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Análisis

Kia Pro_cee’d GT Line, entertainer

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«Hell is gone and heaven’s here
There’s nothing left for you to fear»

Let me entertain you, Robbie Williams 1998

Dentro de las muchas misiones que los humanos nos hemos ido repartiendo (con mayor o menor fortuna) la de entretener ha ido evolucionando para ababar siendo una de las más denostadas y al mismo tiempo más celebradas según quién la practique. El entretenimiento, sobre todo el bueno, nos proporciona una forma de desprendernos de parte de las consecuencias negativas de tener la mente más desarrollada de entre los mamíferos terrestres (aunque seguro que esto puede generar un debate).

Y aunque entretener es en definitiva hacer que pasemos el rato (o incluso distraernos para impedir hacer algo, tal y como nos cuenta la RAE) y nada más, la sonrisa siempre es la consecuencia que mejor indica que el entretenimiento es efectivo. Esa mueca tan saludable (por lo que cuentan los expertos) que indica que algo dentro de nosotros ha reconocido que no solamente ha pasado el tiempo sin que nos demos cuenta sino que unas cuerdas invisibles han armonizado con lo que vemos y oimos (catamos u olemos) para hacernos un poquito más felices, por qué no…

Chistes, libros, obras de teatro, chascarrillos de barra de bar, series de televisión, películas, blogs, fotografías y montajes… todas estas fuentes de entretenimiento tienen una cosa en común, la mente humana de autores, directores, ocurrentes influencers o talentosos youtubers (sí, al parecer he puesto esos adjetivos en cursiva…). Pero en ocasiones el entretenimiento no proviene de productos cien por cien pensados para entretener. Algunas veces las fuentes de entretenimento provienen de manantiales de otro tipo, pensados para otros usos pero con talento suficiente para arrancarnos esa valiosa sonrisa.

Ficha técnica

Y si habéis seguido el rastro de elocuentes baldosas amarillas sí, me refiero a los automóviles. Es cierto que cualquier automóvil, por más destartalado y falto de potencia, por más aburrido y torpe que sea puede entretener, puede arrancarnos una sonrisa. Pero además de estas experiencias de entretenimiento circunstancial motorizado sobre las cuatro ruedas, hay especímenes de coche pensados específicamente para equipar con las debidas emociones modelos pensados en origen como vehículos prácticos y funcionales.

Coches entretenidos

Y me encantan. El conjugar las tediosas tareas a las que sometemos a nuestros coches (compra, recogida de niños, partidos de fin de semana al alba, viajes a la casa de cuñados y/o suegros…) con la posibilidad de respirar hondo, buscar unas curvas estimulantes y hacer que aflore esa sonrisa encadenando giros en una carretera de montaña mientras el olor a la paella que recogimos a mediodía para el ágape familiar aún no se ha evaporado del todo de la tapicería. Todo lo que arranque sonrisas tiene un merecido like de partida.

Y esto nos lleva a la prueba de hoy, porque no hablamos de una raza de coches en general sino en este caso del Kia Pro_cee’d GT Line, un producto de la factoría coreana que sigue la filosofía del entretenedor disfrazado de coche práctico. En este caso no estamos hablando de la versión GT del modelo coreano, que rinde unos emocionantes 204 caballos, sino de un gemelo malvado con un aspecto exterior muy parecido pero que equipa el mucho más modesto pero moderno tricilíndrico 1.0 turbo de 120 caballos. ¿Suficientes para entretener? Ya lo veremos.

El diseño de la carrocería aprovecha la línea de un coche de tres puertas y unos grandes pasos de rueda para proporcionar la forma de cuña que ofrecen muchos de los coches entretenidos del mercado. En la parte frontal el barniz GT se nota y mucho, bajo los faros estrechos y afilados encontramos agrupados las luces diurnas de cuatro elementos y el faro antiniebla que le dan un toque deportivo. La generosa  toma de aire inferior de color negro también es totalmente «GT», aunque no tan grande como la toma de la versión GT «de verdad».

Calzado deportivo

Este Kia calza 17 pulgadas, pero las llantas tienen un diseño de cinco brazos especialmente pensado para las versiones GT que le dan otro toque deportivo más. En la parte trasera los grupos ópticos tambien tienen el aspecto agresivo que se espera de un coche divertido, elevados y con forma de lágrima. Por encima el alerón, que no podía faltar, no es demasiado grande pero da el toque justo e incorpora las luces de freno tipo LED.

En la parte inferior de la trasera se desdoblan dos tubos de escape de forma ovalada y el difusor de aire para redondear el aspecto racing del conjunto. A los lados y siempre en la parte inferior encajadas en el paragolpes se agrupan las luces de marcha atrás, las de posición y los antinieblas, todo arropado por un embellecedor de plástico negro. En definitiva un ejercicio de barnizado deportivo realmente eficaz que casa muy bien con la carrocería y con el color amarillo del coche que probamos.

Entramos

Una vez abierta la gran puerta el acceso a las plazas delanteras es excelente y podemos admirar los detalles GT que aderezan esta versión del Kia. Lo primero que vemos es un volante en cuero con pespuntes y aspecto deportivo aunque sin alardes bicolores u otros detalles vistosos. Tras el volante encontramos los indicadores de velocidad y revoluciones además del de carga del depósito de gasolina. En el centro del velocímetro encontramos el excelente display informativo que podemos ver en otros modelos de Kia.

