ZEN de AMD empezará a llegar a finales de año

La arquitectura ZEN de AMD es sin duda una de las novedades más esperadas dentro del mundillo tecnológico y lo cierto es que es totalmente comprensible, ya que como sabemos desde la llegada de los procesadores FX basados en Piledriver todo ha estado bastante parado en la gama de CPUs de consumo general de la compañía de Sunnyvale.

ZEN es algo más que un paso adelante por parte de AMD, supone una vuelta al buen camino gracias a la recuperación del proceso de fabricación con núcleos monolíticos y sin recursos compartidos que vimos en Bulldozer, donde cada unidad de coma flotante estaba compartida por dos núcleos de enteros.

El caso es que según las informaciones que se dieron en la última conferencia de resultados estos nuevos procesadores empezarán a llegar durante el último trimestre del año, aunque lo harán en cantidades limitadas, por lo que no habrá una disponibilidad realmente masiva hasta el primer trimestre de 2017.

¿Qué supone esto para mi como usuario? Pues que probablemente no podrás comprar un nuevo procesador ZEN o un equipo basado en dichas CPUs hasta principios de 2017, fecha en la que realmente habrá una buena distribución de los mismos.

¿Y qué mejoras promete ZEN? Pues como ya dijimos la vuelta a una estructura tradicional, más cercana a los Phenom II y sin recursos compartidos, además del soporte de DDR4. A esto debemos unir la promesa de un incremento del IPC de un 40% y también la introducción de una tecnología multihilo que permitirá a cada núcleo manejar dos hilos de forma simultánea.

Esto es lo que AMD denomina como Simultaneous Multithreading, y dado que los procesadores de consumo vendrán con ocho núcleos supone que serán capaces de manejar hasta 16 hilos.

¿Depende el futuro de AMD de ZEN? Es evidente que esta nueva arquitectura juega un papel clave para la compañía, ya que de ella dependen sus próximos años en el sector CPU, pero no parece que vaya a ser tan determinante como para llegar a hundirla si no cumple las expectativas, gracias sobre todo al oxígeno que aporta a AMD su negocio en el campo de SoCs semipersonalizados.

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