Análisis
Tesla Model S Plaid 2024, monturas
Riders on the storm The Doors (Classic from The Doors, 1971)
Pilar no se aburre esperando tra su mesa del concesionario. Y eso a pesar de que es un martes plomizo con poco movimiento, a pesar de que tiene una montaña de papeleo de la financiera aún pendiente, a pesar de que en unos minutos tiene concertada la visita de uno de esos clientes que preguntan y preguntan y nunca compran, a pesar de que cuando salga, tarde, de trabajar le espera una casa que no está recogida y una cena que no está preparada ni comprada. Y eso es porque Pilar está viajando. Es una tarde fría de febrero pero la piel de Pilar está tostándose bajo el sol tropìcal que baña la playa de una isla sin nombre del Caribe, la brisa imaginaria se desliza sobre su piel mientras escucha las notas de una lejana marimba que desprende ritmos calientes y pausados. No hay prisa en la mañana imaginaria dentro de la mente de Pilar, pero a su alrededor en el mundo real un acontecimiento frenético empieza a encender a los que la rodean. «Pili» le apremia el gerente apoyando las manos sobre su escritorio lleno de papeles alejándola de su ensoñación tropical. Ella parpadea con un suspiro de fastidio esperando un encargo tedioso e imposible y contesta con un «qué pasa» impaciente. «Han pedido que desalojemos. Algo pasa en la calle». De repente un ruido de cristales. El gerente se gira y se tambalea ante la vista de cientos de personas que han entrado en el concesionario atravesando la vitrina de la exposición. Una piedra ha destrozado la luna delantera de uno de los coches frente al escritorio de Pilar y esta no puede evitar pensar que era uno de los coches que tenía que entregar mañana. El Gerente ha salido corriendo a la parte de atrás sin más aire que el suficiente para proferir un grito apagado. Una serenidad inhumana inunda a Pilar cuya mente ha borrado la imagen y hasta el recuerdo de la playa tropical que la ocupaba hasta hace unos segundos. Pilar empuña una tijera de forma instintiva y se dirige a la puerta que lleva al taller.
Ahí se encuentra con una dantesca escena de lucha en la que los mecánicos se defienden con sus herramientas de una turba sin mente. Niños mordiendo los tobillos, abuelos arrojando sus audífonos a modo de proyectil, señoras agitando el carro de la compra sobre sus cabezas mientras vuelan verduras y hortalizas… Un ejecutivo mal trajeado con calcetines violeta está usando su corbata color naranja para intentar estrangular a uno de los mecánicos jóvenes que se defiende con las manos llenas de grasa. «Pobre Ricardo» acierta a pensar Pilar deslizándose por la pared buscando cubrirse tras los coches en revisión. Antonio, el jefe del taller, está organizando a sus huestes arengándoles y dándoles consejos: «¡En la cabeza! ¡Golpeadles en la cabeza!» Mientras él mismo da ejemplo blandiendo una enorme llave inglesa al tiempo que jadea ruidosamente víctima del efecto del inesperado ejercicio unido al evidente sobrepeso. Ha dado cuenta de un jovencito con enormes auriculares que le agredía con una papelera arrancada de una farola. Ahora se ha fijado en Pilar refugiada tras un voluminoso SUV. «En la parte de atrás.» Le susurra con un gesto de la cabeza mientras le arroja unas llaves. Pilar, asiente obediente mientras Antonio carga con furia contra un grupo de ciclistas enloquecidos. Ella retrocede empuñando las tijeras a modo de escudo. Tras la puerta la furgoneta del taller tiene las puertas de la zona de carga abiertas de par en par. Mientras en el patio trasero del concesionario la violencia se extiende incontrolada. No hay malos ni buenos, solamente una furia encendida en los ojos de todo el mundo. No hay cuartel, no hay reglas, todo es un arma. Ya no hay pullas en Instagram ni insultos en Facebook, solo la violencia primigenia que parece haber desbordado y alcanzado las calles y las plazas. Pilar entra sigilosa en la furgoneta, cierra las puertas con cuidado, baja los seguros y se sienta al volante. Al arrancar se le escapa inesperada una sonrisa. De repente se siente viva. Ya no le importa qué va a hacer de cena.
La presencia de nuevos fabricantes ha animado el mercado de berlinas de lujo de altas prestaciones. Las marcas generalistas parecen haber abandonado el sector por considerarlo poco rentable dejando de producir modelos míticos como el Opel Omega o el Peugeot 607 para centrarse en otras franjas de producto. Han surgido nuevos competidores, casi exclusivamente con modelos eléctricos, con marcas como Tesla y otras como Lucid o Polestar además de marcas chinas como BYD. Siguen presentes por supuesto los sospechosos habituales como Mercedes o BMW.
