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Tres grandes ventajas de SSD NVMe frente a los modelos SATA

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Si estás pensando en crear un nuevo PC o actualizar uno existente, sea sobremesa o portátil, la apuesta para cubrir el almacenamiento interno pasa indefectiblemente por una SSD NVMe. O varias si necesitas mayor capacidad / rendimiento y tu presupuesto lo permite.

Los discos duros han sido un cuello de botella para el rendimiento de los ordenadores personales. De poco servía un procesador rápido y una tarjeta gráfica de alto nivel si la unidad de almacenamiento penalizaba el movimiento de los datos. Las unidades de estado sólido llegaron para solucionar el problema y la verdad es que han sido una de las mejoras de hardware más importantes de los últimos años.

Los beneficios son directos e inmediatos en términos de rendimiento, en el tiempo que tarda el sistema operativo en arrancar, en el inicio de las aplicaciones, en transferencia de archivos en la propia unidad o hacia otras internas o externas y en la recuperación del equipo desde modos de suspensión. Sus ventajas también se trasladan a otros apartados como el consumo, la emisión calorífica o el ruido emitido que es nulo al no usar partes móviles como los discos duros.

Aunque los primeros modelos de comienzos de la década no estaban exentos de problemas de funcionamiento, los modelos actuales han mejorado también este apartado y hoy en día una SSD ofrece una resistencia a fallos y durabilidad igual o superior a los discos duros. Finalmente, la bajada del coste de las memorias NAND flash en las que están basados ha rebajado su precio por GB, si bien este es el único apartado donde todavía dominan los discos duros.

¿Qué es SSD NVMe?

Las primeras unidades de estado sólido para consumo se comercializaron en el factor de forma estándar de 2,5 pulgadas (la misma usada por los discos duros pequeños) y se conectaban a la interfaz SATA, la más extendida y soportada. Pronto la industria propuso otros formatos físicos y otra interfaz más avanzada para aumentar el potencial de las SSD.

NVMe o Non-Volatile Memory Express es una interfaz creada desde cero que permite a los SSD y otros componentes ejecutarse directamente a través de la interfaz física PCI Express (el bus único para el futuro del PC a medio plazo) y aprovechar sus ventajas, como la conexión directa al procesador de una computadora, algo que SATA no puede hacer.

Las SSD NVMe modernas tienen la capacidad de ser autoarrancables, lo que permite prescindir completamente de otras unidades de almacenamiento, si bien puede trabajar perfectamente con ellas. Es una estrategia que han seguido muchos usuarios, combinándolas con otras SATA o incluso discos duros para sumar al rendimiento de estas NVMe una mayor capacidad de almacenamiento a coste inferior.

M.2, conectado a NVMe pero una cosa distinta

Junto a la interfaz NVMe, en los últimos años llegó un nuevo factor de forma para las unidades de estado sólido. Están conectados, aunque no deben confundirse porque son cosas distintas y M.2 se refiere al formato y tamaño físico. De hecho, este factor de forma distribuido en pequeños módulos, también se usa para otro tipo de componentes como Wi-Fi y, además, existen otros M.2 para almacenamiento conectados a SATA. De estas últimas se vendieron muy pocas unidades y prácticamente han desaparecido.

M.2 ha sido diseñado con la mente puesta en minimizar el tamaño de las unidades. Su conector es rectangular, pueden ocupan una o ambas caras para montar los chips de memoria y se ofrecen en varias versiones según el ancho y la longitud de los mismos. Aunque NVMe también se utiliza en otros factores de forma como tarjetas típicas PCIe e incluso en unidades de 2,5″ para el mercado empresarial, estas M.2 han supuesto ventajas adicionales para las SSD NVMe.

Tres grandes ventajas de SSD NVMe

Todo lo anterior ya debería darte una idea básica de las ventajas de un tipo de unidades de estado sólido que debería estar como primera opción a la hora de construir equipos nuevos o actualizar los existentes. Siempre que cuenten con soporte para ello, se entiende, porque no todos los equipos antiguos tienen este tipo de conectores M.2 ni soporte para NVMe.

SSD M.2 NVME y SSD SATA de 2,5″ en la misma placa

SSD NVMe

En portátiles o placas base nuevas para sobremesas las vas a encontrar. En plataformas Intel para la interfaz PCIe 3.0 y en placas modernas AMD las PCIe 4.0. Las mejores placas te ofrecerán múltiples conectores con lo que podrás montar varias unidades SSD NVMe y aprovechar las ventajas adicionales de RAID.

