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El MacBook Pro 2018 tiene problemas de temperatura

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Apple presentó los MacBook Pro 2018 hace menos de una semana y nos sorprendió con cambios muy interesantes, tanto a nivel de hardware como de características avanzadas.

Por lo que respecta al tema de los nuevos componentes lo más interesante fue el salto de los MacBook Pro 2018 a los nuevos procesadores Coffee Lake de Intel, modelos de seis núcleos y doce hilos en los modelos de 15 pulgadas y de cuatro núcleos y ocho hilos en los modelos de 13 pulgadas, así como la introducción de unidades SSD mejoradas de alto rendimiento.

A esto debemos añadir otras novedades importantes como la tecnología de pantalla True Tone y el nuevo teclado con mecanismo de mariposa de tercera generación de Apple, que viene con una membrana de silicona para proteger cada tecla de los daños que puede producir la acumulación de polvo y suciedad.

El salto de los MacBook Pro 2018 de 15 pulgadas a los nuevos procesadores Core i7 y Core i9 de seis núcleos y doce hilos nos hacía esperar un enorme salto de rendimiento, pero las primeras pruebas nos han dejado perplejos ya que confirman un problema bastante serio.

Altas temperaturas y thermal throttling

Dave Lee ha tenido la oportunidad de probar el nuevo MacBook Pro 2018 en su versión de 15 pulgadas con procesador Intel Core i9 de seis núcleos y doce hilos y se ha llevado una sorpresa bastante desagradable: el equipo no cuenta con un sistema de disipación lo bastante bueno como para lidiar con las temperaturas que alcanza dicho procesador.

Esto quiere decir que a los pocos minutos de empezar a trabajar a plena carga con todos sus núcleos activos el Core i9 empieza a sufrir de un exceso de temperatura que acaba generando lo que se conoce como thermal throttling, una caída importante de las frecuencias de trabajo para evitar que las temperaturas sigan subiendo y que el exceso de calor pueda acabar produciendo daños irreparables en el equipo.

En las pruebas de rendimiento que ha realizado podemos ver que debido a ese problema el MacBook Pro 2017 con procesador Core i7 de cuatro núcleos y ocho hilos basado en Kaby Lake acaba superando al modelo de 2018, y la diferencia es bastante grande.

A consecuencia del thermal throttling las frecuencias del trabajo del Core i9 8950HK caen incluso por debajo de su frecuencia base, pasando de los 2,9 GHz a una media de 2,2 GHz. En un portátil GIGABYTE AERO 15X equipado con un Core i7 8750H, que también suma seis núcleos y doce hilos, su velocidad media es de 3,1 GHz, cifra que queda por encima de su velocidad base que es de 2,2 GHz.

Esto nos permite entender lo importante que es el sistema de disipación de un portátil, sobre todo cuando se utilizan componentes de alto rendimiento. De nada sirve tener un procesador muy potente si el sistema de refrigeración del que depende no es capaz de mantener unas temperaturas razonables que le permitan desarrollar todo su potencial. Por si quedaba alguna duda sobre el problema de temperatura que afecta al equipo utilizado Dave Lee lo ha probado metiéndolo en un congelador para reducir la temperatura ambiente y sus resultados mejoraron bastante.

¿El problema es grave?

Antes de nada hay que destacar que el autor del análisis es un fan de los productos Apple. Él mismo confirma al final del vídeo que disfruta de los productos del gigante de la manzana y que son sus preferidos, pero esto no le impide reconocer que se siente decepcionado con el MacBook Pro 2018 de 15 pulgadas.

Que un producto dirigido al sector profesional que presume de tener un alto nivel de rendimiento y que tiene un precio de varios miles de euros sufra pérdidas de rendimiento por thermal throttling es intolerable. En general los sistemas de protección del procesador reducirán las frecuencias de trabajo para evitar daños así que a corto y medio plazo no debemos temer por la integridad del sistema, pero esa pérdida de rendimiento afectará a todos los usuarios y se traducirá en una experiencia de uso que no estará a la altura.

Como dice Dave Lee un equipo premium como éste que está pensado para profesionales que tienen un presupuesto elevado debe estar terminado al detalle y contar con una calidad de construcción acorde a los componentes que integra, de manera que sea capaz de cubrir de forma efectiva las necesidades de sus usuarios, y el MacBook Pro 2018 de 15 pulgadas no cumple con esas premisas.

Habrá que esperar a ver qué dice Apple al respecto, pero está claro que la única solución posible pasa por rediseñar el sistema de disipación del nuevo MacBook Pro 2018 de 15 pulgadas y utilizar uno que sea capaz de mantener bajo control las temperaturas que producen los Core i7 y Core i9 de seis núcleos y doce hilos de Intel.

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