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La UE se enfrenta a Microsoft

Por segunda vez la Comisión Europea ha acusado a Microsoft de prácticas monopolísticas por abusar de su posición de privilegio con su sistema operativo Windows, esta vez por la preinstalación de Internet Explorer. Según este organismo esta maniobra impide a otros navegadores competir en igualdad de condiciones. Ya se produjo un proceso parecido con el Media Player que le obligó a crear una versión de Vista sin este programa.

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Por segunda vez la Comisión Europea ha acusado a Microsoft de prácticas monopolísticas por abusar de su posición de privilegio con su sistema operativo Windows, esta vez por la preinstalación de Internet Explorer. Según este organismo esta maniobra impide a otros navegadores competir en igualdad de condiciones. Ya se produjo un proceso parecido con el Media Player que le obligó a crear una versión de Vista sin este programa.

 

Dominar el mercado con el 90% de los sistemas operativos instalados en los ordenadores personales de todo el mundo no siempre es bueno. En ocasiones puede provocar las suspicacias de los entes reguladores, como es el caso de la Comisión Europea. Microsoft ya ha tropezado con ellos, en febrero el ente europeo multó con 899 millones de euros a la empresa americana por no compartir información con sus competidores para que pudieran desarrollar productos compatibles con Windows o el fallo sobre la inclusión del reproductor Windows Media playeren el sistema que obligó al desarrollo de una versión del sistema sin este componente.

 

 

Al anuncio ha provocado reacciones de todo tipo por parte de los analistas y observadores. En el Financial Times recogen las opiniones de algunos asesores que se muestran sorprendidos ante la decisión de la comisión. Según estos analistas el panorama de Internet ha variado desde las primeras batallas iniciadas en Estados Unidos en este mismo frente, ya que el navegador de Microsoft utiliza cada vez más estándares abiertos y parece que los navegadores alternativos presentan cada vez una batalla más dura, sobre todo en la propia Europa. El hecho es que aquél proceso antimonopolio no impidió la práctica desaparición de Netscape como rival de Explorer.

 

 

Otros analistas consultados por Reuters opinan sin embargo que es una medida que favorecerá una Internet dinámica y abierta y que la omnipresencia de Internet Explorer en el 90% de los ordenadores de todo el mundo efectivamente distorsiona la competencia. Los desarrolladores de navegadores rivales tienen que pagar a los fabricantes de ordenadores para que incluyan su producto con los equipos nuevos, cosa que Microsoft no tiene que hacer y que su navegador es inseparable de Windows.

 

 

Todos coinciden sin embargo en que esta maniobra de la Comisión puede afectar al resultado del actual combate entre Microsoft y Google por el predominio de los servicios web. No hay que olvidar que detrás del domino del mercado de los navegadores se encuentra un segundo e importante frente: el de los nuevos servicios por Internet en el que luchan encarnizadamente ambas compañías.

 

Microsoft está impulsando estos días su nueva plataforma Windows Live que se integra con Windows pero cuya popularidad podría verse afectada por la decisión final de la Comisión frente a alternativas como la que ofrece Google, que acaba de entrar en la guerra de los navegadores con su Chrome en parte para tomar posiciones con vistas a la nueva generación de servicios web. Microsoft está promocionando Live como extensión del sistema operativo, incluso eliminando aplicaciones como el cliente de correo o el editor de vídeo en su nuevo Windows 7 y ofreciendo su versión online. Esta solución podría verse afectada con el posible resultado del proceso abierto.

 

 

La Comisión ha dado a Microsoft ocho semanas para presentar alegaciones antes de que se tomen medidas legales. En un comunicado la compañía de Redmond ha afirmado que están «comprometidos a llevar nuestros negocios observando rigurosamente las leyes europeas«. El proceso podría derivar en una multa o en obligar a Microsoft a tomar medidas parecidas a las que se solicitaron para el Media Player, una versión del sistema sin este programa.

 

Sin embargo ante la nula repercusión de aquella medida (prácticamente desconocida por el público), se sugiere la incluso la posibilidad de que en las distribuciones de Windows se incluyan todos los navegadores rivales. Una posibilidad de compleja aplicación pero interesante desde el punto de vista conceptual y que podría sentar interesantes precedentes si empresas desarrolladoras de otro tipo de utilidades apelaran a la Comisión. Sin ir más lejos para que se revisara la medida adoptada para el Media Player.

 

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