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Diez cosas que harán que tu PC vaya lento y cómo evitarlas

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Existen muchas razones por las que un PC puede ir lento, y estas no siempre se deben a una simple falta de potencia para mover un determinado sistema operativo, una aplicación concreta o un juego exigente. En la mayoría de los casos hay otros motivos que producen un impacto importante en el rendimiento de nuestro equipo, y que podríamos resolver fácilmente si somos conscientes de ellas y tenemos claro cómo hacerlo.

Como es un tema muy importante que todavía genera muchas dudas, hoy queremos dedicar esta guía a repasar diez cosas que pueden hacer que tu PC vaya lento, y también te explicaremos todo lo que puedes hacer para evitarlas o para resolverlas. Es importante que tengas en cuenta que algunas cosas se pueden solucionar sin tener que gastar dinero, pero que otras necesitarán de una cierta inversión por tu parte. En estos casos, te ayudaremos a tomar la mejor decisión.

También te explicaremos en esta guía cómo puedes comprobar dónde está el origen de cada una de esas cosas que pueden hacer que tu PC vaya lento, algo que al final es fundamental para poder verificar que la raíz del problema y para tomar las medidas necesarias. Como siempre, si tienes cualquier duda tras terminar de leer esta guía puedes dejarla en los comentarios y te ayudaremos a resolverla.

1.-Tu PC puede ir lento por un exceso de temperatura

pasta térmica

Este es uno de los problemas más habituales y más graves que podemos sufrir en nuestro PC, y que más impacto puede tener en su rendimiento. Cuando un ordenador se ve afectado por un exceso grave de temperatura su rendimiento puede caer hasta tal punto que quede casi totalmente inutilizado, y en casos más leves notaremos que no se mueve con la fluidez de antes, y que las aplicaciones o juegos tampoco funcionan igual de bien.

Los problemas de exceso de temperatura se pueden producir por varias razones:

  • Pasta térmica mal aplicada o demasiado vieja. Cambiar la pasta térmica solucionaría el problema.
  • Sistema de refrigeración insuficiente para enfriar nuestra CPU o GPU. Comprar un nuevo sistema de refrigeración más potente sería la única solución.
  • Sistema de refrigeración y/o ventiladores defectuosos. Tendríamos que repararlos o cambiarlos por otros que funcionen.
  • Flujo de aire insuficiente para evitar que el calor se acumule en nuestro PC.Esto nos obligaría a reorganizar los ventiladores para mejorar el flujo de aire, o añadir otros nuevos. También podríamos quitar directamente la tapa lateral del chasis y dejar el equipo abierto.
  • Hemos aplicado un overclock excesivo a determinados componentes. Bastaría con deshacer el overclock.

Para determinar si tienes un problema de temperatura basta con hacer una medición de las temperaturas de los componentes clave de tu equipo, procesador, tarjeta gráfica, memoria RAM y unidad de almacenamiento, cuando estos estén sometidos a una carga de trabajo intensiva.

Puedes utilizar programas gratuitos como HWiNFO64 para medir las temperaturas de forma realista, y benchmarks como Cinebench R23 para la CPU y 3DMark para la GPU. Estos también son gratuitos, puedes descargarlos de forma segura a través de sus webs oficiales.

Una vez hagas las mediciones de temperatura ponlas en contexto con los valores óptimos de cada fabricante, y si ves que entran dentro de lo normal no te preocupes. En caso contrario, deberás tomar las medidas que te hemos indicado en los cinco puntos anteriores.

Tened en cuenta que cada componente tiene sus propios valores óptimos de temperatura, y que lo que puede ser óptimo para uno puede no serlo para otro. Por ejemplo, un Ryzen 9 7950X a 95 grados C será un valor normal, pero un Ryzen 9 5950X que alcance esa temperatura no se moverá en un valor normal, todo lo contrario.

2.-El malware también puede ralentizar tu PC

PC lento por culpa del malware

Las infecciones por malware pueden acabar matando por completo un PC y hacer que vaya tremendamente lento. Uno de los casos que siempre me vienen a la cabeza cuando hablo de este tema es el de una persona mayor, amigo de mi familia, que me pidió ayuda para arreglar un equipo de segunda mano que había comprado, porque tras solo unos días de uso le empezó a ir muy lento.