Modelo analizado | Tesla Model S |
Motor y acabado | PLaid |
Potencia | 1020 CV |
Velocidad máxima | 320 Kmh |
Aceleración o-100 | 2,1 s |
Largo/ancho/alto | 5021/1987/1431 mm |
Potencia máxima RPM | 1020 CV (tres motores de 420 caballos) |
Par máximo Nm/RPM | No disponible |
Caja de cambios | Automática |
Web | https://www.tesla.com/ |
Precio | 107.990 euros |
Lo que es evidente es que el Model S de Tesla se ha ido posicionando desde su lanzamiento en 2012 como una de las alternativas más atractivas en este sector, con una de las mejores relaciones prestaciones / precio del mercado pero con unas lagunas en aspectos como los acabados que han ido mejorando sustancialmente con el tiempo pero que siguen siendo uno de los aspectos a tener en cuenta sobre todo considerando los precios de los modelos en la parte alta del catálogo.
Tope de gama
Precisamente hemos tenido la ocasión de probar el top de la gama de los Model S: el Model S Plaid que luce en su hoja de especificaciones nada menos que 1.020 caballos. Esto la coloca en un nivel de potencia del que ninguna de las berlinas de los fabricantes mencionados al principio puede presumir (con la honrosa excepción del Lucid Air Sapphire) por lo que es difícil de valorar dónde se se coloca este modelo dentro de la oferta de vehículos de lujo pero sí que se puede decir que todas las que tienen características parecidas tienen un precio superior (y como hemos visto una potencia inferior). Otras consideraciones como acabados, materiales y prestigio de la marca quedan aparte.
Dejando a un lado el peculiar posicionamiento del Tesla Model S Plaid dentro del mercado de automóviles, pasamos a analizar este modelo. Hay que decir que no hemos tenido entre manos un Model S desde la prueba que realizamos en 2017 y el coche ha sufrido una serie de cambios importantes aunque el aspecto general y otras características se mantienen. En la parte delantera el Model S Plaid no ha perdido su impronta con un diseño agresivo y aerodinámico. El paragolpes delantero ha sido rediseñado con respecto a generaciones anteriores con una entrada de aire más grande y nuevos pilotos antiniebla.
También cambia la forma del capó que ahora tiene un relieve en la parfte central lo que le da un toque más deportivo manteniendo la estética futurista del modelo de la generación anterior. También ha cambiado el diseño de la parrilla que se coloca en la parte inferior tapando la que se abría en los laterales para aumentar la eficiencia aerodinámica. Los faros sin embargo mantienen la misma forma que los que lucía el modelo que probamos en su momento.
Aerodinámico
Las líneas del lateral de este modelo siguen siendo elegantes y fluidas con una consideración especial a la aerodinámica, factor fundamental para mantener una baja resistencia al aire y así conseguir un mejor rendimiento y en consecuencia mejor autonomía. De hecho el coeficiente aerodinámico o CX es de 0.208 que le coloca entre los mejores del mercado. Las manijas de las puertas siguen siendo retráctiles y se esconden en la carrocería para no ofrecer resistencia cuando no se necesitan, se han eliminado los adornos de cromo de los retrovisores y ventanas además de variar el diseño de los retrovisores todo para mejorar la mencionada resistencia.
En la parte trasera del Model S Plaid destaca sin duda el vistoso alerón de fibra de carbono además de las molduras en color negro, una de ellas sobre la matrícula donde se ha colocado el nombre del fabricante a diferencia de la cromada que lucía el modelo que probamos anteriormente. También saltan a la vista las molduras de plástico en color negro en la parte inferior del coche que le dan un aspecto algo más deportivo que las más sobrias de la generación anterior. Como en otras versiones el diseño de los grupos ópticos traseros que se extienden verticalmente por los laterales, resalta la anchura del vehículo.
Nueva pantalla
Uno de los elementos que sobresalen es uno de las señas de identidad de los modelos de Tesla: la enorme pantalla táctil de 17 pulgadas, ahora en posición horizontal, que domina completamente el salpicadero y controla prácticamente todas las funciones del vehículo, incluyendo la climatización, el sistema de infoentretenimiento, la navegación e incluso el selector de marcha. Esta pantalla dispone de la posibilidad de cambiar su ángulo mediante un motor para que se oriente más hacia el conductor o el acompañante. Como ya vimos en otros modelos la calidad de la misma es excelente y ofrece una gran calidad de visualización.
Una de las cosas que hemos notado es el esfuerzo en incorporar materiales de mayor calidad como tapicerías en cueto y más acabados en fibra de carbono. Las terminaciones da la impresión que se han cuidado aún más que en la generación anterior y el resultado es una mejor impresión que se acerca mucho más a los estándares «premium» de otras marcas, aunque aún queda algo de camino por recorrer en este sentido. Algunos ajustes y terminaciones pueden mejorarse un poco más y el minimalismo extremo del diseño interior tampoco juega a favor de la sensación de lujo.
