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Análisis

Samsung I9100 Galaxy S II, la saga se refuerza

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Hace algo menos de un año nuestro laboratorio recibía al Samsung Galaxy S con la misión imposible de hacer sombra al todopoderoso iPhone, y lo cierto es que quedamos impresionados por potencia, pantalla, ligereza… Ahora ha aterrizado el sucesor de aquel iPhone Killer con el reto de mantener alto el pabellón. Como en aquella ocasión las credenciales son impresionantes, procesador de doble núcleo de 1.2 GHz, pantalla mejorada Super Amoled Plus de 4,27 pulgadas y un diseño no demasiado distinto al de su antecesor. Es decir, Samsung ha reforzado precisamente sus puntos fuertes ¿habrá mejorado sus puntos débiles? ¿Qué mejora supone un Galaxy S II frente a un Galaxy S?

Ficha técnica

Lo primero que hemos hecho en el laboratorio es poner frente a frente al Samsung Galaxy S II y a su predecesor. Comparado con el Galaxy S el aspecto de recién llegado a la familia es más grande y con bordes menos redondeados. Salta a la vista que la pantalla ha crecido de forma considerable, pero por lo demás son evidentemente parientes cercanos. Si damos la vuelta a ambos terminales en la parte posterior ya hay diferencias que saltan más a la vista.

En la parte posterior Samsung ha optado en esta ocasión por una tapa que ocupa toda la parte superior, en vez de toda la superficie de la parte trasera del teléfono. Se ha cambiado el material de dicha tapa, ahora es un plástico más rugoso con mejor tacto, pero de menor rigidez y sobre todo menos sensible a las huellas. Eso da una impresión de cierta fragilidad, si se hace presión con el dedo se nota que el plástico cede, cosa que no sucedía con el Galaxy S. En la parte superior encontramos la lente de la cámara de 8 megapíxeles y el flash, dos mejoras del nuevo modelo con respecto al anterior de las que hablaremos más adelante.

Las ranuras que marcan la salida del altavoz (más generosas que antes) están en esta ocasión en la parte inferior y no en la superior junto a la lente de la cámara. Se colocan justo en la zona donde se engrosa la carcasa para hacer que el teléfono sea más cómodo de asir. Una decisión discutible, porque a la hora de ver vídeos en ocasiones podemos tapar el altavoz con los dedos al sujetar el teléfono. En un esfuerzo por hacer el teléfono más manejable, los ingenieros de Samsung han rebajado el perfil del teléfono nada menos que 1,4 milímetros, y la verdad es que la diferencia se nota en la mano y en el espacio que ocupa en el bolsillo.

 

Para terminar este repaso del exterior, se ha mantenido casi idéntico el diseño del conector para auriculares y los botones de volumen y encendido. Sin embargo la conexión Micro USB se ha puesto en la parte inferior, lo que considero un acierto para aquellos que utilizan cargadores de tipo docking station pero en el camino se han dejado la tapa del conector, lo que consideramos no tan acertado ya que en el Galaxy S protegía de polvo, trozos de papel y otros pérfidos habitantes de los bolsillos.

En cualquier caso no ha habido un audaz cambio de diseño, sino simplemente unos retoques de los que solamente algunos podemos afirmar que son indiscutiblemente acertados. En el apartado del peso nos mantenemos en la categoría pluma, con 116 gramos, por lo que se han permitido incluso rebajar cinco gramos el peso del anterior Galaxy S. El caso es que sigue siendo un terminal muy manejable, más que la anterior versión, y con un diseño atractivo que llama la atención. El aire de familia, como ya hemos mencionado, es innegable.

A la izquierda podemos ver el nuevo Samsung Galaxy S II junto a su antecesor el Samsung Galaxy S

Una de las incorporaciones estrella en el nuevo Galaxy S II es el procesador, un ARM Cortex A9 de doble núcleo que funciona a una frecuencia de reloj de 1,2 GHz. Pero esa no es la única mejora de hardware del nuevo Galaxy, también se ha incorporado el nuevo chipset Exynos y sobre todo un procesador gráfico realmente potente, un Mali 400MP. También se ha incorporado la siguiente generación de pantallas Super AMOLED, la Super AMOLED Plus (pronto se quedarán sin prefijos y sufijos) que mejora el ángulo de visión, la densidad de pixeles y el consumo, todo sobre el papel. Por el lado de la conectividad se ha añadido compatibilidad HSPA + y Bluetooth 3.0+ HS.

Una pantalla aún más espectacular

Pero como siempre todo esto, que tiene una pinta estupenda, hay que verlo en acción. Lo primero la pantalla, el caballo de batalla del Samsung Galaxy S ¿ha sido mejorada realmente? Pues aunque parezca increíble, la mejora es sensible. Lo primero por supuesto el tamaño. Pasar de 4 pulgadas a casi 4,3 puede parecer un cambio menor, pero realmente se nota. Y todo esto sin apenas sacrificar en manejabilidad del terminal. En el apartado de la tecnología Samsung ha escogido cambiar a una pantalla matricial con tres subpíxeles por punto. Esta mejora se nota especialmente en la definición de los caracteres, sobre todo si se ponen los dos terminales uno junto al otro como en la imagen.