Solo para encender el equipo tuve que esperar mucho tiempo, ya que no terminaba de cargar el sistema operativo (Windows 7), y cuando lo hizo me dieron la bienvenida un montón de ventanas emergentes y me encontré con que tenía el navegador de Internet «secuestrado», solo podía acceder a una página donde se vendía software que, curiosamente, le iba a optimizar el rendimiento del equipo.

Todo iba extremadamente lento, y aunque cerraba las ventanas emergentes estas volvían a salir una y otra vez, haciendo que el PC funcionase cada vez más lento. A los pocos minutos se bloqueó, y no tuve más remedio que forzar un reinicio. Como no tenía datos importantes guardados opté por un borrado completo de la unidad y reinstalé Windows 7 con la licencia original que traía el equipo en la caja (compró un modelo OEM de segunda mano).

Hay muchos tipos de malware, y no todos tienen el mismo impacto en un PC. Tampoco es igual de fácil identificarlos y ponerles fin, pero este tipo de infección suelen ser una de las causas más frecuentes de la lentitud en un PC, así que os recomiendo que antes de poneros a comprobar otras cosas realicéis un análisis antivirus exhaustivo. Salvo que se trate de un caso grave, esto solucionará el problema.

En caso de que no sea así y de que el PC siga siendo lento, realizad una copia de seguridad de vuestros datos y archivos, siempre asegurándoos de que han quedado limpios de malware, y haced un formateo y una reinstalación limpia del sistema operativo. Esto hará que todo vuelva a la normalidad, y que vuestro equipo recupere su rendimiento original.

3.-Aplicaciones que cargan de inicio y quedan en segundo plano

Estas pueden acabar afectando notablemente al rendimiento, y también pueden ser otro de los culpables de que tu PC vaya lento. Las aplicaciones que cargan de inicio, y que quedan en segundo plano, normalmente se acumulan por un uso descuidado del equipo cuando instalamos aplicaciones o juegos que utilizan servicios y programas secundarios.

Por ejemplo, si instalas los clientes de varias tiendas de distribución de juegos en formato digital, como Steam, Good Old Games, EA o Epic Games Store, no es necesario que dejes que estas inicien con el arranque del PC, y lo mismo aplica a otras aplicaciones que no te resulten imprescindibles y que no vayas a necesitar desde que enciendas tu PC.

Tener una gran cantidad de aplicaciones que cargan de inicio hará que el arranque del PC sea más lento, y estas quedarán en segundo plano consumiendo memoria RAM y otros recursos, algo que al final puede hacer que se produzca una pérdida de rendimiento importante, sobre todo en equipos que tienen unas especificaciones modestas y que tienen unos recursos más limitados.

Si notamos que nuestro equipo arranca más lento de lo normal, y vemos que cuando termina el proceso de inicio ha cargado muchas aplicaciones, tendremos que lidiar con este problema, aunque por suerte es muy fácil de resolver. Solo tenemos que deshabilitar las aplicaciones que no necesitamos para que no carguen de inicio, y también podremos desinstalar directamente aquellas que ya no queramos seguir utilizando.

Al deshabilitar y/o desinstalar esas aplicaciones estaremos liberando una cierta cantidad de recursos que, en equipos con poca cantidad de memoria RAM, pueden acabar marcando una diferencia considerable, así que es muy importante darle a este punto el valor que realmente merece.

4.-Controladores obsoletos por falta de actualización

nvidia drivers

Hay gente que todavía cree que los controladores no son tan importantes, y que no pasa nada por no actualizarlos durante meses, o incluso durante años. La realidad es totalmente distinta, ya que un controlador no actualizado no solo puede acabar afectando de forma negativa al rendimiento, sino que además puede producir conflictos o incluso incompatibilidades que al final pueden acabar dejando casi inutilizado nuestro equipo.

Identificar un problema a nivel de controladores no siempre es fácil, pero hay síntomas bastante claros que deben llevarnos a pensar directamente que podríamos encontrarnos ante un problema de este tipo, como por ejemplo errores al ejecutar ciertos juegos o aplicaciones, parpadeos de pantalla, tirones y bloqueos y pérdidas de rendimiento injustificadas que no podamos achacar a ninguna otra razón.

