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Guía SSD: todo lo que debes saber y las mejores ofertas

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Las unidades de estado sólido (SSD) han dejado obsoletos los discos duros como el componente principal para cubrir el almacenamiento interno de las computadoras personales. Todos los nuevos equipos OEM las usan, mientras que para equipos antiguos son altamente recomendables ya que es una de las renovaciones más rentables en un PC. Y pronto, serán obligatorias para instalar sistemas operativos como Windows 11.

Sus ventajas frente a los discos duros son cuantiosas en términos de consumo, emisión calorífica o ruido emitido, nulo por el uso de memorias flash NAND y la ausencia de partes móviles de las unidades mecánicas. En otro apartado importante, la robustez y la resistencia, los últimos informes confirman su gran fiabilidad y elevado tiempo de vida útil.

Con ser importante lo anterior, es en el rendimiento donde una SSD pulveriza a los discos duros, con una velocidad muy superior en el arranque del sistema operativo o el las aplicaciones, en las recuperaciones de sistemas desde los modos de suspensión o en la transferencia de archivos internamente o hacia unidades externas.

Comentar por último que la entrada en escena de los nuevos formatos M.2 conectados a la interfaz PCIe (mucho más pequeños en tamaño que los de la interfaz SATA) han permitido aligerar peso y ocupación de espacio, un apartado muy importante en equipos donde el tamaño es crítico como en los ordenadores portátiles.

Sirva lo anterior como introducción a un componente clave en cualquier PC del que revisaremos todo lo que un usuario debe conocer y terminaremos con las mejores ofertas de compra actuales.

SSD: aspectos técnicos

Las unidades de estado sólido tienen el mismo propósito que un disco duro: almacenar datos y archivos de manera persistente. De esta manera y frente a otros tipos de memorias como la RAM, los datos en una SSD se mantienen aunque apaguemos el equipo. Al guardar datos en memorias no volátiles, no requieren ningún tipo de alimentación energética constante ni pilas/baterías para no perder los datos almacenados, incluso ante apagones repentinos del PC.

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Cómo funciona una SSD

Hay una diferencia importante entre la forma que maneja los datos una SSD y cómo lo hace un disco duro. Una SSD escribe datos en trozos llamadas “páginas”. Este grupo de páginas se agrupan en los denominados «bloques» y con el fin de escribir nuevos datos en un bloque ocupado todo el bloque tiene que ser borrado primero.

Para evitar la pérdida de datos, toda la información que exista en el bloque debe ser trasladado primero a otro lugar antes del borrado. Una vez que los datos se mueven y el bloque se borra, sólo entonces se pueden escribir. Este proceso es casi instantáneo y no tiene efecto en el usuario, pero requiere espacio libre vacío para que funcione correctamente. Si no hay suficiente espacio libre el proceso pierde eficiencia y se ralentiza.

Esta cuestión es muy técnica, pero conviene conocerla porque afecta a la capacidad cuando realizamos la compra de una SSD. Para lograr su máxima eficiencia deberíamos dejar libre aproximadamente un 20 por ciento de la unidad. De ahí que se recomiende adquirir unidades con un punto de capacidad de almacenamiento más al que realmente necesitamos. Por ejemplo, el precio de un modelo de 250 GB frente a uno de 500 GB no suele ser excesivo y siempre merecerá la pena.

Tipos de memorias

El tipo de memoria flash NAND utilizado por estas unidades también es importante, aunque aquí el usuario tiene poco que decir ya que es una opción de los fabricantes para sus procesos de producción. Desde 2020 en adelante, los fabricantes han ido apostando por las memorias que usan QLC (cuádruple nivel de celda). Este tipo de tecnología aumenta la densidad de almacenamiento y rebaja costes, permitiendo ofrecer modelos con mayor capacidad a menores precios.

Por contra, a medida que aumentan los bits por celda se reduce la resistencia frente a formatos anteriores como TLC (triple nivel de celda), MLC (doble nivel de celda) y especialmente SLC, Single-Layer Cell, que solo almacena un bit por celda y que ya no verás en el mercado de consumo porque no se venden. La inmensa mayoría de la oferta son ya QLC y TLC. En cualquier caso, los mejores fabricantes han aumentado la garantía hasta 5 años en unidades de consumo, mientras que hay modelos profesionales con hasta 10 años de garantía.

