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¿Por qué Tim Berners-Lee es escéptico con una Web3 basada en blockchain?

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Web3 contra Solid

Sir Tim Berners-Lee se ha mostrado escéptico de la eficacia de una Web3 basada en la tecnología blockchain y sigue apostando por su propia visión con la plataforma descentralizada «Solid», que asegura será la que verdaderamente devuelva a los usuarios el control total de sus datos.

Web3 es un concepto del que vas a oír hablar largo y tendido en los próximos meses/años. Se trata de un conjunto de tecnologías que promete ofrecer una nueva y mejorada versión de la gran red informática mundial World Wide Web, al realizar cambios importantes en la forma en que nos conectamos y nos comunicamos en la Web.

Berners-Lee comparte la supuesta misión de Web3 de transferir los datos de las Big Tech a los usuarios, pero ha tomado una ruta diferente hacia el objetivo. Mientras que Web3 se basa en blockchain, Solid se construye con herramientas web estándar y especificaciones abiertas. La información privada se almacena en contenedores de datos descentralizados llamados «pods», que se pueden alojar donde quiera el usuario.

A partir de ahí, los usuarios son los que deciden las aplicaciones que pueden acceder a sus datos. Este enfoque, plasmado por Berners-Lee (y otros importantes tecnólogos) en la plataforma Solid tiene el objetivo de proporcionar interoperabilidad, velocidad, escalabilidad y privacidad. Algo que no se podrá conseguir con una Web3 basada en blockchain, según Berners-Lee: «cuando intentas construir esas cosas en la cadena de bloques, simplemente no funciona».

Solid VS. Web3

Berners-Lee dice que Solid tiene dos propósitos separados. Uno es evitar que las empresas hagan un uso indebido de nuestros datos para fines no solicitados, desde manipular a los votantes hasta generar clickbait. El otro es brindar oportunidades para beneficiarse de nuestra información. Los datos de atención médica, por ejemplo, podrían compartirse entre servicios confiables para mejorar nuestro tratamiento y respaldar la investigación médica. A nuestras fotos, podrían acceder nuestros amigos de Facebook, LinkedIn o Flickr sin tener que cargar las imágenes en cada plataforma y siempre con autorización expresa

Esto evoca el objetivo original de Berners-Lee de hacer de la web una herramienta colaborativa«Quería poder resolver problemas cuando parte de la solución está en mi cabeza y parte de la solución está en tu cabeza, y estás en el otro lado del planeta, conectado por Internet», explica. «Ese era el tipo de cosas para las que quería la web. Despegó más como un medio de publicación, pero no todo está perdido».

Y es que 32 años después de que el «padre de la WWW» escribiera la propuesta de un sistema de distribución de documentos de hipertexto o hipermedios interconectados y accesibles vía Internet, que sería el germen de la red informática de ámbito mundial que hoy usamos, la World Wide Web se enfrenta a graves desafíos.

La enorme dependencia de los gigantes tecnológicos y de sus servidores están detrás de los problemas de la Web actual. Si las grandes plataformas caen, los usuarios no pueden acceder al contenido ni comunicarse entre ellos. Además, el control del contenido está en sus manos, así como los datos personales recopilados masivamente y no siempre con la debida transparencia. Por no hablar de las fakes, la desinformación, la censura, el ciberespionaje gubernamental o el interés de romper con la neutralidad de red.

Web3, otra manera para el mismo objetivo

Berners-Lee está intentando convencer a gobiernos, empresas y usuarios de la necesidad de sumar un conjunto compartido de compromisos para mejorar la WWW y “restaurar el poder de los individuos en la web”. Ese es también el gran objetivo de Web3, pero para conseguirlo apuesta por herramientas bastantes distintas.

Gran parte de la visión de Web3 se basa en la tecnología blockchain. Esta cadena de bloques es básicamente una red descentralizada construida sobre conexiones de igual a igual. Cada dispositivo en la red maneja una pequeña porción de la computación y la comunicación que ocurre en la red, creando una red en línea sin necesidad de servidores y por ende sin el control de las grandes plataformas y/o gobiernos.

Ya hemos visto este tipo de conexiones peer-to-peer en acción. Algunas más recientes como las aplicaciones de malla que se utilizan para mensajería instantánea y que mantuvo a los activistas conectados durante las protestas de Hong Kong y de manera anónima. Otras se usan desde hace décadas, como las redes bittorrent que no necesitan servidores centralizados ya que las computadoras de cada usuario almacenan trozos de los datos. Si se implementa a escala global, teóricamente podría eliminarse por completo la necesidad de servidores centralizados. Con lo que ello supondría. 

Si bien las posibilidades de la comunicación entre pares son emocionantes, la cadena de bloques es hasta ahora más conocida por impulsar las criptomonedas y los NFT, esos tókens únicos que se están usando ya en varios ámbitos. Aunque no tengan la mejor publicidad son tecnologías importantes de la Web3 y tienen todo un mundo de posibilidades de uso para usuarios y profesionales más allá de los más conocidos, ejemplo el arte digital.

Seguramente el proyecto Web3 más ambicioso en la actualidad sea el «metaverso«. La idea general ha existido en la ciencia ficción desde hace décadas, pero ha saltado al mundo ‘real’ global tras el anuncio de Mark Zuckerberg (cambio de nombre de Facebook a Meta incluido) como espacios virtuales 3D donde los usuarios interactuarían en tiempo real en entornos creado con realidad virtual/aumentada. También vamos a tener metaverso hasta en la sopa porque Microsoft y otras grandes tecnológicas tienen planes para impulsarlo. O la misma Apple al comercializar sus primeros dispositivos AR/VR

Harán falta muchos años para poner todo esto en marcha. Sea Solid o Web3, esperemos que se consiga el objetivo de una Web que devuelva el control al usuario y no otra manera más avanzada y distinta de hacer negocio. Tenemos un ejemplo reciente en la misma tecnología Blockchain, concebida originalmente como una forma de crear una «computadora mundial» descentralizada que conectaría a todos a una red masiva sin servidores, pero que ha terminado girando principalmente a manejar las transacciones de criptomonedas y NFT. Y no está claro que los que mandan permitan una Web3 con más libertad, anonimato y control de nuestras vidas en línea.

Continuará…

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