1.- Rendimiento

La interfaz NVMe es mucho más rápida que SATA y permite mejoras significativas de rendimiento tanto el lectura como en escrituras. Como ejemplo, las unidades SATA más rápidas ofrecen lecturas/ escrituras secuenciales en los entornos de los 550 / 500 Mbytes por segundo, prácticamente en el límite de lo que puede ofrecer la interfaz.

Frente a ellas, las NVMe PCIe puede multiplicar por seis esa velocidad superando los 3.000 Mbytes por segundo. Las SSD conectadas a PCIe 4.0 pueden alcanzar un rendimiento descomunal de 6.000 Mbytes por segundo y su potencial es inmenso ya que la nueva versión PCIe 5.0 llegará en los próximos años. Esto se traduce en una mejora apreciable en cualquier tipo de tarea, tiempos de arranque en frío o reinicio más rápidos, transferencias de archivos, actividades como la compresión y descompresión de archivos o la edición de fotos y vídeos.

También se mejora la latencia. Una SSD NVMe moderna ofrece valores entre 300 y 500 µs en lecturas y de 1 a 2 ms en escritura. Ello significa que el tiempo que tardan estas unidades en buscar los datos que necesita es sustancialmente más corto. Esto se traduce en una latencia transaccional ultrabaja para grandes conjuntos de datos.

2.- Espacio físico y peso

Otra gran ventaja de estas unidades de estado sólido es su baja huella, con un tamaño y espacio mínimo. Una SSD NVMe (M.2 2280) típica tiene un tamaño de 80 mm x 22 mm x 3.5 mm, mientras que una SSD SATA ocupa 100.1 mm x 69.85 mm x 7 mm. Además, su peso es cuatro veces inferior, 10 gramos frente a los 40 gramos de una SATA de 2,5 pulgadas.

Esto las convierte en una opción excelente para todo tipo de portátiles y convertibles o mini PCs, pero también para ordenadores de sobremesa ya que otra de sus ventajas es que se pinchan directamente en la placa base y no necesitan ocupar otro espacio, ni usar cables de energía ni de datos.

Citar que el formato M.2 se ofrece en otras dimensiones y así podrás encontrar tamaños en ancho de 12, 16, 22 o 30 milímetros y longitudes de 16, 26, 30, 38, 42, 60, 80 o 110 mm. No todos estos formatos se usan para almacenamiento como decíamos más arriba. No debes tener problema a la hora de la compra. Busca las M.2 2280 (22 x 80 mm) ya que son las más usadas y soportadas por SSD NVMe.

3.- Eficiencia energética

Las SSD NVMe consumen una cantidad insignificante de energía, por lo que los hace ideales para todo tipo de equipos espeialmente ultraportátiles u tablets. Cuando están inactivos consumen valores de 0,0032W, mientras que en uso promedio solo necesitan 0,08W. Una SSD SATA puede consumir 0,195 W en modo de espera y 0,279W en funcionamiento. Un disco duro multiplica varias veces este valor de consumo.

El menor consumo de energía también se traduce en otro beneficio: menos calor generado. En este apartado conviene comentar que algunas unidades SSD NVMe han padecido de temperaturas elevadas dependiendo de su localización en los equipos. Las placas base actuales de gama media para arriba, suelen incluir sus propios sistemas de disipación de calor para estas unidades.

SSD NVMe

En resumen. Si tienes un equipo que soporte SSD NVMe, no lo dudes. Sus ventajas son apreciables en rendimiento, tamaño o consumo para construir un PC nuevo o actualizar uno existente. Todavía son más caras que las SSD SATA, por lo que si tu presupuesto es reducido puedes optar por la estrategia mencionada más arriba y que hemos seguido muchos usuarios.

Comprar una unidad de baja capacidad para usarla como unidad principal para el sistema operativo y aplicaciones de mayor uso y aprovechar las SSD SATA (o incluso discos duros) a la espera de bajadas de precios de las SSD NVMe de mayor capacidad.

Si tu presupuesto lo permite, las placas base más avanzadas bajo plataformas AMD ofrecen 2 y 3 ranuras disponibles para instalar unidades de estado sólido M.2 en RAID y bajo la interfaz PCIe 4.0. Es lo más avanzado del mercado del almacenamiento interno y una garantía de rendimiento para equipar a los mejores ordenadores personales.

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