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Windows se ha bloqueado: Principales causas y soluciones

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Cuando vemos que Windows se ha bloqueado no siempre sabemos cómo reaccionar, y es normal ya que no sabemos por qué se ha producido ese bloqueo y los nervios pueden acabar jugándonos una mala pasada. En la mayoría de los casos, acabamos machacando el teclado abrumados por la frustración, y al final terminamos por forzar un reinicio del sistema, o por pagarlo y encenderlo.

Si forzamos un reinicio o un apagado del equipo cuando Windows se ha bloqueado corremos el riesgo de que este deje de funcionar correctamente. En caso de que esto ocurra, lo más probable es que tengamos que acabar reinstalando el sistema operativo, y si eso sucede puede que perdamos datos o información importante. Por ello, es mejor intentar recuperar el sistema sin llegar a forzar el reseteo o el apagado del mismo. No siempre es posible, pero no perdemos nada por intentarlo.

Antes de hablar de las posibles soluciones que podemos abordar para recuperar un equipo cuando vemos que Windows se ha bloqueado es necesario profundizar, de una manera clara y directa, en las causas más frecuentes que están detrás de esos bloqueos, ya que sin estas no tendremos la base necesaria para entender cada posible solución.

Windows se ha bloqueado: ¿Por qué? Descubriendo las causas

Un PC basado en Windows que recibe un mantenimiento correcto, y se mantiene en buen estado, es menos propenso a sufrir bloqueos que otro que no recibe esos cuidados. Esto es muy importante, pero también es verdad que esto no lo hará inmune a este tipo de problemas. Normalmente, una de las causas más frecuentes de bloqueos en un PC que está bien cuidado suelen ser las incompatibilidades de hardware, aunque también pueden darse problemas derivados del uso de drivers que crean conflictos, por ejemplo.

Al final, ningún equipo está totalmente a salvo, así que vamos a ver de forma detallada cuáles son los problemas más frecuentes que pueden llevar a un PC basado en Windows a sufrir un bloqueo, y después valoraremos las soluciones clave para cada una de esas causas. Como siempre, si tenéis cualquier duda podéis dejarla en los comentarios.

1.-Hardware incompatible

Windows se ha bloqueado

La RAM suele ser una de las fuentes de conflicto más importantes, sobre todo en equipos relativamente antiguos.

Y en este caso incluimos también los periféricos, ya que estos pueden acabar dando también problemas, sobre todo cuando se utilizan acompañados de software dedicado, como aplicaciones de control de funciones o de iluminación.

Las incompatibilidades de hardware suelen ser muy fáciles de identificar, ya que es un problema que normalmente se produce de inmediato o poco después de llevar a cabo algún cambio de componentes, o de periféricos. Por ejemplo, si vemos que Windows se ha bloqueado poco después de instalar dos nuevos módulos de memoria RAM la cosa está bastante clara, y lo mismo aplicaría a cualquier otro cambio de hardware que desemboque en una situación similar.

No obstante, pueden producirse otros casos en los que esto no se ve de una forma tan evidente, como por ejemplo cuando un cambio de hardware provoca una incompatibilidad leve inicialmente, pero después de un tiempo deriva en una incompatibilidad grave que nos lleva directamente a ver que Windows se ha bloqueado.

2.-Infección por malware

Es un problema bastante frecuente, de hecho no hace mucho tuve que ayudar a un familiar porque su equipo se había infectado con un molesto malware que era leve en cuanto a daños en el equipo, ya que no tenía como objetivo borrar datos ni «destruir» el sistema, sino que simplemente reducía su funcionalidad a llevarle continuamente a una web para que comprase un supuesto remedio al problema que él mismo le había creado. Cuando intentaba romper el bucle, el equipo se bloqueaba.

Al final puede limpiar el sistema y hacer un análisis antivirus arrancando en modo seguro. Posteriormente, hice un arranque normal, una copia de seguridad y reinstalé el sistema operativo, limpiando totalmente la unidad. Tuvo suerte, ya que en su equipo tenía fotos importantes que no quería perder.

No todo el mundo tiene tanta suerte cuando se infecta con malware. Hay muchos tipos de amenazas de seguridad, pero si tu equipo funcionaba bien y notas que, de la noche a la mañana, empieza a ir mal sin ningún motivo aparente, deberías apresurarte a realizar un análisis de seguridad exhaustivo.

