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Electrolineras rápidas cada 60 kilómetros en 2026, el ambicioso plan de la UE

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Electrolineras rápidas cada 60 kilómetros en 2026, el ambicioso plan de la UE

El despliegue de una red más amplia de electrolineras con carga de alta velocidad es, a día de hoy, uno de los puntos clave para la transición hacia una movilidad más limpia, uno de los objetivos clave si pretendemos no ya revertir, pues es demasiado tarde para ello, pero sí al menos mitigar los peores efectos que llegarán de la mano del calentamiento global si no hacemos algo al respecto. Y no, no soy tan iluso como para pensar que con el vehículo eléctrico se soluciona el problema de las emisiones, pero sí que puede llegar a suponer un avance en este sentido.

2035 no supondrá, finalmente, la prohibición de todos los vehículos con motor térmico, pues Alemania ha conseguido que aquellos que empleen e-fuel queden fuera de dicha medida, ya que el uso de dichos combustibles no genera CO2, que es el principal objetivo de esta medida. No obstante, esto no cambiará demasiado las cosas, pues se espera que el precio de estos combustibles limpios sea muy superior al de los que empleamos en la actualidad. Dicho de otra manera, podemos esperar que la adopción de vehículos eléctricos crezca sustancialmente durante los próximos años.

El principal problema de los coches eléctricos es, a día de hoy, su precio. Es cierto que algunos modelos de pequeño tamaño y pensados exclusivamente para movilidad urbana son algo más asequibles, pero si lo que queremos es un coche que sea capaz de prestarnos un servicio lo más parecido posible al de los de motor de combustión, los precios se disparan, entre otras cosas, por el coste de las baterías. Así, una red mucha más amplia de electrolineras rápidas podría marcar una gran diferencia en este sentido, pues reduciría sustancialmente la necesidad de baterías de alta capacidad.

Electrolineras rápidas cada 60 kilómetros en 2026, el ambicioso plan de la UE

Europa ha decidido ponerse manos a la obra a este respecto y, según podemos leer en esta nota de prensa del Parlamento Europeo, el Consejo Europeo ha alcanzado un acuerdo sobre las nuevas normas de la Unión Europea para las estaciones de carga y repostaje de combustibles alternativos, es decir, electrolineras, pero también hidrogeneras y puntos de recarga de gas natural licuado (GNL) y gas natural comprimido (GNC).

Sin duda el punto más relevante de este acuerdo es que se establece que haya estaciones de recarga eléctrica para coches al menos cada 60 kilómetros en la red transeuropea de transporte (TEN-T), con puntos de carga de un mínimo de 400 kW en 2026, cantidad que deberá incrementarse hasta los 600 kW en 2028. Esto para los coches, porque para para camiones y autobuses la distancia máxima en 2028 será de 120 kilómetros y las velocidades de carga mínimas oscilarán entre los 1.400 y los 2.800 kW dependiendo de la carretera.

Por otra parte, y al igual que ya hacen las gasolineras desde hace años, las electrolineras estarán obligadas a informar, de manera claramente visible, sobre el precio del kilovatio para los repostajes, y los puntos de carga deberán ofrecer diversos medios de pago que resulten «fáciles y cómodos» para los usuarios. Esto, sin duda, parece pretender evitar que proliferen los puntos de carga que solo permitan el pago mediante sus propias apps y/o sistemas de pago. Se establece que los clientes podrán pagar con tarjetas de pago (débito/crédito), dispositivos sin contacto mediante NFC o, en determinados casos, mediante código QR.

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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