

Guías
Tarjeta gráfica obsoleta, cómo saber si ha llegado el momento de actualizar
Todos los que jugamos en PC hemos pensado en más de una ocasión que nuestra tarjeta gráfica se estaba quedando obsoleta, y esto nos ha llevado a considerar una actualización que, sin embargo, no siempre es realmente necesaria, porque en muchos casos esta seguía siendo perfectamente funcional y no estaba obsoleta.
Esto hace que nos preguntemos tres cosas muy importantes:
- ¿Qué hace que una tarjeta gráfica sea considerada como obsoleta?
- ¿Cuándo es conveniente cambiarla?
- ¿A qué modelo deberíamos actualizarla?
Hoy voy a responder en este artículo con forma de guía, que espero que os sea de gran ayuda tanto antes como durante el proceso de cambio de vuestra tarjeta gráfica por un modelo superior. Voy a ser claro y directo, pero si al terminar de leer este artículo tenéis cualquier duda podéis dejarla en los comentarios y os ayudaré a resolverla. Sin más, empezamos.
¿Qué es una tarjeta gráfica obsoleta?
Una tarjeta gráfica obsoleta es aquella que cumple una serie de condiciones. No es estrictamente necesario que cumpla con todos ellos al mismo tiempo, pero si esto ocurre podremos decir con total convicción que está completamente obsoleta.
En general, estas son las claves que deben concurrir para que una tarjeta gráfica se pueda considerar como obsoleta:
- Ya no recibe soporte oficial a nivel de drivers.
- Carece del soporte de APIs y de funciones necesarias para ejecutar juegos actuales.
- No puede ofrecer un rendimiento aceptable en juegos actuales.
- Su eficiencia (rendimiento por vatio consumido) es muy baja.
- Tiene una cantidad de memoria gráfica inferior al requisito mínimo de los juegos actuales.
Algunas de esas claves son más importantes que otras, y no todas nos permiten considerar como obsoleta a una tarjeta gráfica. Os pongo un ejemplo, una tarjeta gráfica de gama alta se verá afectada por el paso del tiempo, por el lanzamiento de nuevos juegos y por la mayor exigencia de estos.
Todo eso hará que notemos que cada vez rinde peor en juegos, y que es inferior a otros modelos más nuevos, pero esto no quiere decir que haya quedado obsoleta. Puede que su rendimiento, aunque insuficiente para nosotros, siga siendo suficiente para otros usuarios, y que todavía reciba soporte a nivel de drivers. El rendimiento bruto nunca debe ser el único criterio para decidir si una tarjeta gráfica está obsoleta o no.
La GeForce RTX 2060 de 6 GB es un buen ejemplo, porque ha ido perdiendo fuerza debido a las crecientes exigencias de los juegos actuales, pero todavía recibe soporte oficial y es capaz de aguantar el tipo bastante bien en juegos con resolución 1080p, siempre que no excedamos el máximo de memoria gráfica disponible. También tiene un buen soporte de APIs y funciones actuales, y no debe ser considerada como obsoleta.
Por contra, una GeForce GTX 980 Ti es una tarjeta gráfica que, a pesar de que todavía es capaz de ofrecer un rendimiento aceptable para el tiempo que tiene, sí que puede ser considerada como obsoleta, porque su soporte a nivel de drivers ya ha pasado al modo legado, y porque no soporta las funciones y las APIs más importantes en juegos actuales.
¿Cuándo es recomendable cambiar nuestra tarjeta gráfica?
Lo ideal es hacer el cambio cuando esta ya no sea capaz de cubrir con nuestras necesidades, así de simple. Imagina que juegas en 1440p y que tu tarjeta gráfica ya no es capaz de mover juegos en condiciones aceptables con dicha resolución, pero que sin embargo sí que aguanta bastante bien en 1080p, ¿deberías cambiarla o seguir utilizándola jugando a una resolución inferior?
Deberías cambiarla. Jugar con una resolución inferior a la nativa de tu monitor restará mucha nitidez a la imagen, y hará que tu experiencia al jugar empeore considerablemente. Cuanto mayor sea la resolución nativa del monitor, y cuanto más tengas que bajar la resolución, más grande será el cambio, y peor será tu experiencia.
El factor determinante para decidir si cambiar o no tu tarjeta gráfica es ese, que ya no sea capaz de cubrir tus necesidades, pero entiendo que esto puede variar mucho en función de cada usuario. Por ejemplo, habrá gente a la que no le importará tener que jugar a 30 FPS para poder aguantar un poco más con su tarjeta gráfica, mientras que otra estará considerando el cambio en cuanto los juegos le bajen de 60 FPS.
Para que tengáis una referencia os he preparado una serie de claves específicas, que indican claramente que deberíamos cambiar de tarjeta gráfica en cuanto podamos. Si os habéis visto afectados por una de esas claves es suficiente para considerar el cambio, y si concurre más de una al mismo tiempo el cambio es totalmente necesario, y deberíais hacerlo cuanto antes.
