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La actividad del CERN, comprometida por la crisis energética

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La actividad del CERN, comprometida por la crisis energética

La situación en Europa se va complicando más y más cada día que pasa. La escalada en los precios de la energía ya ha tenido un impacto devastador a todos los niveles, desde los domicilios particulares hasta las grandes instalaciones industriales, el precio del kilovatio/hora se ha convertido en uno de los datos más presentes en el día a día de nuestras vidas, en uno de los factores más limitantes de nuestras actividades y en la mayor amenaza, a corto y medio plazo, para prácticamente todo el continente, que se puede enfrentar al invierno más complicado de su historia reciente.

El anuncio por parte de Rusia de corte de suministro a Europa hasta que se levanten la sanciones contra Rusia complica todavía más la situación, empujando a gran parte del viejo continente a un escenario de más que previsibles restricciones, que se sumarán a unos precios que, salvo intervención directa de las autoridades europeas en el mercado de la energía, prometen ser una pesadilla. Dicho de otra manera, no habrá suficiente energía para satisfacer la demanda y, además, más cara que nunca.

En estas circunstancias, el CERN se ha visto forzado a prepararse para un probable corte, total o parcial, en el suministro eléctrico. Recordemos que su proveedor es EDF (Électricité de France), que jugará un papel clave durante los próximos meses en lo referido a la aplicación de las restricciones en nuestro país vecino. El CERN está en conversaciones con EDF para que la eléctrica informe con el mayor plazo posible a la institución científica sobre los momentos en los que sea necesario que disminuya su nivel de consumo.

La actividad del CERN, comprometida por la crisis energética

Aunque al hablar del CERN, lo primero en lo que suele pensar la mayoría es en el LHC (Large Hadron Collider), el colisionador de hadrones que ha dado fama mundial a esta instalación, en realidad el complejo alberga un total de ocho aceleradores del complejo, a los que hay que sumar dos desaceleradores de partículas que permiten a los científicos estudiar la antimateria. Así, los planes de contingencia plantean el apagado de estos aceleradores y desaceleradores para intentar mantener el LHC en funcionamiento siempre que resulte posible.

El apagado de estos otros aceleradores podría reducir el consumo de la instalación en alrededor de un 25%, un consumo equiparable al del LHC, que se apunta otro 25%. El problema de apagarlo, eso sí, es que el colisionador se basa en imanes superconductores enfriados a -456 grados Fahrenheit para doblar el haz de partículas, lo que requiere una cantidad significativa de energía incluso cuando el haz está apagado. Permitir que los imanes se calienten podría retrasar los experimentos en el LHC durante semanas.

Pero este no es el único problema. Las investigaciones que se llevan a cabo con el LHC son muy costosas, y han sido financiadas por todo tipo de instituciones, tanto públicas como privadas. Así, el hipotético apagado del LHC plantearía que parte de esas inversiones podría perderse o, como mínimo, que esos proyectos de investigación necesitarían de inversiones adicionales. Así, el CERN tendrá que gestionar con mucha diplomacia el posible apagado del acelerador.

 

Con información de The Wall Street Journal

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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