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¿Cuándo debo cambiar mi tarjeta gráfica? Guía definitiva para acertar y elegir el modelo que mejor se adapte a tus necesidades

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Es inevitable, antes o después todos tenemos que cambiar la tarjeta gráfica de nuestro equipo. El problema viene, sin embargo, a la hora de determinar cuándo ha llegado realmente el momento de hacerlo, un dilema que viene acompañado de otra cuestión importante: elegir la tarjeta gráfica con la que vamos a reemplazar a nuestro modelo actual.

No hay duda de que estamos ante un tema complicado, no solo porque hay muchos factores que debemos tener en cuenta antes de lanzarnos a cambiar la tarjeta gráfica de nuestro equipo, sino porque además también entra en juego el criterio personal y las exigencias propias de cada tipo de usuario.

Lo entenderemos mejor con un ejemplo. Un usuario que esté acostumbrado a jugar en configuraciones medias con tasas de FPS fluidas pero muy ajustadas tendrá una tolerancia mayor a pequeñas pérdidas de rendimiento, y puede que prefiera apurar durante más tiempo el cambio de su tarjeta gráfica. Por contra, un usuario que quiera jugar en calidades máximas y mantener 60 FPS totalmente estables será susceptible de cambiar su tarjeta gráfica en ciclos más cortos.

En este artículo vamos a fijar una serie de criterios objetivos que os servirán como punto de partida para valorar cuándo debemos considerar de verdad la renovación de dicho componente, veremos qué margen de mejora hay que buscar para que una actualización nos salga verdaderamente rentable y también os daremos una serie de ejemplos concretos centrándonos en los modelos más populares de las últimas generaciones gráficas de NVIDIA y AMD.

Os recuerdo que, como siempre, podéis dejar vuestras dudas en los comentarios y estaremos encantados de ayudaros a resolverlas. Sin más, empezamos.

cambiar tarjeta gráfica

Cinco razones para cambiar tu tarjeta gráfica

Muchos usuarios cambian de tarjeta gráfica cuando esta deja de funcionar correctamente, y también cuando muestra problemas de temperatura o empieza a ofrecer un rendimiento insuficiente. Esos son los casos más frecuentes y los más genéricos, pero no siempre se interpretan de una manera apropiada.

Hay casos de tarjetas gráficas que dejan de funcionar pero que se pueden reparar fácilmente (cuando hay un fallo en el sistema de refrigeración de fácil solución, por ejemplo). También hay escenarios en los que los problemas de temperatura se resolverían con un cambio de pasta térmica y una limpieza de los ventiladores, y otros en los que ese rendimiento insuficiente dejaría de serlo afinando un poco la configuración gráfica.

He querido hacer esta aclaración porque el objetivo de esta guía es claro y simple, ayudaros a decidir cuándo es buena idea cambiar la tarjeta gráfica, y creo que esas puntualizaciones nos dejan una buena base sobre la que podemos seguir construyendo este artículo.

Dicho esto estamos preparados para entrar a ver las cinco razones que sí justifican, de plano, el cambio de una tarjeta gráfica.

1.-Rendimiento insuficiente

Cuando notamos que el rendimiento que ofrece la tarjeta gráfica que utilizamos ha decaído en gran medida y vemos que ya no ofrece un rendimiento lo bastante bueno como para disfrutar de nuestros juegos favoritos debemos barajar un cambio, ¿pero qué debemos considerar como un rendimiento insuficiente?

Aquí entraría en juego la valoración subjetiva de cada uno, pero partiendo de una base objetiva podemos considerar como insuficiente el desempeño de una tarjeta gráfica cuando esta no puede mover juegos actuales a la resolución nativa de nuestro monitor en calidad gráfica media manteniendo 30 FPS totalmente estables.

2.-Soporte inexistente o muy pobre de APIs básicas

El dominio de DirectX 11 ha sido total durante los últimos años, aunque por suerte los desarrolladores se están centrando cada vez más en utilizar DirectX 12 y Vulkan, y sin duda van a marcar el camino a seguir en los próximos meses.