3.-Le estás pidiendo mucho al equipo

Seamos sinceros, esto es algo que nos ha pasado a muchos en más de una ocasión, y os voy a contar una anécdota personal para romper el hielo. Recuerdo cuando instalé Quake III en mi Pentium a 133 MHz e intenté ejecutarlo, quería probar cómo iba ya que, otros juegos para los que en teoría no cumplía los requisitos, como Resident Evil 2, me funcionaron bastante bien al final. Qué puedo decir, fue un error absoluto, ya que al lanzar el ejecutable cargó el menú de inicio y me bloqueó el PC.

Fue algo totalmente normal, estaba ejecutando un juego que necesitaba una CPU Pentium MMX a 233 MHz, 64 MB de RAM y una tarjeta gráfica aceleradora 3D en un equipo basado en un Pentium a 133 MHz con 32 MB de RAM y una tarjeta 3D básica con 4 MB, aunque reconozco que me emocioné cuando vi el menú de inicio.

Pues bien, este es un problema que sigue ocurriendo a día de hoy. Si llevamos nuestro PC al extremo y le pedimos mucho más de lo que puede dar, es probable que nos encontremos con que todo va sumamente lento y nos resulte casi imposible utilizar el PC, o con que Windows se ha bloqueado.

4.-Conflictos a nivel de drivers, o por actualizaciones

Windows se ha bloqueado

Mantener el sistema actualizado y utilizar los drivers más recientes es lo ideal en la mayoría de los casos, pero esto no quiere decir que vayamos a tener garantizada siempre una buena experiencia. Cuando somos los primeros en actualizar siempre corremos el riesgo de que algo haya salido mal, y de que se haya pasado por alto. También puede que lo más nuevo choque con algo relativamente viejo, y de que nos encontremos con lo que nadie quiere ver, que Windows se ha bloqueado.

Soy un férreo defensor de las actualizaciones, de que estas representan una manera clara de crear valor, pero tras sufrir en mis carnes, y en más de una ocasión, todos los problemas que puede dar una actualización o un driver que no han sido debidamente probados antes de llegar al usuario final, siempre recomiendo lo mismo: actualizar, pero con cabeza, esperando primero a ver cómo se comportan esa nueva actualización o esos nuevos drivers.

Ahora que Windows utiliza un modelo de servicio, centrado en actualizaciones periódicas, en vez de un modelo de producto, debemos tener más cuidado que nunca con el tema de las actualizaciones y con la instalación de nuevos controladores. Sí, es bueno actualizar, pero dejando un poco de margen para no convertirnos en «beta testers».

5.-Errores y fallos a nivel de software

Es una categoría bastante general en la que podemos introducir una gran variedad de problemas, incluyendo desde la instalación de programas, aplicaciones y juegos que presentan algún tipo de error o de incompatibilidad grave hasta aquellos casos en los que la aplicación simplemente deja de funcionar de forma súbita y se queda totalmente bloqueada.

Normalmente, si Windows se ha bloqueado por un fallo de este tipo, la situación no suele ser grave y salir de ella es bastante sencillo, aunque también podemos encontrarnos con casos complicados, como por ejemplo cuando una aplicación se queda bloqueada pero sigue consumiendo una tasa de recursos tan alta que hace que apenas podamos mover el ratón.

En casos extremos, esta situación puede llevarnos a sufrir un pantallazo azul de la muerte, un tema sobre el que ya publicamos una guía que viene muy bien traer a colación en este artículo. En ella encontraréis información sobre los pantallazos azules en Windows 10: qué son, qué significan y cómo interpretarlos.

Windows se ha bloqueado: Cómo puedo solucionarlo

Windows 10

Ya tenemos claras las razones más importantes por las que Windows puede sufrir un bloqueo, así que ahora estamos listos para entrar a ver las posibles soluciones a cada uno de esos problemas. Con todo, antes de empezar os recuerdo que si el bloqueo que ha sufrido vuestro equipo no os permite hacer nada de nada, y si no obtenéis ningún tipo de respuesta al hacer pulsaciones básicas como «Alt + Tab» o «Ctrl + Alt + Supr», vuestra única opción será forzar un reinicio.

Lo primero que deberíamos intentar, si nos encontramos con que Windows se ha bloqueado, es abrir el «Administrador de Tareas». Podemos hacerlo pulsando «Ctrl + Mayús Izq + Esc», un atajo que os llevará a él de forma directa. Si estábamos en un juego, también podemos probar con «Alt + Tab», un atajo de teclado que nos permitirá cambiar de aplicación y salir del juego bloqueado.