- Ya no podemos jugar a la resolución nativa de nuestro monitor, ni siquiera con un reescalado no agresivo (1080p y reescalado en modo calidad, 1440p y reescalado en modo equilibrado o 2160p y reescalado en modo rendimiento).
- Tenemos que jugar a todos los juegos actuales en calidad baja o muy baja para que funcionen con un mínimo de fluidez.
- Nos vemos obligados a utilizar APIs antiguas, como DirectX 11, porque con APIs más actuales el rendimiento es peor.
- Los juegos no funcionan con una media de entre 40 y 60 FPS de forma estable con una configuración grafica normal (resolución nativa, aunque sea con reescalado, y calidad media como mínimo).
Tengo una tarjeta gráfica obsoleta, ¿a qué modelo debería actualizar?
Antes de dar recomendaciones concretas debemos diferenciar entre dos grandes categorías de tarjetas gráficas obsoletas, las que son muy antiguas y tienen una enorme diferencia de rendimiento incluso con las gamas bajas actuales, y aquellas que aún teniendo varios años todavía ofrecen un rendimiento considerable.
1.- Tarjetas gráficas muy antiguas
Dentro de esta categoría entran todas aquellas basadas en las arquitecturas Kepler (GeForce GTX 700, salvo las GTX 745, GTX 750 y GTX 750 Ti) y anteriores por el lado de NVIDIA, y en las arquitecturas GCN 3 (Radeon RX Fury) y anteriores por el lado de AMD.
2.- Tarjetas gráficas antiguas con buen rendimiento
En esta categoría entran las arquitecturas Maxwell y Pascal por el lado de NVIDIA, y GCN 4 y GCN 5 por el lado de AMD. Tarjetas gráficas como la GeForce GTX 1080 Ti y la Radeon VII todavía ofrecen un rendimiento alto, tan alto que no quedan muy lejos de los modelos de gama media económica actuales, pero:
- Ya no reciben soporte a nivel de drivers.
- No soportan funciones actuales muy importantes en juegos.
- Tienen una eficiencia muy baja.
- Su rendimiento con algunos juegos exigentes es muy bajo por su falta de funciones y de soporte de tecnologías actuales.
Ejemplos concretos de actualizaciones
Si tienes una tarjeta gráfica obsoleta de la primera categoría la verdad es que actualizar a cualquier modelo actual supondrá un cambio importante que notarás desde el primer momento. Por ejemplo, pasar de una GeForce GTX 780 a una GeForce RTX 4060 te dará una mejora enorme, porque pasarás de no poder mover ningún juego actual exigente a poder jugar en condiciones óptimas a cualquier cosa en 1080p con calidades máximas o muy altas y 60 FPS en casi todos los casos.
En caso de que tengas una tarjeta gráfica de las incluidas en la segunda categoría debes tener más cuidado, porque hay modelos más nuevos que rinden peor, lo que significa que podrías comprar una tarjeta gráfica nueva para actualizar pensando que es mejor y encontrarte con que en realidad no has hecho un «upgrade» (mejora), sino un «downgrade» (degradación).
Por ejemplo, si tienes una GeForce GTX 1080 Ti y actualizas a una GeForce RTX 4060 notarás una mejora en juegos actuales, pero la evolución en potencia bruta no será muy grande. En este caso, para notar un cambio muy marcado y que tu inversión realmente merezca la pena deberías saltar a una GeForce RTX 4060 Ti o a una GeForce RTX 4070.
Lo mismo ocurriría con la Radeon VII, que rinde solo un poco menos que la GeForce GTX 1080 Ti. En este caso al actualizar a una Radeon RX 6650 XT notarías una mejora clara en juegos actuales, porque esta tiene un mejor soporte a nivel de APIs y tecnologías actuales, pero para que el salto en potencia bruta merezca la pena deberías irte a por una Radeon RX 7700 XT.
Con tarjetas gráficas inferiores, como la Radeon RX 580 y la GeForce GTX 1060, lo tienes mucho más fácil, porque por rendimiento estas tarjetas gráficas equivalen a grandes rasgos al de las GeForce GTX 1650 Super y Radeon RX 5500 XT, así que actualizar a una GeForce RTX 3060 o a una Radeon RX 6600 ya te dará una gran mejora de potencia bruta, y tendrás acceso pleno a tecnologías y APIs de la generación actual.
Como regla general, si tienes una tarjeta gráfica muy antigua no deberías actualizar nunca a un modelo de su misma generación. Es imprescindible buscar siempre modelos que tengan soporte, y que estén, como mucho, entre dos y tres generaciones por detrás de la generación más actual. ¿Te cuesta diferenciar generaciones de tarjetas gráficas? Pues mira esta guía.
Si tienes una tarjeta gráfica antigua, pero dentro de la segunda categoría, tampoco deberías actualizar a un modelo de esa misma generación, y lo ideal es buscar modelos que estén una o dos generaciones por detrás de la más actual que fuesen, en su momento, de gama media-alta o de entrada a la gama alta para conseguir una mejora notable de potencia bruta.