Si tienes una tarjeta gráfica que no es compatible con DirectX 12 y Vulkan, o que aún siéndolo pierde mucho rendimiento cuando trabaja con ambas APIs y ofrece una experiencia muy pobre deberías considerar un cambio de tarjeta gráfica. Las series GTX 600 y GTX 700 de NVIDIA son, sin duda, un excelente ejemplo, ya que no se llevan nada bien con esas dos APIs y por ello han envejecido bastante mal.

3.-Cambio de monitor y de resolución

Si vamos a cambiar el monitor de nuestro equipo y tenemos pensado jugar a una resolución mayor cambiar la tarjeta gráfica puede acabar siendo algo imprescindible, sobre todo cuando pasamos de 1440p a 2160p, ya que las exigencias de dicha resolución son enormes y pocas tarjetas gráficas diseñadas para jugar en 1440p son capaces de aguantar una transición de ese tipo de forma óptima.

Valora el rendimiento que será capaz de ofrecer tu tarjeta gráfica actual trabajando con la resolución de tu nuevo monitor, y si no llega al mínimo del punto uno no lo dudes, cámbiala.

4.-Nuevas tecnologías y conectores

La llegada de nuevas tecnologías y la utilización de nuevos conectores también puede acabar siendo una razón de peso para cambiar nuestra tarjeta gráfica. Por ejemplo, si vamos a cambiar de monitor manteniendo la resolución pero queremos disfrutar de tecnologías como G-Sync necesitaremos una tarjeta gráfica con conector DisplayPort 1.2.

En caso de que hayamos comprado un monitor con una alta tasa de refresco será imprescindible contar con una tarjeta gráfica potente para conseguir una elevada tasa de fotogramas por segundo, y la creciente utilización del trazado de rayos en juegos también es otra razón que puede justificar de forma parcial el cambio de una tarjeta gráfica.

5.-Problemas de estabilidad y errores

Las tarjetas gráficas no son inmunes al uso ni al paso del tiempo. Cuando empiezan a mostrar problemas de estabilidad y un funcionamiento errático debemos empezar a valorar la idea de adquirir un modelo nuevo, siempre que primero hayamos descartado la posibilidad de una solución menos costosa.

Como ya hemos dicho anteriormente algunos problemas, como los relacionados con las altas temperaturas de trabajo, se pueden solucionar con un coste mínimo y en apenas unos minutos. Cuando no sea así, no queda otra opción que cambiar de tarjeta gráfica antes de que la que tenemos nos deje «tirados».

¿A qué tarjeta gráfica debería cambiar?

Cuando tenemos claro que vamos a renovar dicho componente tenemos que afrontar otra decisión complicada, elegir el modelo con el que vamos a sustituir nuestra tarjeta gráfica.

Hoy por hoy tenemos muchas opciones, sobre todo si estamos dispuestos a considerar la compra de un modelo de segunda mano, pero debemos tener claro que, para rentabilizar nuestra inversión, debemos buscar soluciones que ofrezcan una mejora de rendimiento notable comprados con la tarjeta gráfica que vamos a sustituir.

Es una cuestión fundamental y su importancia es todavía mayor cuando vamos a cambiar un modelo que fue, en su momento, gama alta, ya que si nos descuidamos puede que cometamos el error de comprar una tarjeta gráfica igual o incluso un poco menos potente que la que queremos cambiar.

¿Qué margen de mejora debo buscar?

Podemos establecer tres grandes niveles: un nivel mínimo, que justificaría el cambio de tarjeta gráfica en ciertos casos concretos; un nivel recomendado, que podríamos considerar como acertado en muchos casos; y un nivel óptimo, que es el ideal y el que nos permitirá rentabilizar mejor nuestra inversión. Vamos a verlos en detalle:

  • Mínimo: en aquellos casos en los que necesitemos cambiar con urgencia de tarjeta gráfica y tengamos un presupuesto muy bajo podemos aceptar una mejora de rendimiento de un 10%.
  • Recomendado: se da cuando la mejora de rendimiento es de, al menos, un 30%. Es una franja bastante versátil ya que es fácil movernos en ella dentro de la gama media.
  • Óptimo: en este caso tenemos una mejora de rendimiento mínima del 50%. Es el nivel ideal, y el que os recomiendo seguir en vuestros ciclos de actualización.