Controlador

Junto a las memorias, es el componente más importante de una SSD. Es responsable del rendimiento final de la unidad, del manejo de la interfaz, del número de canales soportado, del nivel de RAID, de la corrección de errores, de la gestión de la memoria flash NAND y también de la memoria DRAM adicional que veremos después.

Hay fabricantes especializados en producción de controladores como Silicon Motion y Phison que los venden a los integradores que no cuentan con diseños propios y por ello los verás en una gran diversidad de modelos. Los gigantes del sector como WD, Kioxia o Samsung, producen controladores propios para sus soluciones.

Memoria caché

Casi todas las unidades de estado sólido incluyen una memoria adicional para caché de datos. Este tipo de memoria es más rápida que la NAND flash general y permite elevar el rendimiento de la unidad, pero solo mantiene sus prestaciones mientras dura su capacidad. La gestión de esta memoria caché la realiza el controlador instalado y es interna, automática y eficiente. Cuando se agota, se acabó la ayuda hasta que no vuelva a llenarse.

Siempre dependiendo de la cantidad instalada un usuario tipo no suele notar pérdida de rendimiento en las tareas comunes. Pero sí se puede notar en tareas más avanzadas o las que exijan mover una mayor cantidad de datos y que termina agotando la caché. Hay que advertir que algunos fabricantes están retirando esta memoria caché para reducir los costes. A la hora de la compra, asegúrate conocer si incluye o no esta memoria. No es imprescindible, pero termina siendo un plus para mover los datos más utilizados.

Firmware y software

El programa que establece la lógica de más bajo nivel, más conocido como el software que maneja físicamente el hardware desde su arranque hasta que se inicia el sistema operativo (en este caso el controlador), es otro componente de SSD y de cualquier producto electrónico.

No es tan relevante como el controlador, pero sí conviene mantenerlo actualizado. Los fabricantes suelen hacerlo a través de un software de control que a modo de aplicación se carga en el sistema operativo. Además de actualizar el firmware, estas aplicaciones suelen ofrecen pruebas de rendimiento, datos técnicos de la unidad e información de la temperatura de funcionamiento o la vida útil estimada según los Tbytes escritos.

Algunos fabricantes suelen ofrecer software adicional para facilitar la migración de datos desde la unidad de almacenamiento instalada a la nueva SSD. Las mejores son licencias de suites comerciales especializadas que permiten migrar el sistema operativo, las aplicaciones y los datos, cuentan con herramientas para crear las particiones y proporcionan funciones de copia de seguridad y recuperación.

Disipadores

Las SSD M.2 conectadas a un slot PCIe son las unidades más avanzadas como veremos más abajo. Son muy pequeñas y ofrecen un rendimiento altísimo, pero se calientan y mucho. Es por ello que las últimas generaciones incluyen por defecto o en opción un pequeño disipador de metal que cubre la unidad y ayuda a mantener las temperaturas bajo control.

No son obligatorios, pero sí recomendables ya que son útiles y muy económicos. Se pueden adquirir junto a la SSD, aunque las placas base (nivel medio o superior) ya las suelen incluir para los módulos M.2 que tenga disponible.

Vida útil

Añadimos aquí el apartado de robustez y resistencia, siempre importante en cualquier producto electrónico. Volver a decir que una de las grandes diferencias de SSD frente a los discos duros es que éstas no tienen partes móviles lo que le otorga una gran ventaja en cuanto a imposibilidad de fallo mecánico.

Por contra, las SSD son más propensas a fallos de energía eléctrica mientras que la unidad esté en funcionamiento, provocando corrupción de datos o incluso el fallo total. Además, los bloques de memoria en una SSD tienen un número limitado de operaciones de escritura.

Afortunadamente, los últimos años han mejorado muchísimo en fiabilidad y como citábamos arriba las últimas pruebas masivas de resistencia confirman que duran más que un disco duro antes de que comience a fallar. Además, todas las SSD incluyen células de memoria adicionales libres para cuando las otras fallen no perder capacidad, reasignando los sectores dañados.

Formatos de SSD

Estas unidades se comercializan en varios formatos e interfaces normalizados que debe conocer todo usuario a la hora de afrontar su compra para ampliaciones o reemplazos de discos duros. Las repasamos.

2,5 pulgadas

Es un formato estandarizado que también usan los discos duros más pequeños. Es el más extendido y versátil porque lo encontrarás en cualquier ordenador de sobremesa y en casi todos los portátiles. En una torre de PC puedes montar cualquiera de estos modelos en las bahías de 2,5″ y también en las de 3,5″ con un adaptador, mientras que en portátiles varían según su grosor de 9,5 mm y 7 mm los más delgados y que se suelen usar en ultra portátiles o convertibles.

