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Salud mental: ¿smartphones como herramientas de diagnóstico?

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Salud mental: ¿smartphones como herramientas de diagnóstico?

Aunque poco a poco, y enfrentándose a mil y un estigmas, la salud mental va cobrando el foco que merece en la sociedad. Aún queda bastante camino por recorrer para que, por ejemplo, enfermedades y trastornos mentales dejen de ser empleados como insultos o reducidos a estados de ánimo, pero al menos cada vez se van tratando, a nivel de sociedad, con más normalidad. Ir a terapia va dejando de ser algo que ocultar y los más jóvenes, en su mayoría (o al menos aquellos con los que he tenido la suerte de cruzarme), creen que es similar a acudir al médico de cabecera.

Gracias a esa visibilización y normalización de la salud mental, es posible avanzar mejor y más rápido en las investigaciones relacionadas con la misma, buscando diagnósticos más rápidos y precisos, así como nuevos medios para abordar trastornos y enfermedades, tanto intentando mitigar sus síntomas como atacando, siempre que sea posible, la raíz del problema (ya sea endógena o exógena).

Y en este sentido, Engadget nos habla hoy de una investigación llevada a cabo por la Universidad de Dalhousie, y cuyo objetivo es convertir los smartphones en sistemas capaces de evaluar la salud mental de sus usuarios. El resultdado de la investigación es PROSIT, un sistema que puede detectar afecciones como ansiedad o depresión en función de cómo usas tu teléfono. Esto incluye características fáciles de rastrear como ejercicio, sueño, frecuencia de llamadas, historial de mensajes y gustos musicales, pero también incluye datos sutiles. Factores como la velocidad y fuerza al escribir pueden indicar un estado emocionalmente complejo.

En las pruebas de PROSIT están participando alrededor de 300 personas, de las que aproximadamente la mitad reciben terapia en la actualidad. De este modo, el equipo de investigación puede cruzar los datos obtenidos por la app con el diagnóstico efectuado por los profesionales de la salud mental, un planteamiento que permite afinar en gran medida la interpretación que lleva a cabo el sistema de los datos recogidos y valorados para extraer sus conclusiones.

Hablamos de datos de salud, eso sí, un tipo de información sujeta a un especial nivel de protección y que, por lo tanto, debe ser administrado con grandes medidas de seguridad. Y es que, volviendo al estigma del que hablaba antes, la salud mental puede ser un elemento excluyente en entornos sociales, profesionales, etcétera. A este respecto, los investigadores afirman que, durante la fase de pruebas, todos los datos se están almacenando en ubicaciones seguras. No obstante, en caso de que PROSIT (o un sistema similar) llegue a emplearse, este es un aspecto al que habrá que prestar especial atención.

La propuesta de PROSIT me parece muy, muy interesante. Ya llevamos años hablando de dispositivos cuantificadores, capaces de medir nuestro ritmo cardíaco, la tensión arterial, la saturación en sangre, los niveles de glucosa… Poder, a elección propia y siempre con el control absoluto de los datos, cuantificar también nuestro estado de salud mental, puede tener unos efectos realmente positivos entre aquellas personas que empiezan a experimentar algunos síntomas pero son incapaces de identificarlos adecuadamente.

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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