Las pantallas del Samsung Galaxy S II (izquierda) y el Samsung Galaxy S, las mejoras pueden verse a simple vista

En las pruebas de visualización de vídeo y fotografías notamos una mejora considerable en el contraste, de por si ya extremadamente bueno en el Galaxy S, y en la viveza de los colores que aparecen algo menos saturados y más «reales». Otra diferencia apreciable es la diferencia en el ángulo de visión, aunque en este caso menos espectacular pero que puede resultar realmente útil. A pesar de los lanzamientos que se han producido en el mercado de smartphones, es indudable que la pantalla Super AMOLED plus de Samsung es la que mejor calidad ofrece, incluso por encima del Retina Display de Apple. Nadie ofrece más contraste ni profundidad de color ni colores negros tan nítidos.

Otra mejora de la nueva pantalla es su visibilidad a plena luz, uno de los supuestos talones de Aquiles de la tecnología AMOLED. Algo ha cambiado no solamente en la tecnlogía de la propia pantalla, sino también en el cristal. Además de dar una impresión de mayor calidad y respuesta a los movimientos del dedo, el tratamiento antirreflejo del mencionado cristal también se ha mejorado. El resultado es que la pantalla del teléfono es perfectamente visible en cualquier condición de luz e incluso a pleno sol, mucho más que su antecesor el Galaxy S.

Otra consecuencia del cambio de tecnología de la pantalla es que ahora es posible desactivar los píxeles de forma individual por lo que también puede desconectarse la luz de fondo de forma selectiva. Esto hace que la pantalla, aún obteniendo una calidad más alta, consume menos que su antecesor Super AMOLED. Además en este terminal Samsung ha introducido la posibilidad por parte del usuario de configurar la saturación a través de la opción «Efecto de segundo plano» que permite tres modos, de mayor a menor saturación: dinámico, estándar y finalmente película. En definitiva otro gran acierto de Samsung que ha conseguido mejorar una excelente pantalla que incluso consume menos que con la anterior tecnología.El contraste y la profundidad de color que obtiene la pantalla del Samsung Galaxy S II (arriba) se ha mejorado con respecto a la generación anterior

El siguiente paso para medir los progresos del «nuevo» son las pruebas de rendimiento. Samsung no solamente ha incorporado uno de los procesadores más potentes que se pueden instalar en un terminal móvil, sino que también ha incorporado un potente procesador de vídeo y un chipset mejorado. Además los ingenieros de Samsung también han cambiado el sistema de archivos RFS por el más eficaz EXT4 y se ha duplicado la cantidad de la memoria RAM hasta un gigabyte. A primera vista y comparando la respuesta de las aplicaciones el aumento de rendimiento es realmente impresionante.

Un impresionante aumento de rendimiento

Pero dejemos que hablen las cifras, en las pruebas Quadram el Galaxy S II ha alcanzado los 3.340 puntos, cuando el Galaxy S no alcanza los 1.000. Durante las pruebas 3D el teléfono no bajó de las 60 imágenes por segundo, por lo que se presenta como una potencial fiera en este terreno. En lo que respecta a la pura potencia del procesador el Linpak dio 45,786 Megaflops, frente a los poco más de 13 del Samsung Galaxy S. Pero como decimos es la sensación de acceso instantáneo a las aplicaciones y el funcionamiento fluido de todas ellas lo que más da imagen de una mejora sustancial.

El terminal funciona con la versión 2,3 de Android pero ofrece una serie de complementos preinstalados por Samsung. Uno de los que mejor hemos acogido es la incorporación de un administrador de tareas sencillo de utilizar y que nos permitirá eliminar programas alojados en memoria de forma sencilla. Además y a la imagen de lo que en su día presentó Microsoft para su Windows Phone 7, se han introducido una serie de hubs o repositorios de servicios bastante interesantes. Se trata del Social Hub Premium, para redes sociales, el Reader`s Hub, para libros y revistas electrónicas, el Game Hub y el Music Hub.

Gracias al Social Hub podremos acceder desde una sola aplicación a todas nuestras cuentas de redes sociales y correo electrónico incluso en modo push. De esta forma no tendremos que recurrir a varias aplicaciones para estar siempre comunicados con nuestros conocidos. El Reader’s simplemente recoge otras aplicaciones como Press Display para las noticias, Kobo para libros electrónicos y Zinio para revistas en una estantería virtual. Los otros dos hubs se utilizan para facilitar el acceso y compra de juegos y música en un entorno más atractivo, pero realmente aportan poco valor añadido.  En el caso de la música podemos escuchar fragmentos de 30 segundos de las canciones antes de comprar y en el de juegos también se pueden probar durante un tiempo antes de comprar.

Dentro del apartado del software también cabe mencionar la mejora del navegador, que permite navegación por pestañas, zoom con doble pulsación o separando los dedos y en definitiva algo más moderno y rápido. También se ha incorporado el editor de documentos Office Polaris Office. Pero quizás lo más interesante es la aplicación Kies Air, que permite acceder a través de WiFi todo el contenido del teléfono, incluyendo contactos, mensajes, música, vídeos… Todo ello simplemente accediendo a una dirección Web que nos proporciona el programa. Así podremos tener incluso un pequeño servidor multimedia en nuestras manos.