M.2

Mucho más moderno y pequeño en tamaño que el anterior, se comercializa en varias variantes aunque la más extendida es la denominada ‘2280’ que mide únicamente 80 x 22 y 3,5 mm, más pequeña que un módulo de memoria RAM. Es el formato que se está imponiendo en la industria y el recomendado a utilizar en placas base que lo soporten, tanto por tamaño, como por rendimiento cuando usan la interfaz PCI-Express que veremos más abajo. Otra variante es mSATA, aún más pequeña que la anterior (50,8 mm x 29,85 mm x 4,5 mm), pero bastante menos extendida.

Tarjetas

Un tercer formato que podemos encontrar en este caso exclusivamente para ordenadores de sobremesa es el de tipo tarjeta pinchada directamente en un slot PCIe de la placa base. En este formato se incluyen las unidades que montan sus chips directamente en la tarjeta o si ésta se utiliza como accesorios para poder montar las M.2 anteriores en placas que no tengan un conector especializado. Son igual de rápidas que las M.2 al utilizar PCIe, pero suelen ser algo más caras y su oferta es muy inferior a las M.2. Cada vez hay menos oferta y realmente solo las recomendaríamos cuando nuestra placa no tenga conectores M.2 disponibles.

Interfaces de SSD

Relacionado con el apartado anterior, pero muy diferente, todo comprador de estas unidades debe conocer las interfaces soportadas por su equipo o lo que es lo mismo, el bus de conexión al que va a conectar las SSD. Básicamente son dos:

SATA

(Serial Advanced Technology Attachment). Es un bus tremendamente extendido ya que lleva con nosotros desde 2003 y lo soportan el 100% de los PCs vendidos los últimos 15 años. Tremendamente versátil, es usado únicamente por las unidades de 2,5 pulgadas ya que las pocas M.2 que se comercializaron hace años para este puerto prácticamente han desaparecido.

No todas las SSD ofrecen el mismo rendimiento ya que dependen de las memorias utilizadas y especialmente de su controlador, pero prácticamente todas las SATA alcanzan velocidades de transferencia de datos de 500 MB/s, entre el doble y el triple de la de un disco duro, aunque menos veloces que las que veremos a continuación. Son las SSD más económicas en coste por GB, aunque los nuevos lanzamientos se están reduciendo frente a las PCIe. Se pueden montar muy fácilmente en portátiles y sobremesas con adaptadores.

PCIe

Más moderno y mucho más rápido que SATA, PCI-Express se ha convertido en el bus local principal de los PCs y la tendencia es que termine siendo el único una vez que se vayan arrinconando todos los componentes legados existentes para SATA. Se utiliza tanto para conexión interna en los circuitos integrados de las placas base (chipsets) como para conectar tarjetas externas pinchadas en los slots correspondientes.

En el caso de SSD cuentan con conectores dedicados en las placas base, los M.2 mencionados y soportan el protocolo NVMe que convierte la unidad en arrancable, permite obtener un gran rendimiento, reduce la sobrecarga de los componentes de E/S y de la CPU. Entre los pocos inconvenientes frente a los modelos SATA es el que mencionamos más arriba, que las PCI se calientan más. También son más caras en precio por GB.

Las unidades más extendidas se conectan a la interfaz PCIe 3.0 y ofrecen velocidades en los entornos de los 3.000 MB/s en lecturas secuenciales, mientras que la versión 4.0 (la más recomendable ahora mismo) eleva la transferencia de datos por encima de 7.000 Mbytes por segundo. Está en camino la próxima generación que se conectará a la norma PCIe 5.0, pero todavía no hay ninguna unidad en el mercado de consumo.

M.2 PCIe y una SATA instalada en la misma placa

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Oferta de SSD (Septiembre de 2022)

Aunque las nuevas unidades Gen5 están al caer, solo podrá ser aprovechadas por las últimas plataformas de Intel y AMD. Además, estamos en muy buen momento para comprar cualquier tipo de producto basado en memorias flash NAND porque los precios han caído bastante los últimos meses, entre un 30-35% el último trimestre según los analistas de TrendForce.

