios potenciales.

Resumen: fiasco. Por si desgraciadamente vuelve una pandemia o similar, convendría ir preparando un entorno digital que cumpliera los objetivos propuestos respetando derechos. No fue el caso de Radar COVID ni de las similares en otros países. Si tienes instalada la app, debes desinstalarla de inmediato, porque además de inútil puede ser aprovechada para introducir malware una vez que no se invertirá más en el mantenimiento de la plataforma.

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