A Fondo
Quince grandes curiosidades sobre Venus que quizá no sabías
Hay muchas curiosidades sobre Venus, un planeta que como sabemos es el más cercano a la Tierra y que sin embargo es muy diferente a ésta, una cuestión que ya vimos parcialmente en este especial dedicado a los grandes mitos sobre el espacio.
Por todas esas características particulares que tiene y el halo de misterio que todavía rodea a nuestro vecino hemos querido hacer un especial en el que compartiremos con vosotros diez datos interesantes que definen perfectamente a Venus, un planeta único y sorprendente que probablemente nunca podamos llegar a pisar.
¿Os preguntáis por qué afirmamos que nunca llegaremos a poner un pie en él? No os preocupéis, responderemos a esa pregunta a través de los datos que iremos dando a lo largo de todo el artículo, así que no os lo perdáis.
Como siempre podéis dejar cualquier duda en los comentarios.
1.- Venus tiene fases, como la Luna
Es una de las curiosidades menos conocidas de nuestro planeta vecino. Venus orbita alrededor del Sol pero lo hace dentro de la propia órbita que la Tierra mantiene en su traslación, lo que acaba generando un efecto claro que se asemeja a las fases Lunares.
Así, cuando Venus está en la cara opuesta al Sol podemos decir que está en el equivalente a «fase llena», mientras que cuando se sitúa entre la Tierra y el Sol se encuentra en «fase nueva».
Esto es importante por un motivo muy simple, y es que Venus es uno de los cuerpos más brillantes de nuestro sistema solar, después del Sol y la Luna.
2.- Su superficie está azotada por vientos huracanados
Sabemos que Venus es un planeta totalmente hostil para la vida, salvando lo que conocemos como organismos extremófilos, y sus vientos huracanados son una clara muestra de ello.
Los vientos pueden alcanzar hasta los 724 kilómetros por hora. Para que os hagáis una idea los tornados que se producen en la Tierra tienen velocidades medias de 180 kilómetros por hora.
3.- Venus ha sido el planeta más observado
A pesar de que es un planeta vecino y de que se encuentra a millones de kilómetros de la Tierra es un planeta muy brillante, algo que hace posible su observación directa sin necesidad de instrumentos ni herramientas.
Esto ha convertido a Venus en el planeta más observado de toda la historia, y también en uno de los más estudiados, ya que hay registros con referencias a él que datan del año 1.600 antes de Cristo.
4.- Es el planeta más brillante
Ya lo hemos adelantado en puntos anteriores, Venus es el planeta más brillante de nuestro sistema solar y en el cielo nocturno sólo queda por detrás de la Luna, ¿pero por qué?
Hay un total de tres grandes razones que lo explican: su cercanía a la Tierra, su tamaño (es considerablemente grande) y su albedo, es decir, la gran cantidad de luz que puede reflejar gracias a su atmósfera, que es muy rica en CO2.
5.- Podemos verlo cruzar el Sol
Es una auténtica rareza ya que Venus uno de los dos únicos planetas que podemos ver desde la Tierra en su tránsito alrededor del Sol. Para los curiosos aclaramos que el otro es Mercurio.
Por desgracia no es algo frecuente y de hecho desde que se inventaron los telescopios (siglo XVI) sólo se ha podido visualizar en siete ocasiones, y la última se produjo en el año 2012.
6.- Su superficie tiene presiones extremas
Este es otro de los elementos que lo convierte en un planeta imposible para la raza humana. En su superficie la presión es 90 veces mayor que en la Tierra, consecuencia directa de la densa atmósfera que cubre el planeta.
¿Qué quiere decir esto? Pues que la presión que tendríamos que soportar sería la misma que habría al colocarnos en el mar a un kilómetro de profundidad. Dicho de otra forma más sencilla, la presión nos aplastaría.
7.- Venus es un infierno ardiente
Sabemos que no es el planeta más cercano al Sol y sin embargo su superficie registra las temperaturas más altas de todo el sistema solar, por encima incluso de Mercurio, llegando a superar los 470 grados Celsius, ¿pero cómo es esto posible?
La clave está en la atmósfera, que es muy densa y cuenta con una gran cantidad de CO2. Ese CO2 genera un efecto invernadero amplificado que eleva las temperaturas hasta niveles que pueden fundir el plomo.
8.- Tiene cosas en común con la Tierra
Venus no es un gemelo de nuestro planeta, pero hay que reconocer que tiene algunas semejanzas con ella. Las más importantes son que ambos tienen un tamaño casi idéntico, una composición parecida y una atmósfera densa y con nubes.