Los asientos siguen siendo uno de los puntos fuertes de este coche: amplios, muy cómodos en cuanto a acolchado y tacto y especialmente sobresaliente el confort del apoyo lumbar y del reposacabezas. Tienen ajuste eléctrico además de estar calefactados. Ergonómicamente el puesto de conducción es muy bueno, sobre todo teniendo en cuenta lo que ya mencionamos sobre la pantalla central. Al poder girarse para orientarla hacia el conductor el acceso a la multitud de funciones que se realiza a través de ella es más cómodo. Aún así sigue siendo un inconveniente para mantener la atención y la vista en la carretera.
Buena habitabilidad
En la parte de atrás hay mucho espacio para los ocupantes que pueden llegar a ser tres sin grandes incomodidades. Con respecto a otras berlinas grandes la altura al techo sigue siendo algo escasa para personas grandes y por las características del coche la banqueta también demasiado baja lo que vuelve a ser algo problemático para personas de cierta estatura porque deben llevar las piernas algo flexionadas. Sin embargo los asientos han mejorado en calidad y son más cómodos que en generaciones anteriores así como con mejor tacto y acabado.
Uno de los puntos fuertes de los modelos de Tesla es, además de la pantalla el propio sistema que ofrece múltiples posibilidades, incluso en lo que respecta al comportamiento y configuración del propio coche. Por ejemplo podemos definir el comportamiento de los pedales, la altura de la suspensión, el tipo de amortiguación (mayor confort o mayor deportividad)… incluso en esta versión el propio coche puede llegar a decidir si hay que poner la marcha hacia adelante o hacia atrás cuando estemos maniobrando a baja velocidad teniendo en cuenta el entorno. Están presentes como de costumbre varios modos de gestión de la potencia, en el caso de este modelo son Relax, Deportivo y Plaid (que entrega los 1020 caballos).
Dentro de las muchas evoluciones del sistema están la posibilidad de utilizar el smartphone como llave, nuevos juegos avanzados (incluso del tipo de Cyyberpunk 2077), mejora del sistema de navegación basado en Google Maps, sistema de análisis en tiempo real del rendimiento del vehículo y otros avances. También en el hardware la evolución es notable y se nota (como indica la compatibilidad con juegos más complejos) ya que el sistema de este modelo se bada en el procesador AMD Ryzen con capacidad de 10 TeraFlops.
Pantalla trasera
Además como novedad los pasajeros de los asientos traseros tienen a su disposición una pantalla de 9,4 pulgadas con la que reproducir contenido pero incluso permite jugar a determinados juegos con los ocupantes de los asientos delanteros. Además permite controlar el sistema de climatización trasero. En lo que respecta al maletero el Model S Plaid cuenta con dos, uno delantero o frunk como se le llama habitualmente con 89 litros de capacidad y otro trasero con 709 litros. La capacidad total de carga alcanza nada menos que 1.828 litros abatiendo los asientos traseros.
En lo que respecta a la conducción si normalmente le damos importancia a las características técnicas con un modelo como el Tesla model S Plaid aún más importante. Los 1020 caballos son generados por tres motores, uno que mueve el eje delantero y dos que mueven el eje trasero. Cada motor tiene una potencia de 420 caballos y conjuntamente cuando funcionan a pleno rendimiento logran superar la mágica cifra de los mil caballos. El sistema de gestión de potencia es capaz no solamente de dosificar la potencia entre los ejes delantero y trasero, sino el par que se entrega para cada rueda trasera para lograr un control total de las prestaciones del sistema de propulsión.
Se trata de motores síncronos de imanes permanentes con rotor recubierto de fibra de carbono y refrigeración líquida con una transmisión de frecuencia variable. Hay que tener en cuenta que se trata de una potencia muy respetable, pero que también hablamos de 2.265 kilos de peso (aunque frente a otros modelos eléctricos de tamaño similar no es de los más pesados). Un detalle importante en la evolución de este modelo es la refrigeración que ha sido mejorada en este nueva generación.
Nueva refrigeración
Esto se refleja en el nuevo sistema con diseño «U-Flow» para la batería. Este nuevo sistema utiliza una mayor cantidad de tubos de refrigeración dentro de cada módulo que compone la batería, con una configuración recta en lugar de la forma en S que se ha venido utilizando en modelos anteriores. Este cambio permite enfriar 144 celdas por cada pasada del líquido refrigerante, en comparación con las 444 de los diseños previos, lo que resulta en una distribución térmica más uniforme y eficiente. Esta mejora se cuentifica en una diferencia de temperatura entre celdas de solo 3,5 grados frente a los hasta 7 grados de diseños anteriores.
