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Netflix dice adiós al DVD: ¿están muertos los medios ópticos?
La mayoría de consumidores que hoy disfrutan del contenido de Netflix desconocen que el gigante del streaming se estrenó en 1998 con un servicio de alquiler de DVDs (posteriormente añadió el fortmato Blu-ray) con envío por correo a cambio de una tarifa mensual. Este servicio, innovador para la época, apuntaló la caída de las tiendas físicas de alquiler de vídeos, incluida la mayores del mundo con las que competía.
Hoy, Netflix lidera el mercado del streaming de vídeo, pero el servicio con el que la compañía comenzó se cerrará pronto. En un anuncio oficial, el codirector ejecutivo, Ted Sarandos, reveló que el servicio de alquiler de discos se cerrará el 29 de septiembre y explicó la importancia que en su momento tuvo para la compañía: «Esos sobres rojos icónicos cambiaron la forma en que las personas consumían programas y películas en casa y allanaron el camino para el cambio al streaming».
En el anuncio, Netflix ofrece algunos datos de interés sobre el servicio, como el envío de 5.200 millones de discos por correo, que la primera película que se envió fue Beetlejuice el 10 de marzo de 1998 o que en su apogeo, más de 40 millones de personas tenían una suscripción a un servicio novedoso que ahorraba al cliente tener que acudir físicamente a una tienda y esperar a que estuviera disponible: solicitabas algo y Netflix te lo enviaba a casa.
Fin de otra era
El cierre del servicio de Netflix está en consonancia con la pérdida de uso de su formato, los medios ópticos. Tras el uso masivo de disquetes en la década de los 80-90 como estándar de almacenamiento externo en ordenadores o como formato de distribución de software o videojuegos, la llegada del CD-ROM supuso un salto impresionante en la industria del almacenamiento y limitó el uso del disquete, hoy prácticamente desaparecido.
El CD-ROM evolucionó hasta el CD grabable y regrabable (CD-R/CD-RW) y después al DVD. En su momento muy utilizados, su uso ha ido descendiendo en todos los sectores incluyendo el CD Audio para música. En cuanto a los formatos ópticos de alta definición, también usados por Netflix y cerrados a partir de septiembre, tuvieron repercusión cuando Sony consiguió establecer Blu-ray como estándar tras una feroz batalla con Toshiba. Pero fue una guerra perdida y el formato apenas se ha mantenido por su uso en consolas de videojuegos.
Y es que el aumento de uso de las tecnologías de streaming es imparable y ha provocado grandes cambios en los formatos de distribución de contenido multimedia, con grandes caídas de venta en la grabación o almacenamiento en medios ópticos. En música los servicios bajo demanda ganan por goleada y lo mismo podemos decir de las pelis y series. En ordenadores su uso es mínimo y casi ningún PC nuevo incluye reproductores/grabadores para medios ópticos, apostando por el almacenamiento interno con las SSD como protagonista o las unidades externas (microSD, USB) cada vez más baratas, seguras y cómodas para mover datos entre dispositivos.
El mundo del videojuego es especial y su funcionamiento ha escapado en algún grado a la tendencia por motivos de reventa, coleccionismo, compartición o por ser el formato elegido por Sony y Microsoft para sus consolas. Sin embargo, plataformas de distribución digital para PCs como Steam han sido un éxito total y no dejan de crecer, apuntando los cambios que se han producido en los otros tipos de contenido. Servicio de juego bajo demanda como el GeForce Now de NVIDIA o servicios de suscripción como el Xbox Game Pass de Microsoft, terminarán de enterrar a los medios ópticos.
En distribución de vídeo arrasan los servicios en streaming y el alquiler de DVDs y Blu-ray de Netflix tiene poco sentido y pocos clientes. Su cierre estaba cantado.