Implante de ultrasonidos para luchar contra tumores cerebrales

Los tumores cerebrales son sin duda uno de los peores tipos de cáncer que puede padecer una persona, no sólo por los efectos secundarios que en muchos casos acaban produciendo debido a su desarrollo y a la presión que ejercen dentro de la cavidad craneal, sino también por que los procedimientos quirúrgicos de extirpación son muy complicados.

Por desgracia la cosa tampoco mejora cuando se utilizan tratamientos de quimioterapia, ya que la cantidad de sustancias que se pueden utilizar es limitada debido a las propias medidas de protección que rodean al cerebro, una especie de barrera que supone un límite importante pero que un grupo de científicos franceses ha conseguido superar gracias al uso de implantes de ultrasonidos.

El dispositivo se conoce como SonoCloud y se implante en el interior de la cavidad craneal aprovechado operaciones necesarias evitando así que resulte excesivamente invasivo, como por ejemplo la ya citada cirugía para extraer masa tumoral y también cuando se realizan biopsias.

Su tamaño es de apenas 11,5 mm de diámetro y funciona de una manera bastante sencilla. Una vez colocado se inyectan en el torrente sanguíneo una serie de microburbujas que son capaces de superar esa barrera de seguridad que rodea al cerebro y a la que ya hicimos referencia en el segundo párrafo.

Hecho esto se activa el dispositivo de ultrasonidos durante dos minutos para estimular esas microburbujas, las cuales se ocuparán de abrir el muro defensivo del cerebro y dejarlo «tumbado» durante unas seis horas, que son aprovechadas por los especialistas para dar sesiones de quimioterapia.

El proceso ha sido probado con 15 pacientes y ha dado buenos resultados, ya que la cantidad de sustancia que llega al cerebro al administrar quimioterapia apoyada por ultrasonidos se incrementa entre 5 y 7 veces, haciendo que sea mucho más eficaz.

Prometedor, pero todavía hay algunos pasos más que dar hasta que el tratamiento llegue a estar disponible a nivel general, cosa que podría ocurrir en 2020.

Más información: Scientific American.