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Twitter subasta objetos de su oficina

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Twitter subasta objetos de su oficina

Poco a poco, pero de manera inexorable, se acerca la fecha, el 27 de enero, del primer pago de intereses por la compra de Twitter, algo que sin duda protagoniza las preocupaciones de Elon Musk. Recordemos que para adquirir la red social se vio obligado a pedir varios créditos (de diversos tipos), a los que sumó parte de su fortuna personal, con el fin de poder llegar a desembolsar los 44.000  millones de dólares, el precio de compra pactado por ambas partes en abril.

Pocos días antes de dicha firma inicial, antes de todo el culebrón en el que se convirtió la operación, ya alertábamos del impacto que dichos créditos podían tener para Musk. Esa fecha ya ha llegado y aunque Musk ha logrado reducir los costes operativos de Twitter, de la mano de sus medidas y su política de comunicación, la red social también ha experimentado una enorme pérdida en el volumen de contratación de publicidad, con una caída del 40% en su índice anual (year over year).

Despidos masivos, reducción de los beneficios de los que se han mantenido como empleados (algunas noticias dicen que los trabajadores deben llevar su propio papel higiénico cuando van a la oficina), dejar de pagar los alquileres de las mismas… es cierto que las cuentas de la red social son deficitarias, siempre lo han sido, pero la imagen que está dando Twitter con algunas de estas acciones va directamente en contra de sus intereses, pues deja su imagen a la altura del betún.

Twitter subasta objetos de su oficina

Así, todo lo que sirva para obtener liquidez parece valer, al punto de que Twitter ha llevado a cabo una subasta de objetos de sus oficinas. Sí, has leído bien, la casa de subastas Heritage Global Partners ha publicado, durante los últimos días, algunos anuncios de mobiliario y enseres de oficina, incluidos algunos objetos de imagen de la red social, como un neón con el logotipo de Twitter. Según varias fuentes, algunos de estos objetos llegaron a venderse por entre 40.000 y 100.000 dólares.

Puede parecer mucho dinero, sí, pero a poco que nos paremos a ver la dimensión de la deuda de Twitter, así como la de Elon Musk, podemos ver que esto es como rascar en la niebla y, como decía anteriormente, no arroja una imagen especialmente positiva de la compañía. ¿Quién contrataría a largo plazo con una empresa que está saldando hasta sus muebles? Este es, sin duda, el principal problema, que de nuevo intentar arañar un poco de liquidez a corto plazo puede estar hipotecando el futuro.

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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