El euro se está recuperando pero los precios de la tecnología no bajan

La guerra de Ucrania desencadenó una importante inestabilidad en Europa que, unida a la incertidumbre sobre su posible extensión a otros países de la zona, dio pie al hundimiento del dólar frente al euro. Hizo falta una guerra para que la moneda estadounidense superase a la europea, y esto tuvo un impacto notable en los precios de la tecnología, que subieron considerablemente.

Podría poner muchos ejemplos, pero sin duda dos de los más conocidos fueron PS5, que subió 50 euros en España por la caída del euro frente al dólar, y los iPhone 14 de Apple (todos los modelos), que llegaron al mercado con un precio claramente superior frente a la generación anterior. Es comprensible, ya que al final vivimos momentos en los que el euro llevó a valer solo 97 centavos de dólar.

Las empresas no tardaron mucho en subir los precios de la tecnología para compensar esa pérdida de valor del euro frente al dólar, pero ahora que está ocurriendo todo lo contrario no parecen tener prisa por hacer que los precios vuelvan a su nivel anterior. No estoy hablando de un cambio menor, la recuperación ha sido clara, tanto que al momento de escribir este artículo un euro vale 1,07 dólares, cifra que está muy cerca de los valores previos al inicio de la guerra de Ucrania, cuando rondaba los 1,15 dólares, aunque es cierto que está lejos del pico máximo de 1,25 dólares que registró hace cinco años (febrero de 2018).

Por suerte algunos productos no experimentaron una importante subida de precio con la caída del euro. Microsoft mantuvo los precios de Xbox Series S y Xbox Series X, alejándose por completo de la estrategia de Sony, y Nintendo hizo lo mismo. En el sector de componentes para PC tampoco vimos un impacto importante, de hecho en la última temporada de rebajas fue posible comprar procesadores, tarjetas gráficas, memorias RAM y unidades SSD a precios muy buenos.

Ciertas empresas siguen argumentando que la cadena de distribución continúa «revuelta», y que es imposible mantener un nivel de suministro estable y cerrar contratos con precios aceptables, pero la verdad es que esto choca con la realidad que estamos viendo en muchos frentes, ya que la demanda y la producción de semiconductores se ha estabilizado, los precios de la DRAM y de la memoria NAND Flash están en caída libre y hasta Sony ha dicho que la escasez de PS5 se ha acabado.

Veremos cómo evoluciona la situación en los próximos meses, pero la realidad actual, unida a la caída de la demanda, deberían acabar dando pie a una reducción notable de los precios de la tecnología que se vieron inflados hace unos meses.