Sherlock Holmes ya es libre, de dominio público como patrimonio cultural de todos

Sherlock Holmes ha pasado a ser completamente de dominio público desde el 1 de enero, una vez que ha sido liberado el último trabajo original de Sir Arthur Conan Doyle sobre este personaje legendario, The Case-Book of Sherlock Holmes.

La ley de derechos de autor no es elemental querido Watson, pero a partir de ayer será mucho más fácil que Sherlock Holmes siga sobreviviendo mediante otros creadores. La expiración de los derechos de autor de la última obra de Doyle pone fin a un largo debate legal. Durante décadas, los herederos de su inmensa fortuna han argumentado que aunque las primeras obras de Sherlock Holmes eran de dominio público, el hecho de que los libros posteriores escritos por Doyle no lo fueran significaba que el personaje todavía permanecía «enclaustrado» en las leoninas leyes del copyright.

Hay que decir que la primera novela de Sherlock Holmes, A Study in Scarlett, se publicó en 1887 y no fue de dominio público hasta el 1 de enero de 1981, más de cien años. Sin embargo, en 1995 se aprobó una adición a la ley de derechos de autor de EE. UU. y el detective volvió a ser encerrado. Una vez que The Case-Book ha pasado a ser de dominio público, ese argumento es discutible.

Ahora cualquiera podría escribir sus propias historias de Sherlock Holmes o usar el personaje en otros tipos de contenido sin temor a infringir derechos. Y es que el dominio público suma al Patrimonio Cultural global y permite que cualquier persona vuelva a publicar, mezclar o rehacer obras sin el permiso del titular de los derechos. Ello solo sucede mucho después de que el autor original haya muerto, como sucede en este caso y debería poner fin al tortuoso debate legal sobre cómo la ley de derechos de autor debería tratar a este personaje legendario. Incluyendo demandas activas como la interpuesta contra Netflix por su spin-off Enola Holmes.

Y para el año que viene por estas fechas atención porque llegará otro caso de derechos de autor aún más relevante, ya que será nada menos que Mickey Mouse el que pase a ser de dominio público. Durante muchos años, Disney ha presionado para prolongar sus derechos y es probable que la compañía use todas las herramientas a su disposición para extender su control sobre la propiedad intelectual.

La protección de contenidos es lógica y debe realizarse para la supervivencia de los creadores, pero ¿por centurias y una vez que un personaje ha derivado en miles de millones de dólares? Y con relación a Internet qué contarte. Todavía resuenan las críticas contra las últimas directivas de Copyright que han impuesto nuevos filtros, barreras y restricciones.

Veremos lo que sucede con un Sherlock Holmes ayer liberado y con Mickey Mouse el año que viene. En el equilibrio está siempre la virtud. ¡Elemental, querido Watson!