Análisis
Skoda Octavia RS, adelante
«Siento necesidad… necesidad de velocidad» Pete «Maverick» Mitchell (Top Gun, 1986)
Siento que no hayas podido acostumbrarte a mi presencia y que ahora te resulte molesto. Se que no me odias pero hace ya mucho tiempo que al bajar y encontrarte conmigo tu mirada se ha vuelto fría, incluso he podido escuchar algún suspiro justo antes de encender la luz como si la oscuridad pudiera ocultar el sonido de tu decepción. A veces he pasado todo un día esperando a que vinieras, a veces más de un día pero no me he movido ni un milímetro y te he esperado pacientemente hasta que de nuevo te has encontrado conmigo. Decepcionado pero otra vez juntos, sin cruzar una sola palabra pero sabiendo lo que sentimos.
Tienes que entender que no puedo cambiar. Que lo que tengo es lo que te puedo ofrecer y que el paso de los años no me ha mejorado, cada día me va marcando mientras el mundo cambia y cada vez me va viendo con peores ojos. Me gustaría cambiar pero no puedo así que me resigno a que no bajes todos los días, a que ya no podamos salir juntos ni podamos ir nunca más al centro a visitar esas tiendas que tanto nos gustaban. Desde que me pegaste esa etiqueta en el parabrisas sabía que todo iba a cambiar. Pero hoy al ver cómo dejabas ese catálogo de coches eléctricos sobre el asiento de atrás es cuando he sentido un escalofrío. Pero he arrancado, como siempre, y hemos subido juntos la rampa del garaje. Quizás por última vez.
La marca checa Skoda además de distingirse por ideas prácticas para aportar soluciones ingeniosas en sus coches, tiene una personalidad deportiva que alcanza su expresión en la participación en distintos campeonatos del mundo del motor con especial relevancia en el mundo de los Rallies. Fruto de este espíritu deportivo son las versiones RS de sus modelos con prestaciones y aspecto deportivo.
Ficha técnica
Los Octavia RS llevan más de 18 años en producción proponiendo una estética y elementos mecánicos dirigidos a que el comprador pueda disfrutar al volante de sensaciones análogas a la de los coches de competición. Nosotros hemos tenido la suerte de subirnos en un Skoda Octavia RS en este caso con motor diésel con tracción integral y cambio DSG así que nos hemos preparado para divertirnos un rato. Y lo hemos hecho.
Disimulando
El Octavia RS puede pasar por una berlina normal, pero al fijarnos con mayor atención hay detalles que la distinguen sin lugar a dudas de las versiones más tranquilas de este best seller de la marca checa. En la parte frontal el conocido morro del Octavia recibe unos sutiles cambios que le aportan agresividad como la división con una tira del color de la carrocería de los grupos ópticos.
También se ha modificado el parachoques con una toma de aire más grande y con rejilla con diseño de panal de abeja. La toma de aire central tiene un diseño distinto también con un marco realizado en color negro brillante. El conjunto le da un toque más deportivo además de mejorar el flujo de aire al motor.
El perfil del coche no ha variado demasiado, aunque ciertas líneas de la carrocería se han retocado para darle más músculo de forma sutil que casan con las espectaculares llantas de 19 pulgadas. En la parte trasera salta a la vista el alerón colocado sobre el maletero, bastante discreto pero de buen tamaño. Finalmente y como suele ser habitual en versiones deportivas, una pareja de escapes trapezoidales con acabado en cromo. Y como no el logo RS que termina de delatar al Octavia.
La altura de el coche ha sido rebajada 15 milímetros para mejorar su comportamiento en conducción deportiva, pero le resta versatilidad a la hora de aparcar cuando el bordillo supone un obstáculo urbano importante. Por lo demás estamos frente a un Octavia, con un diseño actual y con credenciales de coche grande como hemos tenido ocasión de comentar anteriormente.
Interior confortable
El interior del Octavia RS también recibe modificaciones con respecto al modelo de serie, pero en este caso se trata de detalles más estéticos que para influir en las prestaciones. El volante es de diseño deportivo con el clásico pespunte en color rojo y achatado en la parte inferior. Este pespunte rojo lo podemos encontrar en el reposabrazos y en el protector de tela de la palanca del cambio.
