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Big Data y sector editorial: acortando las distancias

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Netflix ha supuesto una revolución para la industria cinematográfica y sin duda, Spotify y sus competidores han hecho lo propio para la musical. Y no sólo gracias a un enorme catálogo de títulos, sino también gracias a motores de recomendaciones que saben interpretar las preferencias de los usuarios para ofrecerles los títulos que más les pueden interesar.

Ahora un grupo de start-ups encabezadas por la veterana Scribd, pero también por Oyster y la española 24Symbols creen que pueden hacer lo mismo con la industria editorial: ofrecer al lector un enorme catálogo de libros al que acceder por pago por suscripción, en una tarifa que suele situarse en la órbita de los diez euros al mes.

¿Sus principales desafíos? El primero de todos es convencer al lector de que merece la pena pagar por una suscripción. Mientras que las canciones se escuchan en unos minutos y una película se ve en unas dos horas, el ritmo de lectura es diferente para cada individuo y mientras que algunos son capaces de devorar un libro de un par de días, otros harán lo mismo en un par de meses.

El target de estas empresas se reduce por lo tanto a los que se consideran “grandes lectores” es decir, personas apasionadas de la lectura y que son capaces de leer un libro a la semana, de modo que el pagar diez euros al mes todos los meses, les resulta una experiencia rentable.

Otro de los escollos con los que están lidiando es cómo pagar a la industria editorial. De la misma forma que en Spotify se paga al artista por canción reproducida en las empresas que se focalizan en la lectura por suscripción de plantea un modelo similar: pago por libro leído. Ahora bien, ¿Cuándo se considera que un libro se ha leído? ¿Si se leen algunos capítulos pero otros no, se considera que ese libro ha sido leído? ¿Y si simplemente se hojea?

Tal y como cuentan en el artículo del New York Times “As New Services Track Habits, the E-Books Are Reading You”, cada una de las empresas ha conseguido negociar diferentes “porcentajes de lectura” por los que se considera que el libro efectivamente ha sido leído y se debe pagar al autor por ello. En el caso de Scribd, si el lector lee más del 10% del libro pero menos del 50%, se paga la mitad de la venta; si el porcentaje supera el 50% se considera que el libro ha sido leído por completo. Un esquema más sencillo es el de Oyster, que considera leídos todos aquellos libros en los que el lector haya superado la barrera “psicológica” del 10% de su contenido.

El tercero de los desafíos que han de superar por supuesto es el de la industria editorial y sobre todo, el de los propios autores. De momento es público que grandes grupos editoriales como Harper Collins han firmado con Oyster, pero gigantes como Penguin RandomHouse o Simon & Schuster se están mostrando muy escépticos, toda vez que se cuentan por centenares los agentes que desaconsejan a sus autores el embarcarse en este modelo.

El Big Data al servicio del autor

Más allá del beneficio económico, lo cierto es que este tipo de modelos pueden proporcionar una información muy valiosa a los autores, que a su vez pueden adaptarse al gusto de sus lectores.

Las editoriales y los autores presentes en Scribd o Oyster conocen más de cerca a sus lectores. Y no sólo cuáles son los libros que más le gustan. Pueden saber por ejemplo, que las novelas negras se leen mucho más deprisa que las biografías. Saben cuáles han sido los capítulos que menos han interesado (o incluso aquellos que se han saltado por completo) y pueden determinar cuándo la lectura es más pausada y cuándo en cambio las páginas pasan a mayor velocidad.

Bajo la promesa de que todos los datos que reciben provienen de lectores anónimos, pueden conocer que los libros de negocios se encuentran entre los que se empiezan pero no se terminan o que todos los lectores que han empezado el libro “What women want” han acabado por terminarlo.

Toda esta información puede llegar a abrumar a muchos autores, que pueden tacharla de intromisión en su libertad creativa, pero también es cierto que muchos otros pueden considerarla tremendamente útil, en la forma que crea un nuevo vínculo con el lector, en el que se acortan las distancias.

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