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Por qué el mundo mira a India para la vacuna del COVID-19

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vacuna Pfizer COVID-19

El desarrollo de la vacuna del COVID-19 está en marcha en todo el mundo y será la única medida con garantías para poner fin a la pandemia, sacarnos del confinamiento y recuperar la «normalidad» sanitaria y económica.

Para ello, el mundo mira a India, describe un artículo de la BBC que nos pone en situación del estado de la vacuna del COVID-19, su desarrollo y plazos de llegada. India es el mayor fabricante mundial de medicamentos genéricos y vacunas del mundo, y produce millones de dosis contra la poliomielitis, meningitis, neumonía, rotavirus, BCG, sarampión, paperas y rubéola, entre otras enfermedades. 

Ahora, media docena de empresas indias están desarrollando vacunas contra el virus que causa el Covid. Uno de ellos es Serum Institute of India, el mayor fabricante de vacunas del mundo por cantidad de dosis producidas y vendidas en todo el mundo. Ahora, la firma se ha unido con Codagenix, una compañía estadounidense de biotecnología, para desarrollar una vacuna «viva atenuada», entre las más de 80 reportadas en desarrollo en todo el mundo. Hay que resaltar que Estados Unidos e India tienen en marcha un programa conjunto de desarrollo de vacunas internacionalmente reconocido durante más de tres décadas. 

«Estamos planeando un conjunto de ensayos con animales [en ratones y primates] de esta vacuna en abril. Para septiembre, deberíamos poder comenzar los ensayos en humanos», explica el responsable de una compañía que también se ha asociado para producir en masa una vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y respaldada por el gobierno del Reino Unido. 

vacuna del COVID-19

La vacuna del COVID-19, una lucha contra el reloj

La vacuna del COVID-19 está bastante adelantada para lo que suelen ser los plazos para un desarrollo de este tipo. La crisis sanitaria y económica a nivel mundial obliga, aunque hay plazos que no se pueden saltar para que el remedio no sea aún peor que la enfermedad.

Hace un mes que el Gobierno chino autorizó los ensayos clínicos en humanos de un desarrollo experimental calificado como «exitoso» por el grupo científico que lo ha investigado, dirigido por un reputado especialista en ingeniería genética creador de un aerosol médico para el brote de SARS en 2003 y de la vacuna contra el ébola en China. Y son decenas los grupos de investigación que trabajan en ella en todo el mundo.

Tan importante como el desarrollo de una vacuna efectiva y segura es la capacidad de producción de las mismas y aquí es donde los fabricantes indios tienen una gran ventaja sobre otros países. Solo la firma Serum Institute of India tiene capacidad de producir entre 400 a 500 millones de dosis«Está bastante claro que el mundo necesitará cientos de millones de dosis. Sería ideal que estuvieran disponibles a finales de este año, para poner fin a esta pandemia y sacarnos del encierro», explican los investigadores.

Aunque hay que matizar que aún estamos lejos de ella y que todavía desconocemos el comportamiento de este COVID-19 que nos ha cambiado la vida, hay notas esperanzadoras. Investigaciones preliminares apuntan que el coronavirus SARS-CoV-2, la causa de la pandemia del COVID-19, es relativamente lento para mutar, lo que significa que cualquier vacuna que se desarrolle para prevenir la infección debería ser ampliamente efectiva en poblaciones geográficamente separadas y durante un período de tiempo relativamente largo.

Hay que recordar que el COVID-19 es un especimen del grupo de coronavirus y estos pueden mutar muy rápidamente. El ejemplo extremo lo tenemos en la gripe estándar, estacional y tremendamente mutante, razón por la cual cada año hay que desarrollar una nueva vacuna contra ella. Además, no siempre es efectiva, porque los investigadores no conocen en detalle cada mutación y tienen que adelantarse para tener las vacunas antes del nuevo brote.

Por lo que sabemos hasta ahora, las diferencias entre muestras del virus analizadas eran muy pequeñas en términos de variación genética, lo que indica que el coronavirus SARS-CoV-2 permanece bastante estable incluso después de una larga transmisión a través de múltiples individuos, regiones y tiempo transcurrido.

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