Casos concretos: qué modelo deberías elegir

Ya tenemos una base más que suficiente para entrar a valorar a qué modelo concreto deberíamos actualizar. Para que esta guía os resulte útil y fácil de consultar vamos a dejaros diferentes niveles de partida, es decir, distintas tarjetas gráficas desde las que actualizar y veremos qué soluciones concretas debemos buscar para que la renovación merezca la pena.

Sé que no todos nuestros lectores tienen el mismo presupuesto, así que compartiré con vosotros varias opciones con precios asequibles para que tengáis un mayor margen. Antes de empezar os recuerdo que si tenéis dudas sobre equivalencias de tarjetas gráficas podéis consultar esta guía.

GTX 650, Radeon HD 7770 y modelos anteriores

Son tarjetas gráficas muy antiguas que ya no son capaces de ofrecer una buena experiencia en juegos actuales en resoluciones 1080p, y en muchos casos ni siquiera en resoluciones 900p.

  • Actualizaciones recomendadas: Radeon RX 570 o Radeon RX 580 para 1080p. Son las mejores opciones en relación precio-prestaciones, con ambas disfrutaremos de una mejora de rendimiento enorme (alrededor del triple de rendimiento en muchos casos).
  • Otras opciones: si vas a jugar en resolución 1440p y tienes un presupuesto ajustado las GTX 1660 Super-Radeon RX Vega 56 son una buena opción (cuesta unos 234 euros la primera, la segunda ronda los 240 euros de segunda mano). En caso de que hayas decidido ir a por el 4K deberías buscar como mínimo una Radeon RX 5700 XT o una RTX 2070 Super, siendo esta última más potente.

GTX 680, Radeon HD 7970 y modelos similares (GTX 760-Radeon R9 270)

En este caso tenemos también tarjetas gráficas muy antiguas, pero fueron tope de gama en su momento, así que todavía ofrecen un rendimiento lo bastante bueno como para mover la mayoría de los juegos actuales en 1080p con calidades medias.

  • Actualizaciones recomendadas: como en el caso anterior las Radeon RX 570 o Radeon RX 580 son la mejor opción a día de hoy para 1080p por su rendimiento y su valor calidad-precio. Si encontráis los modelos de 8 GB a buen precio (10 o 20 euros más) no dudéis en elegirlos. La mejora de rendimiento será del doble en muchos casos.
  • Otras opciones: mantenemos también las recomendaciones mínimas del apartado anterior si vas a jugar en 1440p o en 4K, una GTX 1660 Super-Radeon RX Vega 56 y las Radeon RX 5700 XT-RTX 2070 Super como mínimo.

GTX 780 Ti-Radeon R9 290X-390X y modelos similares (GTX 970 y RX 470)

Damos un importante salto tanto cualitativo como cuantitativo. Estas tarjetas gráficas todavía son muy potentes y ofrecen una experiencia muy buena en 1080p en la mayoría de los casos, aunque las R9 290X y R9 390X han envejecido mucho mejor gracias a su mayor cantidad de memoria gráfica y a su soporte superior de DirectX 12 y Vulkan.

  • Actualizaciones recomendadas: para notar una mejora importante en términos de rendimiento debemos buscar como mínimo una GTX 1660 Super o una Radeon RX Vega 56. Con ambas disfrutaremos de una mejora media de rendimiento de entre un 30% y un 40%.
  • Otras opciones: si tenemos un presupuesto mayor y queremos jugar en 1440p con una fluidez total las Radeon RX 5700-RTX 2060 Super son una buena opción. Si vamos a apostar por el 4K el mínimo es, como dijimos, una Radeon RX 5700 XT-RTX 2070 Super.

GTX 1060-Radeon RX 580 y modelos similares (GTX 980 y Radeon R9 Fury)

Nos encontramos con tarjetas gráficas actuales que son capaces de mover casi cualquier cosa en 1080p con calidades máximas manteniendo una buena fluidez. Todavía tendrán al menos un par de años de vida útil, sobre todo los modelos de 6 GB y de 8 GB.