Si hemos optado por minimizar la aplicación o el juego que nos ha provocado el bloqueo, podremos hacer clic derecho en ella en la barra de tareas para forzar su cierre. En caso de que esto no funcione, nos vamos al «Administrador de Tareas». A través de él podremos hacer muchas cosas que nos ayudarán a salir del paso cuando Windows se ha bloqueado, como por ejemplo:

  1. Podremos buscar el programa que ha causado el bloqueo y forzar su cierre. Normalmente suelen aparecer identificados con un «No responde».
  2. También podemos visualizar los programas o aplicaciones que estén consumiendo muchos recursos, o que lleven componentes tan importantes como la RAM o la CPU a un 100% de uso y cerrarlos para «liberar» el equipo y superar el bloqueo.
  3. En la pestaña «rendimiento» podemos visualizar también posibles anormalidades a nivel de hardware y comportamientos erráticos.
  4. Si no sabemos muy bien qué hacer, o si hemos intentado lo anterior pero no conseguimos resolver la situación por completo, podemos pulsar «Ctrl + Alt + Supr» y hacer clic en el icono de «encendido/apagado» para reiniciar el equipo de forma segura. Puede que en el proceso tengamos que forzar el cierre de alguna aplicación.

Windows se ha bloqueado: Principales causas y soluciones

Otra opción que suele funcionar bastante bien cuando Windows se ha bloqueado por un conflicto a nivel de drivers es pulsar «Win + Ctrl + Shift + B». Este atajo de teclado no es muy conocido, pero sirve para solucionar problemas generados por los drivers de la tarjeta gráfica. Al ejecutarlo, se realiza un reinicio de dichos drivers, perderemos momentáneamente la señal de la pantalla y posteriormente todo volverá a la normalidad. Esto no afecta a las aplicaciones que tengamos abiertas, ni nos hará perder información, pero solo funciona con Windows 8 y versiones superiores.

En caso de que nada de lo que hemos dicho anteriormente te funcione, lo mejor que puedes hacer es intentar guardar toda la información y los datos que puedas perder al reiniciar el equipo. Una vez que lo hayas hecho, reinicia tu PC siguiendo el paso número 4. Si te da miedo que tras el reinicio tu equipo se quede inutilizado y no tienes una copia de seguridad hecha, puedes intentar minimizar las aplicaciones y moverte con el explorador de archivos si no puedes salir al escritorio para intentar hacer una copia de seguridad en el acto.

Para ello, solo tienes que pulsar al mismo tiempo las teclas Windows y «E» en tu teclado. Si las pulsas dos veces abrirás el explorador en dos ventanas, lo que te permitirá hacer una copia de seguridad fácilmente mediante el clásico método de arrastrar y soltar. En muchos casos esta es una solución muy socorrida, ya que suele funcionar incluso aunque Windows haya sufrido un bloqueo debido a cualquiera de las cinco causas que hemos visto.

Una vez que reinicies el equipo es imprescindible que resuelvas las incompatibilidades de software o de hardware, así como cualquier otro tipo de error que haya estado detrás del bloqueo de Windows. Reinstalar aplicaciones o juegos, actualizar drivers o volver a versiones anteriores y cambiar el hardware no compatible son las opciones más rápidas y más sencillas.

Reinstalar Windows: Una solución radical, pero efectiva

reinstalar windows

Con el simple uso del equipo, y los cambios que hagamos a nivel de hardware, el registro del sistema de Windows se va llenando de cosas que, al final, pueden acabar dando problemas y que una simple limpieza del registro no puede resolver de verdad. Es cierto que existen programas que pueden tener cierta utilidad en este sentido, pero al final llega un punto en el que lo mejor acaba siendo hacer una reinstalación del sistema operativo.

Piensa, por ejemplo, en cuando haces un cambio de tarjeta gráfica. Si utilizas modelos de la misma marca, NVIDIA o AMD, no se produce un cambio relevante en el sistema que pueda llegar a generar conflictos o pérdidas de rendimiento, pero si pasas de AMD a NVIDIA, o a la inversa, lo ideal sería hacer una reinstalación del sistema operativo. No es imprescindible, pero sí sería recomendable.

Por contra, cuando se produce un cambio mucho más profundo, por ejemplo al cambiar la placa base y la CPU del equipo, sí que es imprescindible hacer una reinstalación del sistema operativo si queremos asegurarnos de que todo va a ir bien. Pasar de una CPU Intel a una AMD, o a la inversa, con el correspondiente cambio de placa base y no reinstalar Windows es «jugar a la ruleta rusa». Si quieres aprovechar para dar el salto a Windows 11 pero no tienes claro cómo hacerlo no te preocupes, en esta guía encontrarás todo lo que necesitas.

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