Si llevamos tiempo sin actualizar los controladores de un componente y notamos que nuestro PC va lento también deberíamos pensar en actualizarlos. Es algo bastante sencillo y seguro en la mayoría de los casos, siempre que sigamos una serie de pautas básicas para evitar problemas:

  • Actualizar los controladores recurriendo solo a fuentes oficiales.
  • Evitar versiones beta y aquellas que no hayan sido debidamente probadas y validadas.
  • Descargarlos únicamente de la web oficial de cada fabricante.
  • Asegurarnos de que hemos elegido los controladores que corresponden con nuestros componentes.
  • Elegir los controladores adecuados para nuestro sistema operativo.

Tened en cuenta que en muchos casos los controladores más actuales no solo mejoran la compatibilidad y el soporte, sino que también pueden incrementar el rendimiento, reforzar la seguridad, corregir errores y fallos e incorporar nuevas funciones de valor.

5.-Disco duro fragmentado

Los SSDs no sufren el problema de la fragmentación, así que si utilizáis unidades de este tipo podéis ignorar por completo este punto. En el caso de las unidades HDD, la fragmentación puede hacer que un PC vaya lento porque, cuando la unidad necesita ejecutar diferentes programas o aplicaciones, los datos necesarios pueden encontrarse separados en archivos que ocupan posiciones diferentes dentro del disco duro.

Eso hace que el cabezal de lectura tenga que encontrar esos fragmentos buscando en zonas diferentes, con la ralentización que ello representa al tratarse de una unidad con piezas mecánicas. Si esos archivos se encontraran situados más cerca, o incluso si estuvieran situados de forma contigua, que sería lo ideal, el proceso de lectura sería más rápido y el rendimiento mejoraría significativamente.

La fragmentación del disco duro es algo que sucede de forma normal con el simple uso de la unidad. Al instalar, desinstalar y volver a instalar programas y juegos, y también la guardar y descargar fotos, vídeos, música, documentos y otros contenidos estamos ocupando espacio en el disco duro. Dicho espacio se distribuye en diferentes platos y en distintas zonas dentro de cada plato.

Con el paso del tiempo y la realización de ciclos de escritura y de borrado se va produciendo un desorden de los archivos y datos almacenados en el disco duro, y eso es lo que provoca la fragmentación. No es un problema difícil de identificar, si notas que tu disco duro va más lento de lo normal, que tarda en abrir determinadas aplicaciones y juegos, o que incluso le cuesta abrir carpetas donde tienes guardadas muchas fotos plantéate hacer una desfragmentación.

La desfragmentación es un proceso muy sencillo que podemos realizar en muy poco tiempo y que, como su propio nombre sugiere, se encarga de poner orden en esa desagregación de archivos y datos, acerándolos y situándolos de una manera más cercana para que el disco duro no tenga que perder el tiempo buscando sus fragmentos. Windows cuenta con una herramienta dedicada que podemos utilizar haciendo clic derecho sobre la unidad que queramos desfragmentar.

6.-Demasiada memoria RAM ocupada

Este es un problema del que muchos usuarios nunca llegan a darse cuenta, y la verdad es que puede darnos importantes quebraderos de cabeza, especialmente en equipos que cuenten con una cantidad de RAM limitada. Es importante que tengas una cosa clara, y es que la memoria RAM está para ser ocupada, es decir, su trabajo es ese, almacenar datos e instrucciones que son clave para la ejecución de determinados programas y herramientas, incluido el propio sistema operativo.

Por ello, es normal que cuando arranques tu PC veas que ya tiene ocupada una cantidad importante de memoria RAM. No te asustes, una parte de esa RAM habrá sido consumida por el sistema operativo y sus aplicaciones básicas, y esto es algo que debemos aceptar. Otras aplicaciones pueden ocupar también una parte de la memoria RAM para que, en el momento en el que las necesitemos, carguen más rápido y ofrezcan un mejor rendimiento.

