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6 errores al comprar una gráfica

Si estáis pensando en comprar una nueva tarjeta gráfica para poder disfrutar con más garantías de los juegos de nueva generación deberíais tener cuidado. Hay varios errores clásicos que pueden confundir a cualquier comprador. Y es que dado la frenética evolución de las GPUs y las numerosas opciones que ofrecen los fabricantes, comprar una nueva gráfica se convierte en una tarea que hay que estudiar con la máxima atención.

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Si estáis pensando en comprar una nueva tarjeta gráfica para poder disfrutar con más garantías de los juegos de nueva generación deberíais tener cuidado. Hay varios errores clásicos que pueden confundir a cualquier comprador. Y es que dado la frenética evolución de las GPUs y las numerosas opciones que ofrecen los fabricantes, comprar una nueva gráfica se convierte en una tarea que hay que estudiar con la máxima atención.

 

En el mercado de las tarjetas gráficas pasa algo similar a lo que ocurre con el mundo de los procesadores: existen dos grandes alternativas entre las que elegir, pero en cada una de ellas encontramos un sinfín de ofertas que hacen difícil la decisión a menos que llevemos un estudio profundo de nuestras necesidades, presupuesto, y objetivo.

 

 

La lista con los seis errores clásicos que muchos compradores cometen al realizar esta compra por lo tanto pueden ayudaros a realizar una compra más inteligente y adecuada. Así pues, atención a esos errores: 

 

1. La cantidad de memoria no importa tanto: que una gráfica tenga más memoria que otra no significa que sea mejor: el rendimiento depende mucho más de otros factores como la propia GPU o la frecuencia de trabajo de esa GPU y de la memoria que la acompaña. Por ejemplo, siempre será mejor comprar una 8800GT con 256 Mbytes que una 8600GT con 512 Mbytes de memoria. Si no jugamos a resoluciones súper altas, esa memoria no es tan importante.

 

 

2. ¿Es mejor una gráfica nueva de gama baja que una antigua de gama alta?: Aunque sea más nueva, eso no implica que su rendimiento sea tan grande como para que las gráficas de baja gama, por muy nuevas que sean, puedan superar el rendimiento de los modelos antiguos de gama alta.

 

 

3. Cuidado con los requisitos de espacio y potencia: muchas de las gráficas de última generación, sobre todo en el caso de las más potentes, necesitan más espacio en nuestra caja al tener un formato más grande que sus antecesoras. Ese requisito debe mantenernos alerta, pero más importante aún es el hecho de que muchas de esas nuevas gráficas también necesitan más potencia, con la posibilidad de tener que conectarlas directamente a la fuente de alimentación. Y no todas las fuentes disponen de esa opción, lo que puede acarrear un gasto extra inesperado.

 

 

4. Si quieres una gráfica rápida, acompáñala de un procesador rápido: la mayoría de los juegos actuales también le dan mucha importancia al procesador, y aunque no es el factor determinante, sí que es relevante el hecho de no tener una CPU lenta con una gráfica rápida. Hay que tratar de mantener un cierto equilibrio entre ambos componentes.

 

 

5. Compra lo que necesites: el mejor consejo que siempre se le puede dar a un usuario de informático es que compre en base a sus necesidades. Si necesitas una gráfica para seguir jugando al Counter Strike no deberías apostar por un modelo de gama altísima. Sin embargo, si quieres dar un salto cualitativo y jugar a títulos como Crysis en resoluciones de 1920×1200 la cosa cambia, desde luego, y necesitarás una GPU de gama alta.

 

 

6. Consulta a varias personas: es normal que consultes a conocidos y en foros de Internet por esta compra, pero no te fíes de una única opinión: trata de obtener el mayor número de experiencias y opiniones posibles para valorar qué ventajas e inconvenientes tiene cada opción de las que has considerado, y en base a esa información podrás tomar una decisión mucho más acertada.

 

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