Esta mejora en la homogeneidad térmica no solo optimiza el rendimiento de la batería en procesos de carga y descarga, sino que también contribuye a prolongar su vida útil. Además Tesla ha implementado nuevas placas disipadoras de calor que complementan el sistema de refrigeración líquida que permiten enfriar no solamente la batería sino también otros componentes críticos como los motores. Según fuentes del fabricante todos estos avances en refrigeración consiguen aumentar en un 10% el rendimiento general de este modelo.
Pero una vez al volante prescindiendo de todo lo anterior la palabra pasa a la experiencia pura y dura. Ponerse al volante de un coche capaz de acelerar de 0 a 100 en 2,1 segundos y de alcanzar los 322 kilómetros por hora hace que uno se emocione incluso antes de pisar el acelerador. Lejos de decepcionar este coche es una verdadera máquina de teletrasporte, esa sensación que ya hemos comentado de este tipo de vehículos eléctricos de desplazarse en un parpadeo es una sensación fuerte en este modelo, y la impresión de estar más en una máquina para entrenar astronautas que en un coche de calle también es fuerte cuando al pisar el acelerador uno queda hundido en el asiento viendo cómo la visión del entorno se emborrona…
Brutal y civilizado
Y aún así el Model S Plaid es capaz de ser un coche civilizado y confortable, quizás es lo más reseñable en una primera impresión. Un coche deportivo de ese caballaje (o de la mitad) con un motor térmico es un coche inquieto, dispuesto a saltar en cualquier momento para abalanzarse sobre el asfalto. Este Tesla Model S Plaid sin embargo parece como si se mantuviera en letargo hasta que se le despierta pisando fuerte el acelerador. Un despertar vertiginoso y más que brusco instantáneo, con nada que pueda presagiar la tormenta de caballos que se van a desatar a través de los pneumáticos.
No quiero mentir, es una experiencia increíble y la capacidad de aceleración es pasmosa de verdad con lo que solamente esa experiencia merece la pena. Es cierto que con los 670 caballos del modelo más modesto (y barato) la aceleración también es impresionante y ahí es difícil de defender la diferencia de precio a menos que lo que se quiera es un coche realmente único. Un detalle que nos ha impresionado mucho es el de la evolución de la calidad de rodadura de este coche, otro detalle importante cuando uno se codea con las marcas más lustrosas del panorama del motor.
Gracias a la evolución de los sistemas como la suspensión adaptativa el confort que se alcanza es muy alto y desde luego mejorado con respecto a anteriores generaciones. Quizás le falta aún un poco para alcanzar el nivel de las berlinas más sofisticadas, pero el camino recorrido es mucho y esa diferencia la notarán solamente los más exigentes. En modo confort de todas formas la suspensión es algo más dura de lo que se podría esperar, pero con el peso y la potencia del coche hay que hacer sacrificios para que la conducción sea lo más seguro posible.
En cuanto a los consumos y a pesar del aumento brutal de potencia este Model S Plaid homologa 600 kilómetros de autonomía con el ciclo WLPT por lo que solamente perdemos 34 kilómetros de autonomía con respecto al modelo normal que incorpora la misma batería. Esto a pesar del motor adicional y los casi 100 kilos más que pesa el Model S Plaid. Y de todas formas gracias a la red de supercargadores que es la más extensa y a la capacidad de cargar en corriente continua hasta 250 kv este modelo sigue siendo uno de los eléctricos más indicados para viajar. Los consumos que rondan los 25 KWh en conducción «civilizada» son muy buenos para un coche de las características de este Model S Plaid.
Conclusiones
Si al subir a un Tesla Model S Plaid uno no se siente transportado a una película de ciencia ficción viendo la pantalla y los acabados de este coche, al poner en marcha y acelerar a fondo se acaba convenciendo. Los 1020 caballos son irreales pero existen y se comportan de un modo más civilizado de lo que uno pudiera pensar, menos salvaje, pero están todos ahí y permiten superar por muy poco los dos segundos para acelerar de cero a cien, que si uno consulta la tabla de aceleración de los deportivos más radicales puede darse cuenta de la barbaridad que supone.
Es cierto que algunas de las peculiaridades de este modelo como el volante en forma de mando de avión o que el cambio de marchas se accione desde la pantalla (aunque el coche puede decidir por su cuenta) necesitan algo de adaptación, sobre todo para conductores acostumbrados a modelos con los pies más en la tierra y menos galácticos. Pero nadie puede discutir que Tesla hace coches diferentes y entre todos ellos este Model S Plaid es sin duda el más especial (también por el mareante precio, por cierto).
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