Conecta con nosotros

Noticias

TOR publica un «contrato social» y promete no instalar puertas traseras

Publicado

el

TOR

TOR ha publicado un «contrato social» con seis puntos que viene a ser el compromiso oficial del servicio con sus usuarios. Entre otras promesas, destaca la que habla de no instalar puertas traseras, en la creencia «que la privacidad, el libre intercambio de ideas y el acceso a la información son esenciales para las sociedades libres».

TOR es un sistema de red de comunicaciones Open Source que tiene como objetivo lograr el anonimato a nivel de red. Además de ser el referente para acceder a la red profunda, Deep Web (aunque no la única opción), es muy usado por periodistas, activistas y usuarios de regiones bajo el yugo de dictaduras. Su uso ha aumentado tras conocerse las campañas de espionaje gubernamental como PRISM y al mismo tiempo, las críticas que hablan de que se trata de “un refugio de delincuentes” también han crecido ante los últimos atentados terroristas.

Los últimos meses para TOR han sido complicados. Jacob Appelbaum, uno de los desarrolladores principales, ha renunciado en medio de acusaciones de abusos sexuales que aún siendo cargos individuales (y por lo que parece denuncias anónimas) y negados como falsos por el afectado, ha terminado afectando al servicio. Appelbaum era uno de los principales programadores y antes había trabajado en ciberseguridad para Greenpeace y también para Wikileaks.

Quizá por ello TOR haya elegido este momento para publicar un «contrato social» que -sobre el papel- es un compromiso claro con la transparencia, privacidad y seguridad de sus usuarios. Promete defensa de los derechos humanos, liberación en código abierto de todo su software, honestidad a la hora de establecer las capacidades y limitaciones de TOR y la promesa de no instalar puertas traseras.

El problema es que a TOR se le tiene ganas y su financiación procede mayoritariamente del gobierno estadounidense, el mismo que maneja programas como PRISM al surgir en el Laboratorio de Investigación Naval de los Estados Unidos como la evolución del proyecto Onion Routing. La “seguridad nacional” como argumento para espiar a mansalva o llevarnos a la edad de piedra tecnológica rebajando el nivel de cifrado pulula también alrededor de TOR.

Por ello preocupa que TOR pueda ser modificado técnicamente o sujeto a órdenes judiciales lo que podría forzar al proyecto a entregar información crítica que pudiera perjudicar su seguridad, de forma similar a la disputa entre Apple y el Departamento de Justicia de Estados Unidos con el famoso iPhone. Finalmente, tampoco es sencillo evitar que delincuentes o terroristas lo usen como se critica desde los gobiernos.

Lo más leído