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Descubren un Neptuno caliente con una atmósfera acuosa

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La exploración espacial sigue avanzando incluso aunque la realicemos directamente desde la Tierra y el descubrimiento de un peculiar Neptuno caliente se ha convertido en uno de los mejores ejemplos.

Este planeta se encuentra a 430 años luz y se conoce a técnicamente como HAT-P-26b, pero recibe el nombre de Neptuno caliente por sus similitudes con nuestro vecino lejano, especialmente en lo que respecta al tamaño y a parte de su composición.

Sin embargo también presenta diferencias muy marcadas que lo convierten en un planeta muy interesante. La primera es que orbita muy cerca de su sol, un cuerpo que tiene el doble de la edad de nuestro astro rey.

Esto hace que a diferencia de Neptuno y de Urano no se trate de un mundo helado, sino de un planeta caliente que presenta una atmósfera primitiva muy particular.

Lo dicho da pie a la segunda gran diferencia, y es que la atmósfera de este Neptuno caliente no tiene nada que ver con las que podemos encontrar en nuestro sistema solar. A diferencia de lo que ocurre en planetas como Júpiter, Neptuno, Urano o la propia Tierra en la atmósfera de HAT-P-26b la presencia de nubes tal y como las conocemos es casi nula, pero hay fuertes indicios de agua.

Esto sugiere que la atmósfera de ese Neptuno caliente estaría formada principalmente por moléculas de agua, un dato muy interesante que sin embargo debemos unir a otro fundamental, el tema del análisis de la metalicidad del planeta.

Con este proceso se busca determinar la presencia en un planeta de elementos más pesados que el hidrógeno y el helio haciendo una comparación directa con los de su estrella anfitriona, que sirve para fijar un baremo concreto sobre el que sacar conclusiones.

En nuestro sistema solar los análisis de metalicidad revelan que Neptuno y Urano tienen un índice muy superior al Sol (unas cien veces más), mientras que los valores de Júpiter apenas llegan a superar en cinco veces los de nuestra estrella.

Se cree que esto se debe a que los dos primeros planetas se formaron en la parte más externa de un enorme disco de polvo y otros materiales ubicados en los alrededores de un Sol inmaduro, por lo que recibieron muchos más escombros durante su formación. Júpiter por contra se encontraba en una zona interna de ese disco y recibió un menor bombardeo de esos escombros.

Lo interesante viene ahora, y es que ese Neptuno caliente ha invertido totalmente esa realidad que acabamos de explicar, ya que a pesar de su cercanía a su estrella principal apenas supera en 4,8 veces la metalicidad de aquella, por lo que está más cerca de los valores de Júpiter que de los de Neptuno y Urano.

Todo esto es muy importante, ya que aporta nueva información de valor que nos ayudará a entender mejor el proceso de formación de los planetas.

Más información: Science.

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