No toda esa rebaja se traslada al producto final, pero lo cierto es que encontrarás muy buenos precios y una oferta amplia tanto de los grandes fabricantes (Kioxia, WD, Samsung, Kingston…) como de integradores que usan las memorias de los anteriores (Corsair, Crucial, ADATA…).

Desde nuestra última guía, ha aumentado la oferta de unidades PCIe en detrimento de las que se conectan a SATA, aunque hay cualquier cosa que busques para actualizar sobremesas, portátiles u otros usos como almacenamiento externo o para usar como caché en modelos como NAS. Te dejamos con una selección de las mejores ofertas actuales separándolas por interfaz de conexión y alguna externa más representativa.

PCIe

WD_BLACK SN850X. Utiliza memorias TLC 3D NAND de Kioxia y controlador propio para aprovechar a tope la interfaz PCIe 4.0 y ofrecer 7.300 MB/s en lectura secuencial y más de un millón de IOPS en lectura, que la sitúa entre las más rápidas del sector. Con cinco años de garantía y una vida útil en TBW altísima, está disponible en capacidades de 1, 2 y 4 Tbytes desde 182 euros. Por si te interesa, puedes revisar el análisis que realizamos sobre la SN850.

Samsung 980 PRO. Otra de las grandes del sector. Cuenta con memorias TLC y controlador Elpis (ambos de la firma) y alcanza 7.000 Mbytes por segundo en lecturas conectada a PCIe Gen4. Incluye una gran cantidad de caché (512 MB LPDDR4) y tiene 5 años de garantía. Se comercializa en capacidades de 1 y 2 Tbytes desde 163 euros. También tuvimos la oportunidad de analizarla en esta entrada. Y si quieres la SSD 980 (no Pro) tienes la versión de 1 TB por solo 103 euros.

Corsair MP600 PRO XT. Otra del grupo de las más rápidas: 7.100 MB/s y 6.800 MB/s en lectura y escritura secuencial. Destaca en el apartado de la refrigeración ya que monta de serie un espectacular disipador de memoria. Tiene cinco años de garantía y resistencia de por vida porque los Tbytes escritos no serás capaz de alcanzarlos en un uso normal. Se vende en capacidades de 1, 2 y 4 Tbytes desde 165 euros. Alternativamente, puedes comprar la Corsair MP600 de 1 TB por 137 euros.

Crucial P5 Plus. Un escalón por debajo de las anteriores, pero más económica, monta memorias de la casa (TLC de Micron) y ofrece velocidades de 6.600 MB/s en lecturas secuenciales y notables velocidades en escritura: 5.000 MB/s. El modelo de 500 GB tiene un precio de solo 78 euros, aunque el más atractivo actualmente por precio es el de 1 TB por 116 euros.

GIGABYTE AORUS NVMe. Otra de las buenas Gen4 con memorias de Toshiba y controlador de Phison con 5000 MB/s y una almohadilla térmica LAIRD de alta conductividad para reforzar la disipación de calor. Con cinco años de garantía, la versión de 1 TB tiene un precio de 165 euros.

KIOXIA EXCERIA. Una buena muestra de las PCIe Gen3 para los que todavía no tienen placas Gen4. Cuenta con fiables memorias de Toshiba y un rendimiento de 1.700 MB/s, sobrado para la gama media. Muy económica, la versión de 500 Gbytes está disponible por solo 53 euros, mientras que puedes comprar la Kioxia Exceria G2 de 1 TB cuesta 87 euros.

Kingston NV2. Cerramos la muestra con otra Gen4, pero distinta a las anteriores, ya que emplea un diseño single-sided que solo coloca chips en un lado de la SSD y reduce su grosor, consumo y la generación de calor. Baja el rendimiento de la interfaz a 3.000 / 1.300 Mbytes por segundo, pero es ideal para el usuario que no necesite tanto e ideal para montaje en portátiles. Se comercializa en capacidades de 250, 500, 1000 y 2000 Gbytes y es de lo más barato que vas a encontrar en Gen4: desde 46 euros.

SATA

KIOXIA Exceria. La nueva marca de lo que antes era Toshiba Memory, montan memorias de la casa y transferencia de datos de hasta 555 Mbytes en lectura secuencial. La versión de 1 Tbyte tiene un precio de 105 euros y ofrece otras capacidades como la de 240 GB muy económica.

WD Green. El primer fabricante mundial de discos duros tiene una gran oferta de SSD, como este modelo con velocidades de lectura secuencial de hasta 560 MB/s, que además está optimizado para rebajar el consumo y monta memorias SLC superfiables. La unidad de 500 GB tiene un precio de 48 euros.