Sin embargo Venus es un infierno absoluto como hemos visto y dicha atmósfera es totalmente tóxica, ya que presenta CO2 y ácido sulfúrico.
9.- Los días duran años
En Venus un día equivale a 243 días terrestres, y sin embargo un año venusiano equivale a 224 días en la Tierra, un dato interesante que puede generar confusión pero que tiene una explicación sencilla.
Un día se completa cuando un planeta da una vuelta sobre sí mismo, mientras que un año se termina cuando se completa una órbita alrededor del Sol. Pues bien, Venus tarda más en hacer lo primero que lo segundo, y por eso un día venusiano es más largo que un año venusiano.
10.- Tiene muchos volcanes
Los expertos aseguran que Venus tiene en su superficie unos 1.600 volcanes, aunque no descartan que la cifra sea mayor ya que es posible que existan algunos de menor tamaño que todavía no hayan sido identificados.
Se estima que la mayoría están dormidos, pero es imposible negar la posibilidad de que algunos puedan seguir activos.
11.- Venus pudo ser habitable, como la Tierra
Las condiciones infernales de la superficie de Venus se deben a un terrible efecto invernadero que convirtió a nuestro planeta vecino en esa bola abrasadora que es hoy, pero los científicos creen que hace 2.000 o 3.000 millones de años pudo ser un planeta muy parecido al nuestro, tanto que incluso habría tenido agua líquida en su superficie.
Su temperatura en esa fase sería solo un poco más alta que la de la Tierra, y por tanto en ese momento habría sido el escenario perfecto para que surgiera vida en su superficie. Estudios y simulaciones de la NASA y de otras agencias corroboran esta teoría.
12.- No tiene ninguna luna
Venus es uno de los dos planetas de nuestro sistema solar que no tiene ninguna luna, aunque siendo justos hay que destacar que a su alrededor orbita un cuasisatélite llamado Zoozve, un asteroide que tiene una órbita distinta alrededor de este planeta de la que podríamos encontrar en un satélite convencional como la Luna en el caso de la Tierra.
Como curiosidad, Zoozve fue el primer cuasisatélite identificado en un planeta mayor, y orbita relativamente cerca de nuestro planeta, pero no supone un peligro por la distancia que existe entre ambos. La tierra también tiene algunos de estos cuerpos, además de la Luna.
13.- El cielo de Venus es amarillento
Y esto se debe a la gran concentración de azufre que hay en su atmósfera, y que hace que literalmente llueva ácido sulfúrico. Las primeras imágenes que conseguimos de la superficie de este planeta, gracias a las sondas que la extinta Unión Soviética envío a Venus, nos permitieron confirmar esto.
La atmósfera de Venus es muy densa, así que resulta imposible ver más allá de esas nubes amarillentas que pintan el cielo de dicho planeta, y es tan opaca que no permite ver la superficie desde el espacio. Para ello es necesario aterrizar con una sonda en dicha superficie.
14.- Una parte de su atmósfera podría albergar vida
Sí, te hemos dicho que Venus es un auténtico infierno, y esto no ha cambiado, pero su atmósfera es tan densa y tan variable que hay una zona situada a unos 50 kilómetros de altura con respecto a la superficie del planeta que podría tener vida. En esa zona de la atmósfera la temperatura oscila entre los 30 y los 70 grados C, y por tanto ahí podrían sobrevivir ciertos organismos extremófilos presentes en la Tierra.
Para que el ser humano pueda vivir en Venus sería necesario llevar a cabo un proceso de transformación de este planeta, porque en sus condiciones actuales, y con la tecnología que tenemos, sería imposible llegar a montar una colonia.
15.- No tiene magnetosfera
A pesar de que en términos de tamaño Venus es muy parecido a la Tierra, y de que ambos tienen un núcleo de hierro también muy similar, nuestro vecino no tiene su propio campo magnético, sino que cuenta con lo que se conoce como un campo magnético inducido, una versión mucho más débil que se genera como consecuencia de la interacción del campo magnético del Sol con la parte externa de la atmósfera de dicho planeta.
Esa ausencia de campo magnético propio podría deberse a la lenta velocidad de rotación de este planeta, que como os hemos contado anteriormente tarda más en dar una vuelta sobre sí mismo que en hacer lo propio alrededor del Sol.
Enlaces de interés: Especiales MC.
Imagen de portada: NASA/JPL-Caltech.
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