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Análisis

Opel Astra 2016: primer contacto

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Hemos tenido la oportunidad de acudir a la presentación del nuevo Opel Astra 2016, un modelo que desde siempre ha sido uno de los más exitosos de la marca alemana, especialmente en España. Se trata pues de un lanzamiento estratégico y ambicioso en un segmento en el que la competencia es feroz y con el que muchas veces se mide el éxito y en parte incluso la personalidad de la marca.

En el caso de Opel el Astra es uno de los modelos más populares de la marca, esecialmente en España en el que ha tenido siempre un importante éxito en ventas. Esta nueva generación (la quinta) va mucho más allá que un mero restyling ya que además de la imagen exterior e interior se han cambiado multitud de elementos técnicos y motorizaciones. Nosotros tuvimos la oportunidad de probar el coche con distintas motorizaciones en trayectos largos y estas son nuestras impresiones.

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Lo primero que se ha modificado en este nuevo modelo son las dimensiones y peso. En contra de la tendencia generalizada las dimensiones se han reducido, en concreto en longitud y altura. Sin embargo se ha aumentado el espacio interios, sobre todo para los pasajeros que ahora viajen bastante más holgados, incluso si miden más de 1,80 metros. La habitabilidad de las plazas anteriores no ha cambiado significativamente, aunque sí la comodidad con la que se viaja con nuevos asientos que incluso pueden disponer de función de masaje.

Por su parte el maletero tiene la misma capacidad, aunque se ha disminuido la del depósito de combustible que ahora permite viajar con 48 litros. En cualquier caso el espacio para carga de 370 litros es muy aprovechable y suficiente para un viaje de cuatro personas. El apartado del peso es en el que más se han esmerado los ingenieros de Opel reduciendo una media de 200 kg (varía según motorizaciones) y poniéndoles en línea con los compactos más modernos. Es decir, el Astra ha dejado de ser un coche pesado y eso se nota mucho en el manejo a la hora de conducir.

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En el interior también se ha hecho un esfuerzo para aligerar, en esta ocasión en el sentido de minimizar botones y controles para obtener una consola más limpia. Contribuye a ello una pantalla táctil de 7 u 8 pulgadas según el equipamiento que permite controlar muchas de las opciones. La impresión es que todo está muy a mano y accesible. Sigue sin gustarme esta moda de plagar el volante de controles cuando se podrían disponer igualmente accesibles en otros lugares no móviles, pero es una tendencia que parece imponerse.

Los sistemas de ayuda a la conducción son muchos y eficaces, como el reconocimentos de señales, la cámara de aparcamiento o el sistema OnStar. Como tuvimos la oportunidad de probar en su lanzamiento, este sistema permite asistencia por parte de un operador en múltiples situaciones además de proporcionar una red WiFi con conectividad 3G a Internet (incluida durante el primer año). El sistema OnStar debe renovarse a partir del primer año y aparte debe contratarse la mencionada conectividad.

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Uno de los elementos de seguridad más sobresalientes es el sistema Intellilux. Se trata de unos grupos ópticos realizados con la tecnología Full LED Matrix que permiten mediante sensores adaptar la intensidad y dirección del sistema de iluminación del coche a las condiciones de la carretera y al tráfico con el que nos vayamos cruzando. Es decir, cuando el sistema está en automático no tenemos que accionar en ningún momento las luces largas ni desactivarlas. No deslumbraremos a otros vehículos y siempre dispondremos de una iluminación óptima.

La verdad es que prescindiendo del sistema automático las luces Full Matrix proporcionan una iluminación excelente. Tuvimos la ocasión de probar el sistema en un trayecto corto tanto en carretera normal como en pistas rurales y se nota diferencia con los faros de xenon tradicionales. Es una opción que merece la pena por los 850 euros extra que pide Opel por ella.

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En cuanto al apartado de las motorizaciones Opel ofrece toda una nueva gama de motores de los que pudimos probar tres. En primer lugar un excelente 1.0 turbo tricilíndrico de gasolina de 105 caballos que no pudimos probar de primera mano pero del que contaron maravillas los compañeros de prensa. Siempre en gasolina tendremos un 1.4 turbo de 125 caballos y un 150 caballos y 200 caballos turbo de 1.6 litros. Estos últimos son los que tuvimos ocasión de probar en gasolina. El primero sinceramente nos decepcionó un poco, algo perezoso en recuperaciones y con cierta falta de brío.

Lo contrario del 200 caballos, que subía de revoluciones con alegría aunque sin violencia, pero que tiene el suficiente empuje como para dar muchas y buenas sensaciones. De los diésel encontramos un 1.6 litros con potencias de 110, 136 y 160 caballos. Pudimos probar el de 136 que es el que mejores sensaciones nos dejó. Un motor potente, con brío y no demasiado ruidoso en línea con los más modernos motores diésel de la actualidad. La verdad es que la sensación es que el gasolina de 105 caballos va a ser muy popular, poco gastón, buenas prestaciones y a buen precio (es el más económico, a partir de 16.410 euros).

Durante las pruebas de carretera y autopista el nuevo Astra se reveló mucho más directo en las maniobras que su antecesor y responde mejor a las correcciones (consecuencia del menor peso). El confort es muy bueno, incluso en carreteras bacheadas, y la insonorización hace que casi no se distinga la motorización que llevamos delante. En definitiva un coche muy rutero con una muy buena sensación de calidad y confort que seguro que dará guerra en el segmento de compactos.

 

 

 

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