Samsung SSD 870 EVO. Seguramente la más vendida entre las SATA de 2,5″. Monta memorias y controlador propio y alcanza el rendimiento máximo que permite SATA con velocidades secuenciales de 560/530 MB / s. Ofrece capacidades desde 250 GB a 4 Tbytes de capacidad desde 45 euros, aunque la versión más interesante ahora mismo es la de 500GB por 64 euros.

Crucial MX500. En un formato de 2,5″, monta memorias de Micron y ofrece lecturas/escrituras secuenciales de hasta 560/510 MB y lecturas/escrituras aleatorias hasta 95/90 K. Tienen una garantía de 5 años y ofrece capacidades desde 250 GB a 4 Tbytes de capacidad. Económicas, parten de 43 euros y actualmente la más interesante en capacidad/precio es la de 1 Tbyte por 90 euros.

Kingston SKC600B. Monta memorias Toshiba y controlador de Silicon Motion para 550 / 520 Mbytes por segundo en lectura / escritura secuencial. Destaca por su compatibilidad con paquetes integrales de seguridad para salvaguarda de los datos, autocifrado compatible XTS-AES basado en hardware de 256 bits y soluciones de gestión de seguridad TCG Opal 2.0. Con cinco años de garantía, ofrece capacidades desde 256 GB a 2 TB con precios que parten de 41 euros. Análisis aquí.

SanDisk Plus. Otra de las más representativas de las SATA de 2,5″, monta memorias propias para un rendimiento de 535 MB/s en lectura, aunque en escritura cae un poco a 450 MB/s. Su precio lo compensa ya que la versión de 1 TB cuesta 89 euros. Ofrece otras capacidades desde 240 GB por 42 euros.

SSD Externas

Las ventajas de SSD que muestran las unidades internas también se han trasladado a las soluciones externas y si bien con menos oferta, también encontramos soluciones interesantes que pueden llevarse en un bolsillo a cualquier parte conectadas generalmente por un puerto tan extendido como USB o pueden usarse para aumentar el almacenamiento de productos como consolas. Algunas de las mejores ofertas:

SanDisk SSD Externa. Bajo tamaño, robusta y de amplia movilidad. La compañía ofrece unidades estándar a 520 Mbytes por segundo, las Extreme (1000 MB/s) y las Pro que ofrecen 2.000 MB/seg, Ofrecen todo tipo de capacidades desde 75 euros si bien la ideal es la Extreme de 1 TB por 138 euros.

WD_BLACK P50. Especialmente diseñado para jugadores en consolas y PCs que necesiten almacenamiento adicional para sus juegos. Su rendimiento es muy elevado hasta 2.000 MB/s en lectura secuencial. Tiene una carcasa atractiva y resistente y se vende en capacidades desde 500 Gbytes a 4 Tbytes. La versión de 1 TB tiene un precio de 218 euros.

Crucial X6. Una SSD portátil que alcanza 800 MB/s conectada a un puerto USB 3.2. Funciona con consolas o PCs y se vende en capacidades de 500 GB y 1, 2 y 4 Tbytes desde solo 69 euros.

Samsung T7. Pequeño tamaño, bajo peso, (opción de mayor resistencia con la serie Shield) y con velocidades de 1.050 Mbytes por segundo. Está disponible en varias capacidades, la de 1 Tbyte por 99 euros y la versión resistente Shield de 1 TB por 130 euros.

Kingston XS2000. Otra SSD externa que puede llevarse a cualquier parte en un bolsillo y se conecta a un puerto USB Tipo-C. Certificado IP55 para resistencia al agua, al polvo y a los golpes, ofrece un rendimiento altísimo con transferencia de datos de 2.000 Mbytes por segundo tanto en lectura como en escritura secuencial. Tienes la versión de 500 GB por 111 euros, si bien la más interesante es la de 1 TB por 148 euros.

Esperemos que te haya sido útil esta Guía de SSD. Lo anterior solo es una selección de todo lo que puedes encontrar. Puedes encontrar las ofertas y muchas más en nuestros minoristas de cabecera:

Nota: Esta selección contiene algunos enlaces de nuestros afiliados, pero ninguno de los productos incluidos han sido propuestos o recomendados por ellos o sus fabricantes, sino elegidos según nuestro propio criterio.

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