Lo más espectacular del interior son sin duda los asientos deportivos delanteros, en Alcántara y tela y con el logo de la versión RS bordado en ellos. Son altos y recogen perfectamente el cuerpo para evitar que nos deslicemos en curvas cerradas y lo cierto es que son muy eficaces. Tienen las regulaciones clásicas de los asientos de serie por lo que encontrar una postura cómoda es muy fácil. Además son lo suficientemente cómodos para parar en ellos trayectos largos.
El resto de los acabados y detalles son los mismos que en las demás versiones del Octavia, con un nivel bastante alto, sobre todo para su franja de precios. El sistema de información y entretenimiento también es el que podemos encontrar en el resto de la gama y hemos valorado muy positivamente en otras pruebas que hemos realizado.
Comodidad
En la parte posterior los asientos también reciben el tratamiento estético que encontramos en las plazas delanteras con el logo RS bordado. Como pasa con sus hermanos de gama son plazas muy cómodas y el ser una versión deportiva no les resta habitabilidad ni en cuanto a espacio para las piernas ni en lo que respecta a la altura y disponen de tomas USB y tomas de aire independientes. Suficiente para que tres adultos viajen bastante cómodos, sobre todo los de las plazas exteriores.
Otro elemento que no varía es el del maletero, el espacio disponible es muy generoso, hasta 590 litros sin abatir los asientos y 1.580 litros si lo hacemos, al alcance de muy pocas berlinas deportivas desde luego. Otros detalles como el logo en las taloneras o el que aparece en el display entre los indicadores de revoluciones y velocidad acaban de dar los toques racing a un interior de diseño nada estridente pero marcadamente deportivo.
Pero es en el apartado de las prestaciones donde esta versión tiene sentido y nos hemos divertido probando que es así. Lo primero que notamos es que el motor es algo más ruidoso que el que hemos podido probar en otras versiones, pero ruidoso de una forma casi agradable, sobre todo en lo que respecta al sonido del escape. En cualquier caso no es nada que perjudique al confort de marcha.
En marcha
En las primeras pruebas pudimos percibir la poca diferencia que hay entre los modos de conducción (eco, normal, confort o sport) ya que el coche responde con nervio en cualquiera de ellas. Se nota algo la diferencia en conducción más tranquila, sobre todo en el apartado de consumos y si nuestro trayecto tiene largos tramos urbanos.
En cuanto a la respuesta en carretera el coche transmite siempre una sensación de seguridad y control muy grande, entendemos que sobre todo gracias al tratemiento dado a las suspensiones que dan la sensación de ir pegados al suelo en zonas viradas y a la buena respuesta de la tracción integral que nos da adherencia incluso al salir de las curvas pisando a fondo el acelerador.
Nuevamente el cambio DSG se muestra un compañero perfecto para una conducción deportiva ya que responde con mucha rapidez cuando solicitamos potencia al pisar el acelerador y trabaja perfectamente reduciendo cuando lo soltamos. No es estrictamente necesario porque su trabajo como decimos es impecable, pero siempre podemos recurrir a las levas en el volante o el modo manual de la palanca de cambio para cambiar de marcha si sentimos nostalgia de un control más personal de las marchas.
Nos ha gustado mucho el delicado compromiso entre prestaciones deportivas y confort. No es un coche extremadamente cómodo en terrenos bacheados pero la dureza de la amortiguación nunca supone un problema y podemos recorrer largas distancias en carreteras con firme en estado accidentado sin que se resientan las partes anatómicas correspondientes.
El motor diésel de 184 caballos no es el ideal para aportar sensaciones deportivas, pero sí que aporta mucho en el apartado de la elasticidad y capacidad de recuperación pero sobre todo en el apartado de consumo. En ciudad podemos mantenernos en los siete litros a los 100 y en carretera con pocas prisas dejar el consumo en los seis litros.
Conclusiones
La versión RS del Octavia es un híbrido realmente interesante, con las soluciones prácticas clásicas que aporta Skoda pero con la personalidad y prestaciones deportivas en la mejor tradición de una marca que lleva más de 100 años compitiendo en distintas categorías de deportes del motor. Nos parecen muy acertados los discretos toque estéticos tanto exteriores como interiores pero también las soluciones técnicas que aportan prestaciones deportivas a este Octavia.
Curiosamente la versión con tracción integral solamente está disponible para el motor diésel y la verdad es que hemos apreciado su intervención en el comportamiento del coche y es muy positiva. Un motor con una veintena de caballos más hubiera aportado un plus de deportividad para competir de tú a tú con versiones deportivas de la competencia, pero casi es el único pero que podemos ponerle a este coche…
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