Sin embargo, el problema viene cuando esas cosas, que podemos definir como el comportamiento normal del equipo, se ven afectadas por una ocupación excesiva de la memoria RAM. Hay muchas cosas que pueden provocar este problema, pero entre las más habituales podemos destacar las siguientes:

  • Demasiadas aplicaciones que cargan de inicio. Ya te lo hemos explicado en el punto 3.
  • Excesivas aplicaciones en segundo plano. También te lo hemos explicado en el punto 3.
  • Programas o aplicaciones que producen una fuga de memoria (consumen memoria y nunca la liberan, siguen consumiendo más y más). Tendremos que cerrarlos para que esa memoria se libere, y si esto no ocurre deberemos reiniciar el equipo.
  • Aplicaciones y programas intrusivos que, aunque los cerremos, se mantienen activos en segundo plano y siguen consumiendo recursos. Lo mejor es desinstalarlos.

Para comprobar si tienes ocupada demasiada memoria RAM puedes entrar al «Administrador de Tareas de Windows», hacer clic en la pestaña «Rendimiento» y dirigirte a la sección «Memoria». Ahí encontrarás un resumen de la cantidad de memoria ocupada y de la memoria que tienes libre. En la pestaña procesos podrás ver qué aplicaciones están consumiendo memoria RAM, y podrás cerrarlas haciendo clic derecho en ellas y eligiendo la opción «Finalizar Tarea».

7.-Fuente de alimentación insuficiente

Una alimentación insuficiente puede derivar en serios problemas, aunque estos dependerán de lo grave que sea la falta de potencia. Si es leve, puede que solo notemos pequeños tirones en momentos concretos, producidos por caídas de rendimiento del equipo, o incluso cabe la posibilidad de que los síntomas sean tan mínimos que apenas nos demos cuenta.

Sin embargo, en casos más graves el equipo puede empezar a ir muy lento porque los componentes no reciben la potencia que necesitan, y tienen que limitarse bajando frecuencias de trabajo. En casos extremos notaremos problemas de estabilidad, cuelgues, bloqueos y reinicios, y si no dejamos de utilizar el equipo y cambiamos la fuente de alimentación esta acabará «muriendo», y puede llevarse con ella a otros componentes.

Cuando los síntomas son leves suele ser complicado identificar si nuestro PC va lento por culpa de la fuente de alimentación, o si esto se debe a otra causa. En los casos más graves los síntomas son tan evidentes que es imposible no darse cuenta de lo que está ocurriendo, aunque podemos llegar a confundirlo con un problema de temperaturas, así que es recomendable seguir estos pasos para asegurarnos de que el culpable es la fuente:

  • Haz un análisis de las temperaturas de trabajo del equipo para descartar problemas de exceso de calor.
  • Mira el modelo exacto de fuente de alimentación que utilizas y comprueba si cumple con el nivel mínimo recomendado de potencia que requiere la tarjeta gráfica  que tengas instalada.
  • Si cumple con el mínimo asegúrate de que el cómputo total de consumo del procesador y de la gráfica, ambos con una carga máximo de trabajo, no llegue al nivel de potencia máxima que puede ofrecer la fuente.

También cabe la posibilidad de que la fuente tenga potencia de sobra, pero que esté empezando a fallar. En este caso al final el PC se acabará apagando cuando se vea sometido a cargas de trabajo intensivas. Si ocurre debemos cambiar la fuente de alimentación cuanto antes, no solo porque el PC vaya a ir lento, sino porque esta acabará muriendo en cualquier momento.

8.-Conflicto subyacente que no ha sido resuelto

Son muchos los conflictos que pueden hacer que un PC vaya lento, y estos se pueden mantener incluso aunque hayamos finalizado el proceso, la aplicación o la tarea que generaba ese conflicto. Muchas veces este no se resuelve con el cierre, ya que quedan «restos» en la memoria RAM, y siguen dando problemas que pueden ser realmente molestos.

En la mayoría de los casos no son difíciles de identificar, ya que la lentitud se produce después de experimentar algún error o de forzar el cierre de alguna aplicación o programa. Si notas que tu PC empieza a ir lento de manera repentina y no tienes una explicación a priori, también puede que se haya producido un conflicto y que no te hayas dado cuenta.