La cámara también mejora

Si recordáis nuestro análisis del Galaxy S, uno de los puntos débiles era precisamente la cámara y Samsung desde luego parece haberse dado cuenta. Para empezar se ha introducido un sensor de 8 Megapíxeles y se ha añadido el flash LED, barriendo dos de las objeciones de las capacidades de la cámara del anterior modelo. Pero es que además el nuevo Galaxy permite realizar vídeos nada menos que a 1080 p, lo que le coloca en especificaciones a la cabeza de los terminales a la venta en este momento. Sin  embargo la dicha hubiera sido completa si se hubiera incorporado protección a las lentes.

En lo que respecta a su funcionamiento la cámara del nuevo terminal ha mejorado mucho. Ahora dispone de más opciones de configuración, incluso la posibilidad de tomar imágenes con la cámara frontal de 2 MegaPixeles con solo pulsar un icono. Dispone de geolocalización, detector de sonrisas, estabilización de imagen, control de la sensibilidad ISO… Seguimos echando en falta un botón dedicado a la toma de fotografías y vídeos, pero en cuanto a la calidad de las imágenes se pueden poner bien pocas objeciones.

A la hora de realizar tomas de vídeo es cuando se notan más las mejoras. Además de la posibilidad de grabar en alta definición, la cámara ofrece autofoco contínuo durante toda la toma. Algo curioso es que al grabar en alta definición la cámara realiza las tomas con un zoom superior que al grabar en el modo 720p. Hay que tenerlo en cuenta sobre todo para lo que respecta la estabilidad de la imagen. En cualquier caso la calidad de las tomas es muy alta, considerando que se trata de un móvil, con pocos artefactos y una buena velocidad de compresión.

Otro defecto, el de la localización por GPS, también parece haberse solucionado en este terminal, aunque el mérito parece atribuible en parte al nuevo Android 2,3 más que a una mejora en el hardware. Ahora el navegador responde de forma rápida y algo más precisa con lo que resulta algo más útil para seguir una ruta. El inconveniente sigue siendo el mismo, no se ofrece navegación si no se está conectado a Internet por lo que perdemos esa ventaja si elegimos lugares recónditos y sin cobertura para explorar con el coche.

Otro apartado importante y mucho en la nueva generación de smartphones es la autonomía de los terminales. Como ya hemos apuntado, la pantalla ha sido diseñada para ofrecer un menor consumo y el hardware en general también se ha optimizado para ofrecer un mejor rendimiento. También la actualización a Android 2.3 contribuye a un menor consumo. También se ha incorporado un modo de ahorro de energía que permite establecer cuánta energía queremos ahorrar o ajustar a qué funcionalidades renunciamos o reducimos para aumentar la autonomía. Una batería de 1650 mAh también contribuye a mejorar el tiempo de uso del terminal.

En nuestras pruebas hemos instalado un Android 2.3 en un terminal Galaxy S y hemos comparado la autonomía en situaciones análogas de uso (Bluetooth activado / dersactivado, navegación Wifi, navegación 3G…) y hemos encontrado alguna mejora en la autonomía, pero no superior al 10 o 15%. En la reproducción de vídeo sin embargo el aumento de la autonomía fue algo superior a ese 15%, quizás por la mejora en el consumo conseguida con la modificación de la tecnología de la pantalla. En definitiva hay una cierta mejora en el consumo.

mc recomendado2 Samsung I9000 Galaxy S

Conclusiones

Tras un tiempo realizando pruebas estamos en condiciones de contestar las preguntas que nos hacíamos al principio. Podemos decir que prácticamente todos los puntos débiles del Samsung Galaxy S han sido mejorados en esta nueva versión, en ocasiones con verdadera fuerza bruta, como la potencia del procesador y la incorporación del chip gráfico. Lo que ha resultado sorprendente es que también han mejorado los puntos fuertes. Impresiona que Samsung haya sido capaz de mejorar la excelente pantalla del anterior modelo, tanto en calidad como reduciendo su consumo. Desde luego se va afianzando como el fabricante estrella en lo que se refiere a este componente de los terminales móviles actualmente en el mercado.

Todo esto hace evidente la respuesta a la segunda pregunta. Si hemos tenido anteriormente un Galaxy S y queremos un teléfono con un diseño parecido, una pantalla más grande y de mayor calidad, más potencia, mejor conectividad (recordemos HSDPA+, Kies Air, Bluetooth 3.0 HS…), una cámara muy mejorada y un software más actualizado y completo… la respuesta es rotundamente sí. El Samsung Galaxy S II nos ha impresionado favorablemente en casi todos los aspectos. Desde luego es una ventaja tener a un aliado como Google desarrollando un sistema cada vez más completo, pero los esfuerzos para aumentar la calidad en prácticamente todo hay que reconocerselos a Samsung.

 

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