Los acabados del salpicadero son más que aceptables, con algunos detalles algo menos premium como el plástico duro de tacto rugoso que no termina de convencer y que contrasta por ejemplo con la calidad del volante. El diseño inclinado del salpicadero se hace extraño al principio y se completa en la parte superior con un display LCD algo anacrónico que muestra si las puertas están abiertas, la temperatura ambiente y la hora y la fecha. El material de esta parte del salpicadero si tiene un tacto más convincente.

El sistema de información y entretenimiento luce una buena pantalla táctil bastante luminosa en la que sobresalen los iconos de generoso tamaño. Los controles se encuentran a los lados con prácticos botones de acceso directo a las funciones más utilizadas como el navegador o la radio. También dispone de dos diales para control de volumen y selección de funciones que complementan muy bien la pantalla táctil.

El navegador es bastante preciso y permite mostrar en la parte derecha información del medio que estemos reproduciendo, función que resta superficie para mostrar el mapa del navegador, aunque con las 7 pulgadas de la pantalla no es demasiado problema. Es de agradecer que los iconos sean generosamente grande y que el paso de un menú a otro sea tan fluido. Como es habitual podremos conectar audio tanto por USB como por entrada de audio o Bluetooth.

Viajar detrás

El acceso a las plazas traseras es bueno para ser un tres puertas, sobre todo gracias al tamaño de éstas. Si en la parte delantera se viaja muy cómodos y la posición de conducción es muy buena y con muchas regulaciones, en la parte trasera tenemos menos margen pero pueden viajar dos personas sin problemas. La plazas traseras tienen los inconvenientes habituales en este tipo de coches como ventanillas estrechas y la altura algo baja (algo habrá que sacrificar por tener una línea agresiva) pero por lo demás son cómodas.

El maletero por su lado es de los más grandes que hemos visto en coches de tres puertas. Hasta 380 litros de capacidad y un volumen muy regular con la posibilidad de acceder a un espacio adicional bajo el suelo de carga. Los asientos son abatibles y es posible lograr un fondo prácticamente plano, lo que facilita las labores de carga de objetos largos y voluminosos. El acceso para cargar objetos no es demasiado cómodo por lo voluminoso del paragolpes trasero por lo que hay que subir bastante los objetos para cargarlos, y tampoco es demasiado ancho.

¿Despegue?

Pero para decidir si este modelo de Kia es digno de su aspecto lo fundamental es girar la llave de contacto (aunque equipa sistema Start&Stop). El ruido del motor es penetrante pero no demasiado redondo, es decir, todo lo que se puede pedir a un tricilíndrico, aunque cuando entra en acción el turbo con el característico silbido el ruido ya se va siendo algo más emocionante. Nos ha sorprendido agradablemente cómo empuja el pequeño motor desde revoluciones bajas, aunque pronto se queda sin aliento y hay que bucar el límite de revoluciones para ir con algo de alegría.

El par lo tenemos a disposición desde las 1.500 revoluciones, lo que hace cómoda la conducción ágil en ciudad, pero la potencia máxima (la zona «divertida») la tenemos que buscar en las 6.000 revoluciones. Esto hace que el propulsor intente abarcar dos personalidades a la vez, la de cumplidor y ahorrador en la zona baja del cuentarrevoluciones y la diversión al subir de las 5.000 vueltas pero la verdad es que es más práctico que divertido.

Da para más

Lo cierto es que la suspensión  y el chásis son realmente buenos y a toda prueba a cualquier ritmo con un excelente compromiso entre confort y deportividad. Lo único malo es que el pequeño 1.0 se queda un poco corto para proporcionar emociones. Lo bueno es que podemos mantener unos consumos aceptables incluso si marcamos un ritmo de conducción alegre. Aunque la ficha del coche marca menos de cinco litros a los cien es factible bajar de seis sin demasiado esfuerzo.

Como fuente de entretenimiento en cambio los 120 caballos se quedan bastante cortos y dan ganas de más, en cada curva de trazado perfecto y al salir de ella sin titubeos pero con algo de timidez da por pensar cuánta más diversión insuflaría el motor de 200 cv que monta la versión GT. Si se buscan emociones fuertes hay que mirar más alto, si se busca un compromiso y un coche que en ciudad no consuma demasiado este motor es ideal.

Conclusiones

Entretener y emocionar son dos cosas distintas y el Kia Pro_cee’d GT line que pudimos probar es sin duda fuente de entretenimiento (además de un excelente medio de transporte) pero no logra emocionar. La estética es impecable, con ese pudor muy loable que últimamente llena de sensatez las líneas de las versiones deportivas de los coches de calle, los interiores bien resueltos y espacio de sobra para cuatro personas y sobre todo para sus equipajes. Un consumo muy racional redondea las características de un coche realmente práctico a pesar de las apariencias (si descontamos lo de las tres puertas).

La lástima es que con ese voluntarioso motor de 120 caballos el chásis y las suspensiones parecen bostezar más que ponerse a prueba. Los límites quedan muy lejos y pore eso la sonrisa al enganchar curvas queda un poco a medias anhelando un buen puñado de caballos más. Pero no se puede pedir todo y si este Kia busca ser un compromiso entre practicidad y deportividad se ha quedado más del lado de la primera y eso hay que tenerlo en cuenta desde luego.

Notas finales

8Nota

Prestaciones6

Diseño8

Consumo8

Confort8

Sistema de Infoentretenimiento8

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