  • Actualizaciones recomendadas: para que la inversión merezca realmente la pena debemos cambiar por una tarjeta gráfica RTX 2060 o Radeon RX 5700 como mínimo. La primera soporta trazado de rayos y DLSS, mientras que la segunda es un poco superior en términos de potencia bruta. Con ambas disfrutaremos de una mejora media de rendimiento del 35%.
  • Otras opciones: si tenemos un presupuesto muy ajustado y no nos importa recurrir al mercado de segunda mano las GTX 1080 y Radeon RX Vega 64 también son alternativas interesantes, sobre todo si las encontramos a buen precio (menos de 280 euros). Si vamos a jugar en 1440p las recomendaciones que hemos dado anteriormente, RTX 2060-RX 5700 se mantienen, pero si vamos a apostar por el 4K debemos ir como mínimo a por una Radeon RX 5700 XT-RTX 2070 Super.

GTX 1080-Radeon RX Vega 64 y modelos similares (RTX 2060 y RX 5700)

Tienes pocas razones para cambiar tu tarjeta gráfica si te encuentras en este nivel, sobre todo si ya cuentas con una tarjeta gráfica de última generación como las RTX 2060 y las RX 5700, pero si aún así estás decidido a actualizar tranquilo, tienes opciones interesantes.

  • Actualizaciones recomendadas: el mínimo para notar una diferencia de rendimiento media del 30% es una RTX 2080. La Radeon VII muestra una mejora similar en algunos casos, pero fue descatalogada y es muy difícil de encontrar a precio razonable, así que ya no es una buena opción.
  • Otras opciones: la RTX 2080 Super es la única alternativa verdaderamente interesante por relación precio-prestaciones.

RTX 2070-Radeon RX 5700 XT y similares

Actualmente no merece la pena actualizar desde estas tarjetas gráficas. La mejora de rendimiento que tendremos al actualizar a una RTX 2080 Super será, de media, de un 22%. Si queremos llegar al nivel óptimo y superar una mejora de rendimiento del 30% tendremos que comprar una RTX 2080 Ti, una tarjeta gráfica cuyo precio ronda los 1.150 euros como mínimo.

El precio de las Radeon RX 5700 XT-RTX 2070 ronda los 430 euros, así que como vemos la diferencia de rendimiento sería muy pequeña para el gasto que tendríamos que asumir.

Con todo, si estás decidido a mejorar el rendimiento de tu equipo o quieres jugar con mayores garantías en 4K la RTX 2080 Super es, a día de hoy, la única actualización «razonable» desde una RTX 2070-Radeon RX 5700 XT.

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Notas finales: mi experiencia personal

Para terminar de ilustrar un poco mejor esta guía quiero compartir con vosotros mis dos últimas renovaciones de tarjeta gráfica. La primera fue el salto de una GTX 970 a una GTX 980 Ti, es decir, pase de un modelo de gama alta a uno tope de gama. Con ambas tarjetas gráficas jugaba en 1080p, pero la primera no siempre me permitía jugar en calidad máxima con más de 60 FPS totalmente estables. Vi la segunda a buen precio y me animé a actualizar, ya que vendiendo la primera el coste que debía afrontar era muy pequeño.

La mejora de rendimiento que obtuve fue notable, un 33% de media, lo que significa que esta renovación encajó en el nivel «recomendado» (segundo de los tres puntos que hemos visto).

No tenía pensado cambiar de tarjeta gráfica, pero durante el Black Friday vi un monitor gaming con resolución 1440p de 144 Hz y G-Sync compatible a un precio excelente, así que me animé y lo compré, al fin y al cabo es un periférico fundamental tanto para mi trabajo como para mis ratos de ocio.

Para poder aprovechar de verdad este nuevo monitor no me quedó otra opción que cambiar de tarjeta gráfica, y por suerte encontré un modelo interesante en oferta: una RTX 2080 Super de GIGABYTE con Windforce 3X y OC de casa. La mejora de rendimiento que he conseguido ha sido de casi un 50%, y además puedo disfrutar de tecnologías avanzadas, como el trazado de rayos acelerado por hardware, sombreador de tasa variable y DLSS.

En este caso esa renovación encaja en la categoría «óptima», el punto tercero de los tres que vimos en el apartado anterior.

Si nunca habéis cambiado una tarjeta gráfica y no sabéis por dónde empezar tranquilos, en este tutorial encontraréis el proceso explicado paso a paso.

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