La manera más sencilla de resolver esto es hacer un reinicio del equipo. Esto hará que se vacíe la memoria RAM y que desaparezca cualquier resto del conflicto. Ya os lo he dicho en ocasiones anteriores, nunca debemos subestimar el poder de algo tan simple como un reinicio, y esto aplica no solo a un PC que empiece a ir lento sin razón aparente, sino también a problemas identificados en otros dispositivos, incluyendo desde routers hasta smartphones.

En casos más complejos actualizar los controladores, el sistema operativo y las aplicaciones y juegos afectados también puede ayudarnos a evitar que se produzcan esos conflictos, y a mejorar tanto el rendimiento como la estabilidad. Tener el PC actualizado es muy importante en este sentido, no es imprescindible que tengamos siempre instalados los últimos drivers, pero sí que deberíamos intentar tener al menos los «penúltimos».

9.-Unidad de almacenamiento defectuosa

Las unidades de almacenamiento acaban fallando tarde o temprano, ya sea por una degradación natural que se produce por el uso y el paso del tiempo o porque se producen errores o fallos que acaban dejando inhabilitada la unidad. Tanto los discos duros como las unidades SSD son susceptibles de sufrir este tipo de problemas, y ninguno está exento de sufrir una muerte súbita.

No obstante, lo normal es que antes de sufrir una muerte súbita tanto los discos duros como los SSD suelen empezar a mostrar problemas de rendimiento, y también pueden tener un comportamiento extraño. Es importante estar muy atentos porque en estos casos lo grave no será que nuestro PC empiece a ir lento, sino que dentro de poco tiempo podríamos perder toda la información y los datos que tengamos almacenados en esas unidades defectuosas.

Para poder determinar si la unidad de almacenamiento nos está dando problemas podemos utilizar un programa de análisis como CrystalDiskInfo, que es totalmente gratuito y muy fácil de utilizar. Podemos descargarlo desde su web oficial, y una vez que lo tengamos instalado nos mostrará un resumen del estado de salud de nuestras unidades de almacenamiento, así como de la vida útil (expresada en porcentaje) de las unidades SSD.

Si en la ventana que resume los datos del análisis nos aparece un mensaje que dice «bueno» podremos estar tranquilos, ya que esto indica que no hay ningún problema. En caso de que nos aparezca el indicador «cuidado» deberíamos hacer una copia de seguridad cuanto antes, ya que esto significa que se han encontrado problemas que, sin ser demasiado graves, podrían afectar a la vida útil de la unidad. También podemos utilizar las herramientas dedicadas de cada fabricante para comprobar el estado de la unidad.

En caso de que nuestro PC vaya lento porque la unidad de almacenamiento está defectuosa, o porque ha empezado a dar fallos, la única solución será cambiarla por una nueva.

10.-Errores a nivel de sistema operativo

Este es un problema que también se suele producir, en la mayoría de los casos, por el simple uso del sistema operativo. Con el paso de los años, y el lanzamiento de sistemas operativos cada vez más modernos y mejor optimizados, es un tema que ha mejorado considerablemente, puedo dar fe de ello ya que he utilizado Windows 10 durante muchos años sin tener que realizar una reinstalación del mismo, y sin tener problemas de rendimiento.

No obstante, puede llegar el momento en el que los errores y fallos que se acumulan en el registro como consecuencia de la instalación y desinstalación de programas y aplicaciones, de los cambios en la configuración, de la instalación de drivers y de otras muchas cosas que hacemos con el ordenador acaben afectando al rendimiento, y que hagan que el PC funcione cada vez más lento.

En esos casos hay usuarios con más conocimientos y experiencia que prefieren llevar a cabo procesos de limpieza y de optimización para recuperar el rendimiento, pero en la mayoría de los casos sale más a cuenta hacer una copia de seguridad y una reinstalación del sistema operativo, ya que implica menos riesgos, es mucho más rápido y el resultado suele ser mejor.

La lista de errores que puede sufrir un PC a nivel de sistema operativo es enorme, y su impacto en el rendimiento y en la estabilidad del mismo también puede variar mucho, pero en muchos casos su complejidad puede abrumar a la mayoría de los usuarios, y también puede requerir mucho tiempo de investigación para encontrar una solución. Por eso os he dicho que consideréis la copia de seguridad y la reinstalación como una de vuestras primeras opciones.

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